(Vídeo: resumen Ultra Trail de l’Emmona 2011)
En un año que se prevé especialmente complejo y exigente a nivel profesional, el deportivo no solo no puede bajar el listón, sino que debería estar a la altura de las circunstancias. Esto es, potente y exigente.
El riesgo de compartir grandes retos es que puedes acabar haciendo el ridículo del año. El miedo al fracaso está ahí, aunque creo que es peor el que entrena en secreto para no quedar en evidencia durante la prueba. O el que ni tan siquiera lo intenta. En resumen, que me declaro incapaz de mantenerlo en privado y considero una ventaja compartirlo, un auténtico plus de motivación. Sabiendo, eso sí, que puede pasar de todo: lesiones, salud, exigencias profesionales o familiares.
A diferencia de otros ámbitos, en el deporte hay menos espacio a la improvisación. Es impensable participar en una prueba de alta exigencia, sin preparación previa. Así que toca esbozar las grandes líneas de la temporada que más adelante ya gestionaremos la incertidumbre del día a día.
También es importante hacer balance, aunque rápido, del año anterior. El 2011 ha sido un año memorable deportivamente hablando. No tanto por las marcas conseguidas, sino por los nuevos límites experimentados.
El debut de mi primera maratón es (y será) un momento imborrable. A ritmo de ‘Corren’ volveré a repetir, esta vez con el deseo de mejorar registro y de disfrutar aún más del evento. Sin duda una mejor base, una planificación más seria, incluyendo un par de medias (Sitges y BCN), deberían facilitarme estar en la salida de la Marató BCN el 25 de marzo en condiciones óptimas.
Ese será un punto de inflexión importante de la temporada, que planteo de modo muy diferente al 2011. En primer lugar, aquí acabará mi temporada de asfalto. Y en segundo lugar, me he mentalizado para gestionar mejor los meses de primavera-verano, tradicional época de bajón físico y mental. Para los últimos días de primavera hay reservado el experimento o “ida de olla” de la temporada. Este año toca la Emmona y el objetivo es acabar vivo. Cualquier otra expectativa es ciencia ficción.
Brevemente: se trata de una prueba de ultra trail running, de 106 kms de recorrido, 8.300 metrosde desnivel positivos (otros tantos de negativos) y un máximo de 30 horas para completar el itinerario. El marco es simplemente espléndido. Pirineu Oriental y ascensos a Bastiments (2.881), Pic de l’Infern (2.969), Puigmal (2.914) o Taga. Manteniendo gran parte del recorrido por encima de los 2.000 metros. Además, en su segunda edición, la Emmona se mantiene en el selecto club de pruebas que dan cuatro puntos para la UTMB, lejano objeto de deseo de cualquier trailrunner.
Plantearse la Emmona es una “locura”, pero en solitario es imposible. Por eso, a escasas horas de abrirse el periodo de inscripciones, estoy tratando de convencer a alguien de garantías, como mínimo tan inconsciente como yo, para formar tándem en la aventura. El camino para preparar la Emmona promete ser duro. Además de entrenos de altura, hay que acumular muchos metros desnivel, por libre o participando en otros trail.
Suponiendo que acabe más o menos entero la Emmona, todavía quedará todo el verano por delante. Veremos si las condiciones físicas y/o mentales permiten atreverse a algo más. De entrada sí que me he comprometido con mi hijo para hacer Carros de Foc durante agosto, en modo travesía y en varios días.
Este año no habrá parón de verano. Agosto y septiembre tienen que ser momentos de preparación intensa para el gran compromiso del año, a principios de octubre: repetir la Cavalls del Vent. Sin duda un momento imborrable. Prueba durísima, de sensaciones intensas. Empezando por el momento (“gallina de piel”) a pocos minutos de la salida, escuchando la BSO de ‘El último Mohicano’, el momento Prats d’Aguiló, la llegada, etc.. El objetivo del 2012 será convertirme de nuevo en ‘finisher’, intentando disfrutar más de la experiencia y si todo acompaña, mejorar el tiempo final.
Después de todo esto, veremos cuál es mi estado. Quedará mucho para acabar el año y todavía un montón de pruebas que me atraen. Quizás repetir la Behobia-SSebastián en compañía de mi esposa. O atreverse a la Marató del Montseny, o la Mitja Collserola,… Veremos. Todo esto si la salud, las lesiones me respetan, mi familia me sigue aguantando…y sigue habiendo energía y ganas. De momento, primero toca entrenar y hacer la prueba de esfuerzo pendiente.