Como escribía hace unos días en Un nuevo manifiesto para la era de la robótica: New Laws of Robotics, más temprano que tarde, necesitaremos restricciones sabias y transparentes en nuestro uso de la tecnología. La premisa de Future Politics: Living Together in a World Transformed by Tech de Jamie Susskind es que los implacables avances en la ciencia y la tecnología están destinados a transformar la forma en que convivimos con consecuencias que son tanto profundas como aterradoras. Todavía no estamos preparados para el mundo que estamos creando. La política no será la misma que en el pasado.
Existe numerosa literatura anterior que puede ser tomada como fundamentos. En concreto, ‘Desconexión digital‘ de Robert W. McChesney (¿Internet como arma contra la democracia?) ya avisaba.
En Future Politics Susskind asume que las distinciones entre humanos y máquinas, online y offline, real y virtual se desvanecerán en un segundo plano. Para Susskind, tres cambios son de particular importancia: sistemas cada vez más capaces que son iguales o superiores a cómo funcionan los humanos; tecnologías cada vez más integradas que están integradas en el entorno físico y construido (el internet de las cosas); y una sociedad cada vez más cuantificada, en la que los detalles de nuestras vidas se capturan como datos y se procesan mediante sistemas digitales. Quienes controlen las tecnologías ejercerán poder sobre nosotros, establecerán los límites de nuestra libertad y determinarán el futuro de la democracia: son sus algoritmos los que decidirán cuestiones vitales de justicia social.
Por lo tanto, depende del resto de nosotros corregir esta deficiencia y asumir la responsabilidad de comprender y analizar las implicaciones de este mundo transformado. Debemos, dice Susskind, comprometernos con la teoría política si queremos pensar críticamente y desarrollar herramientas intelectuales apropiadas para abordar estos desarrollos digitales. Con esto como agenda, Susskind se propone examinar este futuro bajo los encabezados de poder, libertad, democracia, justicia y política misma, dedicando secciones del libro a cada uno de estos temas.
El mundo no carece de controversias políticas, e incluso si no todas ellas tienen sus raíces en el supuesto abuso de la tecnología, es la tecnología la que casi siempre es responsable de mantenerlas en marcha. Incluso ignorando la influencia omnipresente de las redes sociales, la política es solo una de las áreas en las que los desarrollos rápidos e implacables en todo, desde la inteligencia artificial hasta la realidad virtual, están cambiando la sociedad de maneras que no se anticiparon ampliamente incluso hace unos años.
En el centro de estos cambios está la cuestión fundamental de cómo el gran debate político de épocas anteriores –hasta qué punto la vida colectiva debe ser determinada por el Estado y qué debe dejarse al mercado– se está convirtiendo en una cuestión de equilibrio, entre la libertad y las decisiones tomadas por poderosos sistemas digitales.
¿Cómo deberíamos sentirnos, por ejemplo, acerca de la capacidad de los gobiernos para obligar a los conductores a cumplir con los límites de velocidad mediante la implementación de restricciones a los vehículos autónomos en lugar de confiar en que obedezcan las leyes? ¿Y si los sistemas se pueden adaptar para que, en lugar de ofrecer viajes más rápidos en las carreteras de peaje, aquellos que pueden permitírselo puedan pagar sus vehículos simplemente para conducir más rápido?
Future Politics es una llamada a un cambio fundamental en respuesta a lo que él cree que es una preocupante tendencia a delegar la influencia en un pequeño grupo de pioneros tecnológicos que podrían establecer los límites de nuestra libertad, decretando lo que podamos hacer y lo que está prohibido, a menudo basado en algoritmos opacos. Como ha dicho Tim Berners-Lee, estas personas no son filósofos experimentales, son ‘ingenieros filosóficos’.
Este libro es para personas que necesitan recordar que la tecnología nos afecta cada vez más no solo como consumidores, como lo ha hecho en el pasado, sino como ciudadanos de nuestro país y el mundo.
Future Politics desafía a repensar qué significa ser libre o igualitario, qué significa tener poder o propiedad, qué significa que un sistema político sea justo o democrático, y propone formas en las que podemos y debemos: recuperar el control. Esto no es menos que un llamado a un cambio fundamental en la forma en que pensamos sobre la política.
Ideas fundamentales de ‘Future Politics’
- En los próximos decenios, la humanidad podría entregar su autonomía a unos sistemas digitales que la mayoría de la gente ni comprende ni domina por completo.
- El cambio tecnológico augura consecuencias tanto económicas como morales.
- Mediante la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, los ingenieros están elaborando sistemas tan buenos o mejores que los seres humanos para hacer una serie de tareas.
- Un 90% de los estadounidenses no se aleja más de un metro de su teléfono inteligente.
- Ya sea una compra en Amazon o una publicación en Instagram, cada vez más actividades humanas son cuantificadas en alimento para los macrodatos o big data.
- Un pequeño grupo de innovadores idiosincrásicos está determinando el futuro digital del mundo, con poca información o supervisión del exterior.
- La tecnología digital expande la libertad y también la arrebata.
- La revolución digital ya cambió la manera de hacer las campañas políticas.
- Una economía automatizada puede llevar al desempleo en masa, pero es probable que los gobiernos puedan pagar un ingreso mínimo universal.
- Proteger la democracia en una revolución digital requiere dos cosas: transparencia y una nueva separación de poderes.
Foto de cottonbro