Como a otros muchos, tengo especial interés por las monedas virtuales. Me atrae la idea que algún día se pueda crear una moneda “de curso legal” para todo Internet, algo por otro lado realmente imposible que suceda. Reconozco que bien podría ser una de las utopías de la república imaginaria de Internet…

Desde hace tiempo comunidades virtuales como Habbo o SecondLife, juegos multijugador como WoW han acuñado sus propias monedas virtuales. Otros monstruos como Facebook, también han anunciado que comienzan a preparar un sistema de moneda propia, que permitiría que los usuarios de la red social pagar en cualquier aplicación de la plataforma, lo que muy probablemente aumentaría el comercio de la página web.

También hi5 lanzó las pasadas navidades su sistema de puntos y regalos, para que sus usuarios tuvieran una nueva manera de entretenimiento insinuando un posible recurso monetario a largo plazo.

Nosotros en la comunidad de Cálico también lanzamos, en verano pasado, nuestro propio sistema de puntos. Eso sí, a años luz de los anteriores, todavía en fase beta y con un perfil muy bajo. Nuestra intención ha sido testear la plataforma tecnológica, pero sobretodo la psicología de uso y el impacto en la lealtad del usuario.

Hasta aquí todo normal. La sorpresa es cuando, vía Comunidad en la Red, me entero una empresa de videojuegos obtiene licencia bancaria.

La noticia procede de The Guardian. La compañía que lo ha conseguido es MindArk es una compañía de videojuegos sueca que ha desarrollado un videojuego llamado “Universo Entropía“ (un MMORPG), donde sus usuarios pueden negociar con la divisa virtual del juego, llamada “Project Entropia Dollars” con 820.000 usuarios registrados.


Tal como indica
Comunidad en la Red, ha sido “Finansinpektionen”, la autoridad supervisora financiera sueca, quien ha concedido a Mindark el status de banco, permitiéndoles ejercer como entidad financiera dentro de su universo virtual.

Aunque lo más relevante del tema, es que la divisa del juego (el PED) tiene un cambio fijo con el dólar americano. Esto significa que en cualquier momento podemos intercambiar nuestras ganancias en el juego por dinero real, abriendo –quizás- un nuevo modelo de negocio con mucho recorrido.

Toda una ironía en los tiempos de turbulencias financieras, donde han quedado al aire los trapicheos de grandes bancos, tenga que ser una empresa de videojuegos la que dé solvencia al sistema. Vivir para ver.

Volviendo al origen de los programas de puntos o sistemas de lealtad. Sabemos que los costes de gestión y marketing de un programa (inversión en sistemas, apoyo,..) normalmente valen mucho dinero. Muchas empresas infravaloran el coste completo de elaborar e implementar un programa de lealtad, así que incluso aquellos que aumentan las ventas pueden estar perdiendo dinero.

Un sistema de puntos o incluso en su versión más avanzada de “moneda virtual” busca ante todo fomentar la lealtad del usuario. Pero que la puesta en marcha de un sistema de estas características no implica la lealtad absoluta. La fidelidad no incluye la monogamia.

Ante todo hay que jugar limpio con el cliente y con el movimiento de MindArk se abren muchos interrogantes al respecto. Tal como indica el CEO de MindArk, Jan Welter Timkrans parece que apunta en esa dirección cuando dice que “estamos en posición de ofrecer servicios bancarios reales a los habitantes de nuestro mundo virtual”.

Un paso tan apasionante como arriesgado. La tentación de aplicar “políticas monetarias agresivas” o el riesgo de detener el programa son altísimos. Veremos.