Hace 15 años, Louis Rossetto fundador de la revista Wired escribió en el primer número de la publicación que “The Digital Revolution is whipping through our lives like a Bengali typhoon” (algo así como “La revolución digital está azotando nuestras vidas como un tifón bengalí”)

Cuando decidí qtorb como contracción de “qué torb”, lo tuve claro. Nunca he vivido un tifón bengalí, pero –salvando las distancias- sí un torb. El torb es un viento del norte que sopla en las montañas pirenaicas. Es un viento muy intenso, violento. Un temporal de torb puede desatarse en cuestión de pocos minutos.

Su combinación con la nieve produce remolinos blancos que reducen la visibilidad y que desorientan peligrosamente. Esto unido a la caída drástica de la temperatura, pueden tener efectos mortales.

Cuando estás a salvo o desde lejos, el torb es de una gran belleza. Los remolinos de viento se elevan hacia el cielo y el característico sonido del viento, provocan un efecto bellísimo aunque escalofriante.

Metafóricamente, la revolución digital tiene parte de esas características. Su irrupción ha provocado un efecto irreversible en la sociedad, en la economía y –por supuesto- en nuestras vidas.

Ha aniquilado industrias, pero también han florecido otras que no existían. Siempre desde la óptica de cómo lo experimentas, puede ser fuente de interesantes oportunidades o de fatales amenazas. Pero nunca deja indiferente. Algo parecido espero con qtorb.

Aunque más de un amigo me ha hecho notar lo “rarito” del argumento, me pareció un buen dominio para mi blog…. Y ya está.




El autor de la fotografía es Ferran Jordà. Uso bajo licencia Creative Commons.