
En este blog hemos abordado en diversas ocasiones los desafíos globales vinculados a la energía y las materias primas, desde el poder corrosivo del petróleo sobre la democracia y el medio ambiente (como explicaba ‘Blowout’ de Rachel Maddow: Cómo el petróleo corrompe la democracia y el medio ambiente), hasta la importancia crítica del control sobre las cadenas de suministro tecnológicas y minerales, analizada en profundidad por La guerra de los chips’ de Chris Miller. En línea con estas reflexiones, quiero compartir mis impresiones sobre The War Below, el incisivo libro de Ernest Scheyder que profundiza en una realidad incómoda y frecuentemente ignorada: la transición energética, lejos de ser inmaculada, implica una dependencia creciente de minerales como el litio, cobre y cobalto, cuya extracción acarrea impactos ambientales, sociales y geopolíticos que redefinirán las relaciones globales durante las próximas décadas.
Scheyder aporta una perspectiva valiosa, mostrando que sustituir el petróleo no implica acabar automáticamente con las dinámicas extractivas ni con los conflictos derivados del control sobre recursos críticos, sino más bien desplazarlos hacia nuevos escenarios y protagonistas.
La paradoja oculta de la transición energética
La transición energética se presenta como un camino hacia un mundo más limpio, eficiente y sostenible. Sin embargo, «The War Below» nos invita a mirar esta narrativa con cautela, revelando la paradoja fundamental: para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, necesitamos extraer cantidades nunca vistas de minerales esenciales como litio, cobre, cobalto y tierras raras. Estos materiales forman el núcleo tecnológico de baterías, turbinas eólicas, paneles solares y dispositivos electrónicos, pero su obtención supone un coste humano y ecológico inmenso.
Scheyder, periodista de Reuters con amplia experiencia, ofrece un enfoque riguroso y equilibrado. Evita caer en explicaciones simplistas y muestra un paisaje lleno de matices donde no hay héroes ni villanos absolutos. En cambio, presenta a ejecutivos mineros convencidos de que sus proyectos ayudan a salvar el planeta, a activistas medioambientales enfrentados a extinciones potenciales y políticos que deben equilibrar el crecimiento económico con el cuidado del medioambiente. En esencia, la transición energética implica decisiones complejas que van más allá de la tecnología y se adentran profundamente en la ética y la política global.
La nueva guerra fría mineral: China vs. Occidente
Uno de los aspectos más reveladores del libro de Scheyder es la lucha geopolítica subyacente por el control de minerales estratégicos. China se ha adelantado significativamente en esta carrera, asegurando un dominio considerable sobre la extracción y procesamiento global de minerales críticos. Mientras Occidente discute regulaciones ambientales estrictas y enfrenta resistencia social a nuevos proyectos mineros, China ha consolidado una posición dominante, controlando aproximadamente el 60% del litio mundial y cerca del 80% de las tierras raras.
Este dominio plantea preocupaciones estratégicas en países como Estados Unidos, donde la única mina de tierras raras operativa, Mountain Pass en California, depende paradójicamente de tecnología china para procesar los minerales. Scheyder explora cómo este escenario ha generado inquietud en Washington, transformando estos minerales en una cuestión de seguridad nacional.
Además, China utiliza activamente su «diplomacia minera» en regiones como África y América Latina. En Bolivia, el Salar de Uyuni —la mayor reserva de litio del mundo— es objeto de acuerdos estratégicos con empresas chinas que prometen infraestructuras, escuelas y hospitales a cambio de concesiones mineras, dejando fuera a las empresas occidentales incapaces de competir bajo estándares ambientales más rigurosos. Esto subraya una paradoja incómoda: las normativas ambientales y sociales, aunque necesarias, pueden poner a Occidente en desventaja competitiva frente a países menos exigentes.
El impacto humano detrás de las baterías
Scheyder humaniza la transición energética mostrando los costes reales para las comunidades locales en áreas mineras. En la República Democrática del Congo, niños de apenas doce años extraen cobalto en condiciones brutales, ganando escasos dos dólares diarios. Este cobalto acaba en baterías que impulsan teléfonos móviles y vehículos eléctricos vendidos en Europa y Estados Unidos, donde los consumidores rara vez conocen la realidad oculta tras sus dispositivos.
En Chile, la situación también es dramática. Las comunidades indígenas lickanantay del Salar de Atacama sufren enfermedades renales debido al agotamiento de acuíferos causado por la extracción intensiva de litio, que requiere enormes cantidades de agua. La paradoja aquí es evidente: para fabricar baterías «limpias», se está sacrificando uno de los recursos más escasos del planeta en el desierto más seco del mundo.
Un caso igualmente emblemático es el de la mina Resolution Copper en Arizona, Estados Unidos. Las comunidades apache han luchado incansablemente para evitar la explotación minera en Oak Flat, un sitio ceremonial y culturalmente crucial. Este conflicto refleja cómo la transición energética reproduce viejas dinámicas coloniales, en las que comunidades indígenas deben defender sus territorios y culturas frente a intereses económicos externos.
Las falsas promesas tecnológicas
Scheyder también es crítico con la confianza ciega en las soluciones tecnológicas como respuesta a estos dilemas. Por ejemplo, aunque el reciclaje de baterías se presenta como la solución ideal, actualmente recupera menos del 5% del litio. Empresas como Redwood Materials avanzan en el reciclaje, pero la escala necesaria para satisfacer la demanda prevista es aún distante.
Asimismo, aunque compañías como Tesla han logrado reducir el uso de cobalto, esto ha incrementado la dependencia de otros minerales como el níquel, cuya extracción ha provocado graves problemas ambientales en Indonesia, incluyendo la deforestación masiva. La minería submarina, otra supuesta alternativa «limpia», amenaza ecosistemas oceánicos inexplorados, poniendo en riesgo biodiversidad aún desconocida.
Caminos hacia una extracción más responsable
Scheyder reconoce que la solución no pasa simplemente por abandonar estas tecnologías, sino por encontrar métodos más responsables y equitativos. Propone tratados internacionales vinculantes para regular la minería responsable, siguiendo el ejemplo del Acuerdo de Escazú en América Latina, diseñado para proteger a activistas ambientales y garantizar estándares mínimos.
Además, defiende inversiones en innovación tecnológica que reduzcan la dependencia de estos minerales críticos. El desarrollo de baterías basadas en sodio-azufre podría reducir significativamente la presión sobre el litio y el cobalto, aunque estas tecnologías aún requieren importantes apoyos económicos y gubernamentales.
Otro enfoque que Scheyder destaca es la justicia ambiental, inspirándose en casos como el del Río Atrato en Colombia, reconocido en 2016 como entidad con derechos legales. Este tipo de iniciativas podrían ser un modelo a seguir para proteger regiones vulnerables a la explotación minera descontrolada.
Conclusión: ¿Es posible una transición justa?
«The War Below» no ofrece respuestas fáciles ni soluciones milagrosas, pero plantea con claridad los dilemas éticos fundamentales de la transición energética. Nos invita a preguntarnos cómo distribuir equitativamente los costes y beneficios de salvar el planeta, evitando repetir los errores históricos cometidos durante la era del petróleo.
Scheyder sostiene que una transición energética realmente justa debe incluir a las comunidades locales, especialmente indígenas, en la toma de decisiones. Son estas comunidades las que durante siglos han protegido la tierra y, paradójicamente, son las primeras víctimas del nuevo boom minero necesario para la revolución verde.
Con casi 250 entrevistas realizadas en 14 países y tras 18 meses de investigación de campo, Ernest Scheyder ofrece una perspectiva imprescindible para entender el lado oscuro de la transición energética. Su mensaje es claro y contundente: no podemos permitirnos abordar este desafío global sin un debate ético profundo sobre cómo gestionar los recursos esenciales para nuestra supervivencia tecnológica y medioambiental.
Este libro es una lectura recomendada para cualquier persona interesada en la intersección entre energía, tecnología, ecología y justicia social, y un llamado a que reconsideremos no solo las tecnologías que usamos, sino cómo las obtenemos y quién paga realmente el precio de nuestra comodidad energética.