A medida que se sofistican los comportamientos del cliente, los canales y las herramientas de marketing, la definición y la gestión del mismo se hace más compleja. Ante este panorama solo alguien con perspectiva global y capacidad transversal es capaz de imaginarse una foto panorámica y marcar en el mapa la ruta a seguir. Cuando los managers de marketing digital se incorporan al día a día de los departamentos de marketing, pronto quedan colapsados. Cuanto más profundizas, menos capacidad para desarrollar la visión transversal y perdiendo probablemente, visión estratégica.
Es en este punto cuando la empresa tiene que buscar ayuda externa. Algún líbero, libre de las cargas diarias operativas habituales. Alguien que pueda moverse entre líneas. Entrar y salir. Estar cerca, pero tomar suficiente distancia para no contaminarse.
Pero ¿Quién puede ocupar esta rol? Me temo que no puede ser ni la agencia (digital/interactiva o de publicidad), ni en general ningún proveedor de servicios. No son ni imparciales, ni agnósticos. Están implicados en la venta de servicios presente o futura. Algo razonable y normal. De las agencias menos que menos. Su modelo es difícilmente sostenible. Los fees quisieron pagar ese tipo de valor añadido, pero la producción mató esa buena intención. Son arte y parte.
La duda sigue siendo la misma ¿Quién? alguien con experiencia, que conozca el camino, las personas y herramientas necesarias. El futuro no se adivina, estas personas lo hacen y te acompañan. Por tanto, son tan thinker como doer.
El cómo es tan importante como el qué. En la era de la híper competencia, donde parece que lo único que prevalece es el resultadismo, los cambios se hacen desde y para las personas. Al final es lo que prevalece. Imperfectas, pero genuinas, honestas y próximas. Condiciones indispensables para que alguien que desea que lo guíes y acompañes. Parte de tu futuro, está en sus manos.
Con todo esto, solo se me ocurre la figura del profesional independiente (la palabra “consultor” me horroriza). Una mezcla extraña de coacher, interim manager y free lance. Hombre o mujer, pero con canas. Digitales hasta la médula, que no es lo mismo que ‘talibán digital’. Con gran equilibrio psicológico y elevada resiliencia. Los altibajos que vivirá durante el viaje, solo son comparables a las subidas y bajadas de las montañas rusas. Además, tendrá que ser lo suficientemente inquieto e irreverente para no desear que la empresa le pague una nómina, sin ningún problema en resetear de vez en cuando, ilusionarse y adaptarse a un nuevo entorno cada pocos años… o meses.
No son gurús, sólo son l@s guías de montaña rusa del nuevo marketing.