El libro Trabajos de mierda de David Graeber es una obra provocadora y profundamente crítica que examina la naturaleza y el impacto de ciertos empleos en la sociedad moderna. Publicado en 2018, este libro se basa en un artículo viral que Graeber escribió en 2013, donde introdujo el concepto de «bullshit jobs» o «trabajos de mierda».
Graeber, un antropólogo y activista estadounidense, argumenta que muchos empleos modernos son esencialmente inútiles y no aportan valor real a la sociedad. Estos trabajos existen principalmente para mantener la estructura de poder actual y evitar el desempleo masivo, lo que a su vez reduce el descontento social.
A través de un análisis detallado y una clasificación de estos empleos, Graeber expone cómo estos trabajos afectan negativamente la salud psicológica y emocional de quienes los desempeñan y perpetúan un sistema económico ineficiente y opresivo.
En este post, se exploran las principales ideas del libro, incluyendo la definición de «trabajos de mierda», su origen y proliferación, el impacto psicológico y social de estos empleos, y la crítica al sistema económico que realiza Graeber. También se plantean las propuestas del autor para abordar estos problemas y crear una sociedad más justa y significativa.
Definición de «trabajos de mierda»
Según el autor, un «trabajo de mierda» como un empleo remunerado que es tan completamente inútil, innecesario o pernicioso que ni siquiera el propio trabajador puede justificar su existencia, aunque, como parte de las condiciones de empleo, se sienta obligado a fingir que no es así. Esta definición se basa en varios elementos clave:
Inutilidad y pérdida de sentido: Un trabajo de mierda es aquel que no aporta ningún valor real o significativo a la sociedad. Los empleados en estos trabajos a menudo sienten que su labor no tiene un propósito claro o beneficioso, y que si su puesto desapareciera, no habría un impacto negativo en el mundo.
Obligación de fingir: A pesar de la percepción de inutilidad, los trabajadores se ven obligados a mantener la apariencia de que su trabajo es necesario. Esta disonancia entre la realidad y la apariencia es una característica central de los trabajos de mierda, creando una situación en la que los empleados deben justificar continuamente la existencia de su puesto, aunque internamente sepan que no es necesario.
Impacto psicológico: La falta de sentido y la necesidad de fingir pueden tener efectos negativos profundos en la salud mental y emocional de los trabajadores. Graeber argumenta que estos trabajos pueden llevar a sentimientos de frustración, alienación y desesperanza, ya que los empleados no encuentran un propósito en su labor diaria.
Tipos de trabajos de mierda
Graeber clasifica los trabajos de mierda en cinco categorías principales, cada una con características específicas:
- Lacayos (Flunkies): Estos trabajos existen principalmente para hacer que otra persona se sienta importante. Ejemplos incluyen recepcionistas en oficinas donde apenas suena el teléfono o asistentes personales que realizan tareas triviales.
- Sicarios (Goons): Trabajos que tienen un elemento agresivo y existen solo porque otras personas en roles similares también existen. Ejemplos incluyen abogados corporativos y especialistas en relaciones públicas, cuya labor puede ser vista como innecesaria si no fuera por la competencia en el mismo campo.
- Parcheadores (Duct Tapers): Empleos que existen para solucionar problemas que no deberían existir en primer lugar. Un ejemplo sería un empleado que se dedica a calmar a clientes enfadados debido a fallos recurrentes en el servicio de la empresa.
- Rellenadores de Fichas (Box Tickers): Trabajos que consisten en completar formularios o realizar tareas administrativas que no tienen un propósito real, pero que permiten a la organización aparentar que está cumpliendo con ciertos estándares o regulaciones.
- Manda-Tareas (Taskmasters): Supervisores cuyo trabajo es asignar tareas a otros, aunque estas tareas podrían ser gestionadas sin su intervención. Este tipo de trabajo puede ser considerado de mierda si el supervisor sabe que su rol no es realmente necesario.
Origen y proliferación
Graeber argumenta que la proliferación de los «trabajos de mierda» está intrínsecamente ligada a la estructura del capitalismo avanzado. Esta estructura crea empleos que son esencialmente inútiles para mantener la estabilidad social y evitar el desempleo masivo. A continuación, se profundiza en los conceptos clave que Graeber utiliza para explicar este fenómeno:
Graeber introduce el concepto de feudalismo gerencial para describir cómo el poder se mantiene a través de la creación de empleos inútiles. En este sistema, las jerarquías y las estructuras de poder se perpetúan mediante la creación de puestos de trabajo que no aportan valor real, pero que sirven para mantener a las personas ocupadas y dependientes del sistema
En lugar de reducir la jornada laboral gracias a los avances tecnológicos, el capitalismo avanzado ha creado una multitud de empleos administrativos y de servicios que no son necesarios. Estos empleos incluyen roles en sectores como las finanzas, el derecho corporativo, los recursos humanos y las relaciones públicas, entre otros.
Estos trabajos sirven para mantener el poder de la clase dirigente. Al tener a la población ocupada en empleos inútiles, se reduce el riesgo de descontento social y se evita que las personas tengan tiempo libre para cuestionar el sistema o rebelarse contra él.
El sistema divide a la clase trabajadora en dos grupos: aquellos que realizan trabajos productivos y son explotados, y aquellos que ocupan empleos inútiles pero bien remunerados. Esta división fomenta el resentimiento entre los trabajadores y dificulta la solidaridad y la organización colectiva.
¿Cuál es el origen de los trabajos de mierda?
- Predicciones de Keynes: John Maynard Keynes predijo en 1930 que, para finales del siglo XX, la tecnología permitiría una semana laboral de 15 horas. Sin embargo, en lugar de reducir las horas de trabajo, la tecnología se ha utilizado para crear más empleos inútiles. Graeber sugiere que esto se debe a la necesidad de mantener a la población ocupada y evitar el desempleo masivo (ver ‘Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero’ de Keynes).
- Evolución del capitalismo: El capitalismo avanzado ha evolucionado para incluir una gran cantidad de empleos administrativos y de servicios que no son necesarios. Esto se debe en parte a la competencia entre empresas y a la regulación gubernamental, que crean la necesidad de roles adicionales para cumplir con normativas y procedimientos burocráticos.
- Impacto de la automatización: La automatización y los avances tecnológicos han reducido la necesidad de trabajos manuales y productivos. En lugar de permitir que las personas trabajen menos horas, el sistema ha creado empleos administrativos y de servicios para mantener a la población ocupada.
¿Por qué proliferan los trabajos de mierda?
La creación de empleos inútiles ayuda a mantener la estabilidad social al proporcionar ingresos y ocupación a una gran parte de la población. Esto reduce el riesgo de descontento social y de movimientos de protesta.
Mantener a las personas ocupadas en trabajos inútiles también sirve como una forma de control y disciplina. Las personas que están ocupadas y dependen de sus empleos para sobrevivir tienen menos tiempo y energía para cuestionar el sistema o para organizarse en contra de él.
La existencia de estos trabajos también justifica la estructura del sistema capitalista avanzado. Al mantener a las personas ocupadas y dependientes de sus empleos, se perpetúa la idea de que el trabajo es un valor moral en sí mismo y que todos deben trabajar para ganarse la vida, independientemente de la utilidad de su trabajo.
Impacto psicológico y social
El impacto psicológico y social de los «trabajos de mierda» es un tema central en el análisis de David Graeber. Estos trabajos, definidos como empleos que son tan inútiles, innecesarios o perniciosos que ni siquiera el propio trabajador puede justificar su existencia, tienen efectos profundos y negativos en la salud mental y emocional de los empleados. Sus efectos son:
Los empleados en trabajos de mierda a menudo sienten que su trabajo carece de sentido y propósito. Esta percepción de inutilidad puede llevar a una profunda insatisfacción y a una crisis de identidad, ya que muchas personas buscan significado y realización a través de su trabajo. La falta de propósito puede generar sentimientos de desesperanza y depresión.
La alienación es un concepto clave en la teoría de Graeber. Los trabajadores se sienten desconectados de su labor y de los resultados de su trabajo. Esta desconexión puede llevar a una sensación de alienación y frustración, donde los empleados no se sienten dueños de su propio trabajo ni de su tiempo. La alienación puede manifestarse en una falta de compromiso y en una actitud pasiva hacia el trabajo.
La falta de sentido en el trabajo puede contribuir al estrés crónico y al burnout. Los empleados que sienten que su trabajo no tiene valor pueden experimentar altos niveles de estrés debido a la disonancia emocional entre lo que hacen y lo que creen que deberían estar haciendo. Este estrés puede llevar a problemas de salud mental como ansiedad y depresión.
Graeber describe los trabajos de mierda como una forma de «violencia psicológica» que ataca la esencia de lo que significa ser humano. La conciencia de que su trabajo es inútil puede llevar a los empleados a experimentar sentimientos de autodesprecio y desesperanza. Esta violencia psicológica puede tener efectos devastadores en la autoestima y el bienestar emocional de los trabajadores.
La alienación laboral no solo afecta la relación del trabajador con su trabajo, sino también con sus compañeros y la sociedad en general. Los empleados alienados pueden sentirse aislados y desconectados de sus colegas, lo que puede llevar a una falta de solidaridad y cohesión en el lugar de trabajo. Esta desconexión social puede extenderse a otros ámbitos de la vida, afectando las relaciones personales y la participación en actividades comunitarias.
La alienación en el trabajo puede llevar a una disminución en la participación cívica y política. Los trabajadores que se sienten desconectados y deshumanizados en su empleo pueden trasladar estos sentimientos a otros aspectos de su vida, reduciendo su interés y participación en actividades cívicas y comunitarias. Esto puede tener implicaciones negativas para la cohesión social y la democracia.
La insatisfacción y la alienación laboral pueden ser catalizadores para movimientos laborales y protestas. A lo largo de la historia, la profunda insatisfacción con las condiciones de trabajo ha llevado a huelgas y movimientos laborales que buscan desafiar el statu quo. Sin embargo, la fragmentación y la falta de solidaridad entre los trabajadores pueden dificultar la organización y la efectividad de estos movimientos.
La prevalencia de trabajos de mierda puede tener un impacto significativo en la salud pública. Los problemas de salud mental asociados con estos trabajos, como la depresión y la ansiedad, pueden aumentar la carga sobre los sistemas de salud pública. Además, la insatisfacción laboral puede llevar a comportamientos poco saludables, como el abuso de sustancias y la falta de ejercicio, que también afectan la salud pública.
Crítica al sistema económico
Graeber realiza una crítica incisiva al sistema económico actual, argumentando que este perpetúa la existencia de empleos inútiles que no aportan valor real a la sociedad. Su crítica se concreta en:
Graeber sostiene que el sistema económico actual, especialmente en su forma capitalista avanzada, perpetúa la creación y mantenimiento de empleos que son esencialmente inútiles. Estos trabajos no solo no aportan valor real a la sociedad, sino que también pueden ser perjudiciales. La existencia de estos empleos se debe a una combinación de factores económicos y sociales que incluyen la competencia del mercado y la regulación gubernamental.
La competencia del mercado, en lugar de eliminar empleos innecesarios, a menudo los crea. Las empresas, en su esfuerzo por mantenerse competitivas, generan roles adicionales que no son esenciales. Estos roles pueden incluir tareas administrativas redundantes, posiciones de supervisión innecesarias y trabajos en sectores como las relaciones públicas y el marketing, que Graeber considera superfluos. La lógica de la competencia lleva a las empresas a inflar sus estructuras organizativas, creando capas de burocracia que no aportan valor real.
La regulación gubernamental también contribuye a la creación de trabajos inútiles. Las normativas y los requisitos burocráticos imponen la necesidad de roles adicionales para cumplir con las regulaciones. Esto incluye trabajos en cumplimiento normativo, auditoría y otros roles administrativos que, aunque necesarios para cumplir con la ley, no aportan valor directo a la producción o al bienestar social. Graeber argumenta que estas regulaciones, aunque bien intencionadas, a menudo resultan en una burocracia inflada que perpetúa la existencia de empleos inútiles.
La crítica de Graeber también se centra en cómo estos trabajos inútiles afectan la productividad y el bienestar social. Argumenta que, en lugar de utilizar los avances tecnológicos para reducir la jornada laboral y mejorar la calidad de vida, el sistema económico ha creado empleos que no aportan valor. Esto no solo es ineficiente desde el punto de vista económico, sino que también tiene un impacto negativo en el bienestar psicológico y emocional de los trabajadores, quienes se sienten atrapados en roles sin sentido.
Graeber argumenta que el sistema económico actual fomenta la desigualdad y la alienación. Los trabajos de mierda a menudo están bien remunerados y son respetados socialmente, a pesar de su inutilidad. Esto crea una paradoja donde los trabajos esenciales, como los de cuidado y servicios básicos, están mal pagados y menospreciados. Esta desigualdad salarial y de estatus contribuye a la alienación de los trabajadores, quienes se sienten desconectados de su labor y de la sociedad en general.
Propuestas de Graeber
Renta Básica Universal
Una de las propuestas subyacentes en el libro es la idea de desvincular el sustento del trabajo, es decir, que las personas no necesiten trabajar en empleos inútiles para sobrevivir. Graeber sugiere que una renta básica universal podría ser una solución para permitir que las personas se dediquen a actividades que realmente aporten valor a la sociedad y a sus vidas personales.
Reevaluación del valor del trabajo
Graeber anima a cuestionar la propia naturaleza del trabajo y a reevaluar nuestras prioridades en un mundo donde muchos empleos no aportan valor real. Propone una discusión seria sobre la necesidad de un empleo significativo y sobre cómo la sociedad puede reorganizarse para valorar más los trabajos esenciales y menos los empleos inútiles.
En resumen, la crítica de David Graeber al sistema económico actual se centra en cómo la competencia del mercado y la regulación gubernamental perpetúan la existencia de empleos inútiles que no aportan valor real a la sociedad. A través de conceptos como el «feudalismo gerencial», Graeber expone cómo estas dinámicas económicas y sociales contribuyen a la creación de trabajos que alienan a los trabajadores y fomentan la desigualdad. Sus propuestas incluyen la renta básica universal y una reevaluación del valor del trabajo para crear una sociedad más justa y significativa.