En el mundo de las inversiones tecnológicas, pocos fondos han tenido un impacto tan colosal—y controvertido—como el Vision Fund de SoftBank. Con una inyección sin precedentes de 100.000 millones de dólares, su promesa era clara: financiar la próxima gran revolución tecnológica, desde la inteligencia artificial hasta la robótica y el Internet de las Cosas. Lo que comenzó como una apuesta ambiciosa pronto se convirtió en un experimento descontrolado de capital sin restricciones, generando algunas de las mayores burbujas del sector y dejando un rastro de éxitos, fracasos y lecciones difíciles de ignorar.

En The Money Trap, Alok Sama—uno de los principales arquitectos financieros de SoftBank—ofrece un relato desde dentro de la maquinaria, revelando cómo el exceso de dinero y la obsesión por el crecimiento infinito pueden terminar socavando sus propias promesas de innovación y progreso. Lejos de ser un ajuste de cuentas simplista, su análisis es una exploración profunda del lado oscuro de la inversión en tecnología, combinando datos financieros con una reflexión personal sobre las tensiones entre ambición, ética y sostenibilidad en el mundo de las startups.

A diferencia de otros relatos sobre la burbuja tecnológica, The Money Trap no se detiene en la crónica de los fracasos más sonados, como WeWork, ni en la sobrevaloración de empresas sin un modelo de negocio claro. Su verdadera aportación es su perspectiva privilegiada sobre la psicología de los inversores y la dinámica interna de las grandes apuestas de capital. Sama no solo disecciona los errores estratégicos de SoftBank, sino que también plantea una pregunta inquietante: ¿qué pasa cuando la abundancia de dinero se convierte en un problema en sí mismo?

Este análisis, que mezcla la historia de Sama con la evolución del ecosistema tecnológico, es una advertencia y una hoja de ruta. En un momento en el que la era del dinero fácil ha terminado y la inteligencia artificial comienza a materializar su promesa, The Money Trap nos obliga a repensar el futuro del capitalismo tecnológico y los límites de su propia ambición.

Young Turks Reloaded Ep – 4 | Alok Sama On SoftBank, Masayoshi Son & His New Book ‘The Money Trap’

De las matemáticas a las finanzas: El viaje de Alok Sama hacia la revolución tecnológica

Antes de convertirse en una de las figuras clave de SoftBank, Alok Sama tuvo un recorrido profesional poco convencional. En los años 90, era un joven prodigio de las matemáticas en Delhi, fascinado por la belleza del Último Teorema de Fermat, un problema que había desconcertado a los matemáticos durante siglos. Sin embargo, cuando Andrew Wiles logró resolverlo en 1994, Sama ya había tomado otra dirección. En lugar de seguir en la academia, decidió aplicar su capacidad analítica a un campo mucho más tangible y lucrativo: las finanzas.

Su elección no fue por falta de pasión por las matemáticas, sino por pragmatismo. Los teoremas podían esperar, pero la transformación del sistema financiero global no. Su ascenso en Wall Street fue meteórico. En Morgan Stanley, se especializó en análisis cuantitativo, lo que en el mundo financiero se conoce como un quant, aplicando su destreza matemática a modelos financieros cada vez más sofisticados. A los 33 años, ya era director general de la firma, con una mansión en Londres y un salario que lo colocaba en la élite de las finanzas.

Sin embargo, algo comenzó a inquietarlo. Mientras los banqueros de inversión continuaban acumulando riqueza de manera estable, una nueva generación de emprendedores estaba construyendo imperios tecnológicos a una velocidad sin precedentes. La explosión de las puntocom en los años 90 había marcado un antes y un después, pero ahora el fenómeno iba más allá de la especulación: compañías como Google, Amazon y Facebook no solo estaban generando enormes fortunas, sino que estaban redefiniendo las reglas del capitalismo.

Entre todos los visionarios tecnológicos, hubo uno que captó especialmente su atención: Masayoshi Son, el fundador de SoftBank. Son no era un inversor tradicional; era un auténtico estratega con un enfoque de inversión completamente diferente al de Wall Street. En los años 90, había convertido una inversión de 20 millones de dólares en Yahoo en miles de millones, y su capacidad de anticipar el futuro del mercado lo había llevado a controlar el 8 % de toda la actividad online. Mientras muchos inversores aún analizaban modelos de negocio tradicionales, Son ya estaba visualizando el impacto transformador del software y la inteligencia artificial.

El punto de inflexión para Sama llegó en 2011, con la publicación del célebre ensayo de Marc Andreessen, Why Software Is Eating the World. Para él, ese artículo no era solo una observación acertada, sino una confirmación de lo que había estado viendo desde la banca de inversión: el software no solo estaba cambiando industrias, sino que estaba reconfigurando toda la economía global.

Decidió que su futuro no estaba en Wall Street, sino en el corazón de esta revolución tecnológica. Fue entonces cuando aceptó la oferta de SoftBank y se unió a Son como su estratega de inversiones en uno de los momentos más cruciales para la industria tecnológica.

El ascenso y la caída del Vision Fund

Una vez dentro de SoftBank, Sama se dio cuenta de que estaba en un universo completamente distinto al mundo de Wall Street. Mientras los bancos de inversión analizaban cada decisión con extrema cautela, en SoftBank las apuestas millonarias se tomaban en cuestión de minutos. Son no era un líder convencional. Su enfoque no era estrictamente financiero, sino filosófico. No veía la inversión como un simple negocio, sino como una herramienta para moldear el futuro.

El Vision Fund, creado en 2017, se convirtió en el mayor fondo de inversión tecnológica de la historia. Con 100.000 millones de dólares para desplegar, SoftBank apostó fuerte por empresas con modelos de negocio disruptivos, pero muchas veces sin rentabilidad demostrada. Durante un tiempo, la estrategia funcionó. SoftBank ayudó a escalar compañías como Uber, ByteDance (TikTok) y DoorDash, inyectando cantidades astronómicas de dinero para acelerar su crecimiento.

Pero a medida que el Vision Fund crecía, Sama comenzó a chocar con Son. Estaba preocupado por la velocidad con la que se estaban desplegando los fondos, el uso creciente de apalancamiento y la falta de disciplina en la evaluación de riesgos. Sus temores se materializaron con WeWork.

Son había valorado la empresa en 47.000 millones de dólares, pero cuando la compañía intentó salir a bolsa en 2019, su modelo financiero se derrumbó. El Vision Fund perdió miles de millones, y SoftBank tuvo que intervenir para rescatar a la empresa. Fue el golpe definitivo para Sama, que decidió apartarse del fondo.

Los siguientes años trajeron más crisis: la pandemia afectó a las empresas de la economía colaborativa, la burbuja de las criptomonedas explotó y las regulaciones chinas hundieron a gigantes como Alibaba y Didi. En 2022, el Vision Fund reportó una pérdida récord de 27.400 millones de dólares, y Son tuvo que abandonar su estrategia agresiva de inversión.

Conclusión: ¿Qué nos deja The Money Trap?

Hoy, Sama advierte que el verdadero problema no fue solo la abundancia de dinero, sino la falta de límites. SoftBank creyó que podía impulsar cualquier empresa con capital infinito, sin exigir modelos de negocio sostenibles. Pero como ha demostrado la historia, las burbujas financieras siempre estallan.

The Money Trap no es solo un libro sobre el auge y caída del Vision Fund, sino una advertencia sobre los peligros de dejar que el capital corra sin control. En un mundo donde la inteligencia artificial está comenzando a materializar su promesa, el legado de Sama ofrece lecciones clave sobre el frágil equilibrio entre la inversión visionaria y la gestión prudente del riesgo.

Porque, como nos enseña la historia, las burbujas siempre regresan, solo cambian de forma.