Hace un par de días contemplaba una interesante conversación en Facebook. La conversación, fue iniciada por Daniel Solana con la siguiente reflexión: “En la nueva sociedad las personas empezamos a ser como marcas. Marcas mal gestionadas, pésimamente posicionadas y con una total ausencia de orientación estratégica.”
Con ironía, Enric Juvé comentaba “El mundo al revés: las personas necesitamos especialistas en marketing. Y las marcas, psicoanalistas”.
Y continuaba Daniel Solana “Igual en eso los publicitarios tendríamos alternativas profesionales. Dedicarnos a gestionar la imagen de las personas. Una persona con su imagen de marca bien gestionada, con su marca bien posicionada y con la suficiente popularidad o notoriedad, seguro que consigue mejorar notablemente sus éxitos profesionales y personales.”
Luis Gaitán “Curiosamente a ese oficio justamente se le llama «publicist» en EEUU: los profesionales que gestionan la imagen de las personas, inicialmente actores, artistas y famosos, pero cada vez más de personas”
Rafa Coelho “No estaría mal. Me pregunto cuando costaría este producto y en qué se diferencia del coaching”
Maje López “Un coach del publicity personal… ¿?? … ahora que todo el mundo habla de coaching, no está mal para dar salida a tanto freelance que esta crisis está dejando.”
Daniel Solana “Si yo trabajara para ti podría estudiar tus beneficios de producto y determinar tu verdadera USP, aquello que te hace distinto y valioso, en lo social y en lo personal, luego analizaría tus frenos de compra, con el objetivo de inhibirlos, y definiría contigo tus objetivos a corto, medio y largo plazo, como por ejemplo encontrar el trabajo perfecto, o el amor de tu vida. Entonces prepararíamos una campaña para acercarte a tu target, y darte repercusión social, de manera que pudieras salir en prensa y adquirir notoriedad de marca. Y además podría ayudarte a construir o redefinir tu imagen corporativa, en colaboración de expertos estilistas. ¿Cuánto estarías dispuesto pagar si te ayudo a ser aquello que realmente quieres ser?”
Rafa Coelho “no hay dudas que esto tiene valor. Y mucho. Cuestiono si hay poca o ninguna relevancia de la intuición en este proceso, sobre todo, cuando observamos casos conocidos de los que han conseguido lo que querían ser. Se me ocurre entonces que habría que identificar si uno hace parte de «los que necesitan» estos servicios y los que no. Para luego poder evaluar y decidir. Como las marcas. Yo no sabría decir de qué lado estoy. Pregunto: ¿tendría yo derecho una muestra de tal servicios sin compromiso? O, si nos inspiramos en el modelo publicitario ¿estos profesionales, aceptarían participar de un concurso?”
Enric Juvé “esa profesión de la que hablas ya existe. Personal branding lo llaman algunos. … Y es lógico: en un mundo tan hiperconectado como el nuestro, cada vez nos preocupa más la imagen que proyectamos. De ahí que el dominio .me y servicios tipo http://flavors.me/ o https://about.me/ estén proliferando tanto últimamente”
Jesús Revuelta “¿Las personas no hemos sido siempre parte de una marca? En mi pueblo, las abuelas siempre me preguntaban «tú eres el de Chuchi el de Zurita, ¿no?». Y con eso deducían a qué marca pertenecía -Revuelta- me atribuían sus valores y me obligaban a comportarme de una determinada manera para no bajar su equity. En las plazas y las peluquerías se evaluaba profundamente la reputación de los vecinos (y aún más la de las vecinas) y su dictamen también afectaba al comportamiento de la gente y a lo que cada uno comunicaba en público. Los pueblos son así. Con internet es igual, sólo que todo sucede más rápido, los lazos son menos intensos pero más globales y toda actividad tiene su huella. Lo interesante sería que ahora las marcas empezasen a comportasen como personas, en vez de como políticos corruptos.”
Finalmente Oscar Ferrer defendía una posición crítica “No somos marcas, somos personas y somos como somos. Intentar ser como queremos ser, o presentarnos como quisiéramos ser vistos/reconocidos, me parece un grave error. Por mucho que tu imagen publica o reputación social sea impecable y creada por especialistas, tú eres como eres. Intentar publicitar o hacer una campaña de ti mismo, sólo contribuirá a crear dos frustraciones: la tuya al descubrir que no eres lo que proyectas y la de los que esperen encontrar en ti lo que publicitas y no eres. Como decía mi abuela, se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Lo que nos hace extraordinarios son nuestras contradicciones, nuestros defectos, nuestras dudas… nuestra espontaneidad.”
Para acabar, mis conclusiones. No cabe ninguna duda que nuestro entorno es cada vez más complejo. Nuestra vida hiperconectada tiene muchas dimensiones y nuestra trayectoria tiene muchas (o pocas) etapas. Probablemente para la mayoría de los mortales, tener alguien de confianza próximo con criterio profesional, que nos dé su punto de vista y nos aclare nuestro panorama, sublime capacidades y potencial, y nos oriente de manera realista, es muy necesario en determinados momentos de nuestra vida.
Para los que tienen la aspiración de “explotar su imagen”, que es un fase muy avanzada de lo planteado anteriormente, caso el de las celebrities, diría que es simplemente una exigencia contar con el acompañamiento de este tipo de profesional…. La cuestión es saber quien encaja con la etiqueta de celebrity, parece obvio pero no lo es.