Rocket Lab ha cerrado 2024 con los mejores resultados de su historia. La compañía fundada por Peter Beck ha experimentado un crecimiento espectacular, tanto en ingresos como en operaciones, consolidándose como un actor clave en el sector aeroespacial. Sin embargo, 2025 podría ser un año aún más determinante, con el esperado lanzamiento de su nuevo cohete reutilizable Neutron, la expansión de su negocio de sistemas espaciales y su ambición de ofrecer servicios desde el espacio.
Mientras SpaceX sigue dominando la industria, Rocket Lab está siguiendo una estrategia diferente, especializándose en mercados con un gran potencial. No busca competir directamente con SpaceX, sino convertirse en una alternativa estratégica para gobiernos, defensa y operadores de constelaciones satelitales.
En este post, repaso su crecimiento en 2024, las claves de su éxito y por qué 2025 podría marcar un punto de inflexión en su evolución (descargar documento a inversores).
2024: Expansión y crecimiento exponencial
Rocket Lab ha registrado su mejor año en ingresos, impulsado tanto por su negocio de lanzamientos (Electron y HASTE) como por la expansión de su división de sistemas espaciales.
Resultados financieros sin precedentes
Algunos números clave:
- Ingresos anuales: $436,2M, un incremento del 78% respecto a los $244,6M de 2023, lo que demuestra la capacidad de Rocket Lab para escalar su modelo de negocio y captar una demanda creciente tanto en lanzamientos como en sistemas espaciales.
- Ingresos en Q4: $132,4M, un aumento del 121% interanual, impulsado por un mayor ritmo de lanzamientos y la consolidación de contratos clave en el segmento de defensa y exploración espacial.
- Crecimiento respecto a Q3: +26% ($104,8M → $132,4M), reflejando una aceleración en la ejecución de su pipeline de proyectos y una mayor diversificación de fuentes de ingresos.
Este crecimiento se ha impulsado por dos grandes pilares:
- Lanzamientos exitosos (Electron y HASTE): 16 misiones en 2024, un nuevo récord para la compañía.
- Sistemas espaciales: contratos con NASA, la Fuerza Espacial de EE.UU. y empresas privadas para el desarrollo de satélites y tecnologías orbitales.
Electron y HASTE: líderes en lanzamientos y pruebas hipersónicas
El cohete Electron se ha consolidado como el más fiable en la categoría de pequeños lanzadores, logrando un 100% de éxito en 2024. Rocket Lab también ha logrado un hito operativo al realizar dos lanzamientos en 24 horas desde dos hemisferios distintos.
Por otro lado, su plataforma HASTE, diseñada para pruebas hipersónicas, ha llevado a cabo dos lanzamientos en apenas 21 días y ha sido seleccionada por el Pentágono para un programa de pruebas de 5 años valorado en $1.450M. Esto refuerza la posición de Rocket Lab como un actor clave en defensa y seguridad nacional.
Sistemas espaciales: el gran salto estratégico
Rocket Lab ha expandido significativamente su negocio de sistemas espaciales, desarrollando satélites para clientes gubernamentales y comerciales. Sin embargo, al adoptar un modelo end-to-end, la compañía corre el riesgo de competir con sus propios clientes o potenciales aliados, lo que podría generar tensiones en el mercado y afectar su crecimiento a largo plazo. No obstante, Rocket Lab cuenta con ventajas estratégicas difíciles de replicar, como su presencia global con múltiples plataformas de lanzamiento en distintos países y hemisferios, una alta integración vertical y capacidades de producción avanzadas que le permiten ser altamente competitivo en el sector.
Algunos datos clave:

- Más de 40 satélites en producción.
- 16 misiones programadas o completadas para finales de 2025.
- Flatellite, su nueva plataforma de satélites de bajo costo para constelaciones masivas, plantea dudas sobre su viabilidad y rentabilidad a largo plazo, ya que podría generar una competencia interna con otros productos de Rocket Lab o enfrentarse a barreras comerciales inesperadas. Además, el mercado cuenta con competidores establecidos y nuevos actores con capacidades avanzadas, como AST, lo que podría dificultar su éxito.
Además, Rocket Lab ha firmado contratos importantes con:
- NASA: dos naves listas para una misión a Marte.
- Victus Haze: una misión para la Fuerza Espacial que debe lanzarse con solo 24 horas de preaviso.
- SDA Tranche 2: contrato para 18 satélites de comunicaciones seguras.
Este movimiento posiciona a Rocket Lab en una estrategia diferente a SpaceX: no solo lanza satélites, sino que también los diseña, fabrica y opera.
2025: Neutron y la expansión de un modelo integrado
El gran reto para Rocket Lab en 2025 es la entrada en el mercado de los cohetes reutilizables de carga media con el lanzamiento del Neutron.
Neutron: una solución a la saturación del mercado de lanzamientos
El mercado de lanzamientos enfrenta un desafío creciente debido a la saturación provocada por la alta demanda de constelaciones satelitales comerciales, misiones gubernamentales y programas de seguridad nacional. Las opciones confiables en la categoría de carga media son limitadas, lo que genera largos tiempos de espera y costos elevados para los clientes.
Neutron busca abordar este cuello de botella con un cohete de carga media diseñado para ser altamente competitivo en términos de costos y eficiencia. Con una capacidad de hasta 13 toneladas en órbita baja terrestre (LEO) y una arquitectura totalmente reutilizable, Neutron ofrece una alternativa más flexible y adaptada a la creciente demanda de clientes gubernamentales y privados que necesitan despliegues rápidos y frecuentes. Su enfoque en la reutilización lo convierte en una opción viable frente al Falcon 9 de SpaceX, aunque con un posicionamiento más enfocado en constelaciones y cargas estratégicas.

Rocket Lab ha realizado avances significativos en el desarrollo de Neutron, consolidando su infraestructura para soportar un volumen creciente de lanzamientos. Algunos hitos clave incluyen:
- Primer lanzamiento previsto para finales de 2025.
- La plataforma de lanzamiento estará operativa en Q2 2025.
- El motor Archimedes ha sido probado con éxito.
Si Rocket Lab logra operar Neutron con éxito, no solo podría captar parte del mercado de carga media, sino también consolidarse como un proveedor estratégico dentro de la industria aeroespacial global. Su ventaja radica en la combinación de activos clave difíciles de replicar, como su red de plataformas de lanzamiento en distintos países y hemisferios, su alta integración vertical que optimiza costos y producción, y su capacidad avanzada de manufactura para soportar misiones de alta frecuencia y escalabilidad.
Cartera de pedidos y contratos gubernamentales: garantía de crecimiento
Rocket Lab tiene un backlog de $1.067M, con un 51% de contratos gubernamentales, lo que le proporciona estabilidad financiera a largo plazo y le permite mitigar riesgos asociados a la volatilidad del mercado comercial. La fuerte demanda de gobiernos y agencias espaciales refuerza su posición como un socio estratégico clave en el desarrollo de infraestructuras espaciales. Además, el hecho de que la mitad de esta cartera se reconozca en menos de 12 meses indica que Rocket Lab no solo ha asegurado ingresos a corto plazo, sino que también cuenta con una previsión de crecimiento sostenible. Su combinación de contratos gubernamentales de alto valor y su capacidad de ejecución rápida le brindan una ventaja competitiva en un sector donde la confiabilidad y la escalabilidad son factores determinantes.
Conclusiones: Rocket Lab se consolida como un jugador clave en el espacio
Rocket Lab ha dejado de ser solo una empresa de pequeños lanzamientos. Su expansión en sistemas espaciales, su fuerte presencia en defensa y su ambición de ofrecer servicios orbitales la convierten en un actor cada vez más relevante en la nueva economía espacial.
El 2025 será clave para determinar si puede cumplir sus promesas: ✅ Lanzamiento exitoso de Neutron. ✅ Crecimiento continuo en el negocio de sistemas espaciales. ✅ Expansión en servicios orbitales con satélites propios.
No se trata de competir con SpaceX, sino de seguir una estrategia complementaria. Mientras Musk busca colonizar Marte, Rocket Lab se está convirtiendo en un proveedor clave para constelaciones, defensa y exploración planetaria.