De la edición de ayer dedicada a “Reputación personal y corporativa en la red” me quedo con dos grandes cuestiones: las diferentes velocidades así como la personalización de las marcas.
Me explico. Para contextualizar la primera cuestión,
Gutiérrez Rubí parafraseó unas palabras del vicepresidente de Google: “no importa ser grande, mediano o pequeño, importa ser rápido”La presión, real o no, es tal que actuamos con rapidez, más por intuición (¿precipitación?) que con reflexión. Como comentó y verificó con los asistentes,
Neus Arqués.Gutiérrez Rubí afirmó que aunque en la red aparentemente “se puede manipular con facilidad, más poderosas son las posibilidades de verificar y contrastar”, y es que “se verifica todo de manera prácticamente inmediata”.La reacción es rápida, pero la construcción es lenta. Esa es la paradoja. Los aprendices de brujo y los marketers clásicos, tienen tendencia a pensar que hay atajos (construcción según modo broadcast). No es así. Sabemos que la reputación requiere tiempo, se construye a base de constancia, perseverancia y coherencia.
Seguramente porque de la construcción de la reputación –a diferencia de la marca- no nos ocupamos nosotros, sino los demás. Es, por así decirlo, responsabilidad de los demás y a su ritmo…
En cambio, como afirmaba
Gutiérrez Rubí, «En la red no hay defensa pasiva«. Aunque creo que hay que aclararlo. Es realmente cierto que no se puede hacer off y desaparecer de la red. Hay que seguir con la presencia activa, pero –en mi opinión- evitando el enfrentamiento digital. Incluso aunque en ocasiones tengas razón, pero se evita generar más ruido del necesario.Otra de las cuestiones que ocupó gran parte del momento Twitt fue la personalización de las marcas. Curiosamente mientras las personas nos convertimos cada vez más en “marcas” con una reputación que gestionar, las “marcas” van y se personalizan.
Como apuntaba
Gutiérrez Rubí “Si no hay personas detrás de las comunicaciones, no son lo suficientemente aceptadas«. Parece claro que es importantísima la relevancia y credibilidad que generan las personas dentro de las marcas/corporaciones.Esta es una disciplina muy tierna. Que por aluvión bebe de otras muchas que no hay que despreciar. Me parece no resuelto el problema de la personalización de las marcas. Sin problema cuando la “persona asociada a la marca” forma parte casi indisoluble de la marca (accionista o dirección de la empresa) pero delicado cuando es un empleado que puede abandonar la empresa en cualquier momento… e ir a la competencia.
Involuntariamente estaríamos igualando la figura del community manager a la del comercial de toda la vida. Que cuando se va a la competencia, hay elevadas posibilidades de arrastrar a “sus” clientes con él. Para reflexionar.
Como siempre máxima afluencia de público, con un interesante momento Twitt, y un necesario y agradable momento Cava, que convierten el
Cava&Twitts en un evento imprescindible de nuestro panorama. Enhorabuena.