Richard Branson, fundador y CEO de Virgin, decía que “en el pasado la gente dejó a los políticos y trabajadores sociales el solucionar los problemas del mundo, y los negocios sólo creaban puestos de trabajo y riqueza. Pienso que ahora muchos líderes de negocios se han dado cuenta de que todas las empresas deben volverse una fuerza para el bien”
Esta idea de Branson, compartida por numerosos empresarios famosos como Yvon Chouinard o Elon Musk, encaja bastante con la idea de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de Naciones Unidas, que se pusieron en marcha en enero de 2016. Éstos recogen las aspiraciones a nivel agregado de la sociedad, a las que pueden y deben contribuir todos los actores, gobiernos, empresas, sociedad civil y las personas de forma individual, sobre el desarrollo sostenible de todo el planeta. Por tanto, no es detalle menor: representan objetivos y metas a lograr de forma colectiva, con la participación de todos.
Qué son los ODS?
- Son una llamada universal a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad.
- Estos 17 Objetivos (ver imagen que acompaña al post) se basan en los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aunque incluyen nuevas esferas como el cambio climático, la desigualdad económica, la innovación, el consumo sostenible y la paz y la justicia, entre otras prioridades. Los Objetivos están interrelacionados, con frecuencia la clave del éxito de uno involucrará las cuestiones más frecuentemente vinculadas con otro.
- Los ODS conllevan un espíritu de colaboración y pragmatismo para elegir las mejores opciones con el fin de mejorar la vida, de manera sostenible, para las generaciones futuras. Proporcionan orientaciones y metas claras para su adopción por todos los países en conformidad con sus propias prioridades y los desafíos ambientales del mundo en general.
- Los ODS son una agenda inclusiva. Abordan las causas fundamentales de la pobreza y nos unen para lograr un cambio positivo en beneficio de las personas y el planeta”
Cualquiera que esté implicado en la gestión de empresa, sabe de la presión por los rendimientos a corto-medio plazo. Los ODS han abierto un importante marco para que el sector privado entienda, interiorice y contribuya a solucionar los mayores retos que afectan a la humanidad y al futuro del planeta.
Los ODS representan un compromiso al que adherirse (y cumplir de forma tangible) para diferenciarse y considerar el beneficio de la sociedad en general para enfocar la estrategia de negocio hacia objetivos a largo plazo. No hay duda de que esta aspiración a solucionar los retos más ambiciosos y afronten el bien común debería ser absolutamente compatible con el objetivo de desarrollar un negocio sostenible en el tiempo.
En realidad, tal como indica en ‘Empresa y objetivos de desarrollo sostenible’ de Marta Remacha, “las empresas difícilmente podrán definir su estrategia y desarrollar el negocio sin atender a los ODS, que recogen las preocupaciones de los grupos de interés a nivel mundial”.
Para acabar esta breve referencia hacia los ODS (que iré completando en el futuro), destacaría dos aspectos:
- La diferenciación por valores (positivos) no representa una oportunidad empresarial futura sino un elemento imprescindible del presente para generar la confianza necesaria, para la construcción de relaciones y la supervivencia de la empresa
- El esfuerzo colectivo y la necesidad explícita de tejer alianzas y colaboraciones con todo tipo de actores en una misma dirección (empezando por tu propio equipo).