Hay redes sociales de todos los sabores y para todos los gustos, pero estaremos de acuerdo que una posible manera de tipificarlas podría ser: masivas, exclusivas, de marca y también personales .
Se ha dicho que el pasado año fue el de las redes sociales, cierto. De hecho hemos presenciado la aparición de un número muy importante de grupos de personas de ideas afines que comparten la creación, debate e iteración de determinados contenidos y que pueblan en gran número la Red.
Habitualmente se agrupan constituyendo redes, que pueden ser a la vez formalmente organizadas, o menos estructuradas pero desarrollándose con fuerza alrededor de pequeñas comunidades que se vinculan entre sí con la “excusa” de temas diversos y variopintos.
Hace unos días tuve la ocasión de debatir acerca de cual sería la tendencia respecto a redes sociales. Esencialmente había dos tendencias enfrentadas.
Por un lado la tendencia hacia una mega red donde “todos” estaríamos conectados con “todos” (Facebook, MySpace, Linkedin,…). Por otro lado, una segunda tendencia hacia redes más pequeñas verticalizadas, tematizadas, o más exclusivas.
Dejo fuera voluntariamente aquellas redes creadas ad-hoc desde una marca y alrededor de ella. Hay numerosos casos, como Reuters con su Reuters Space o KLM con su red social tematizada de golf Flying Blue Golf Club.
A todo esto, leía el artículo de Begoña Lozano (Crear tu propia red social). En el que más allá del fenómeno de las redes y su canibalismo galopante, subraya la masificación de las mismas. Proceso que ha provocado una cierta incomodidad de quienes desean pertenecer a comunidades más exclusivas.
Una señal evidente de esta masificación del social networking tradicional, ha sido la aparición de redes exclusivas en las que para ingresar, hace falta reunir una serie de condiciones (sociales, gremiales o de cierto rango profesional).
Ahí están los ejemplos de Diamond Lounge y A Small World, por citar algunos de entre los sitios más exclusivos de networking para hombres de negocios más importantes o de VIPs.
Pues bien, ahora se señala que una de las opciones de futuro es que cada uno construya su propia red… pero con su propia marca. Ahí aparece con fuerza Ning(creada en octubre 2005) y más que una red, es una plataforma gratuita para que tú mismo puedas crear tu “propia red”. El proyecto que lleva tiempo funcionando, cuenta entre sus fundadores con Marc Andreessen, cofundador de Netscape (D.E.P.).
Ning está en distintos idiomas y te permite personalizarlo absolutamente todo (desde el nombre de la red, hasta cualquier detalle de la imagen). Y por supuesto, también puedes escoger si quieres que la red sea privada o bien pública.
Puede que al final tengamos un entramado o yuxtaposición de miles de redes. Filosóficamente puede parecerme bien cuidar tu propia red, pero siendo realista me cuesta imaginar que uno mismo sea suficiente motivo para construir una comunidad a su alrededor, salvo que seas un personaje de elevada visibilidad…. Pero entonces ya estaríamos hablando del fenómeno fan.
Para el resto de mortales, lo propio es seguir construyendo y perteneciendo a una red de amantes de la meteorología, del mini-cooper, de ex alumnos de tu antigua escuela, o de marketing.
¿O tiene más sentido compartir todas mis aficiones con todos mis amigos?