El gran éxito de
Obama ha sido que, además de conectar con el voto joven que tradicionalmente ya era demócrata, ha sido motivarlo a la participación.¿Los ingredientes? Su éxito, según parece, frescura, un aura suave, los valores comunitarios de esperanza y unidad, su gente y llena su campaña perfecta de gráficos – es la esencia del atractivo para los millennials. Los millennials quieren alguien inteligente, divertido y suave.
Obama es su marca. Él no tiene opiniones polarizantes, y si tiene mala leche luce un excelente autocontroal. Todo lo contrario que McCain y su equipo asesor, cuando hizo la comparación entre Obama y Paris Hilton…Sin comentarios.Sobre
Obama también han escrito (Andrew’s Romano de Newsweek) «Obama es el primer candidato presidencial capaz de crear una auténtica marca de consumo de primera gama.» Su creciente-logo se hace eco de un mundo de iconografía Pepsi, AT&T y Apple”. La tipografía empleada por Obama –según el gurú de diseño Michael Bierut- es el uso coherente de la Gotham tipo de letra («muy americano… y de conversación agradable») y su línea aspecto hacen de Obama, el primer candidato con un «total coherencia, arriba a abajo, de 360 grados”.Algunos acusan a Obama de tendencias mesiánicas. Un hecho que ha sido aprovechado por su contrincante presidencial, John McCain, con una campaña que ataca directamente la marca de Obama, burlándose de su condición de celebridad y la sobreexposición a la que está siendo sometida.
Y aunque Obama tampoco funciona mal en targets de edades superiores, su estrategia parece clara, si puede movilizar esa nueva fuente de votos con bajos porcentajes de participación (los millennials), combinado con el mantenimiento de suficientes votantes entre las generaciones de más edad, su estrategia de marca puede resultar decisiva.
Desde luego, una buen ejemplo del que muchos deberían (deberíamos) aprender.
Vía:
AdAge