Discutía hace unos días con un colega que intentaba convencerme que en tiempos de incertidumbre como en la actualidad, lo mejor era quedarse quieto y esperar acontecimientos. Personalmente defiendo la tesis contraria. Para mí es ahora cuando hay que reenfocar el esfuerzo de marketing (reenfocar no es sinónimo de “invertir más”) y atreverse a más.

Reenfocar el marketing es –probablemente- una tarea mucho más compleja de lo que parece. Además de que todo el mundo “sabe de marketing y opina”, una evolución requiere una nueva forma de pensar requiere flexibilidad, y para algunos eso es tremendamente complejo y difícil.

Muchos de los anunciantes, en momentos de incertidumbre, prefieren dar marcha atrás, dejarse de experimentos y dedicar el presupuesto a intentar sostener (aunque sea artificialmente) las ventas…. o simplemente estirar al máximo posible su presupuesto. Algo lícito y comprensible, más ahora cuando medios publicitarios y proveedores están ofreciendo descuentos casi obscenos…

Durante más de una década, las principales empresas han estado experimentando con la manera de aprovechar los medios digitales para hacer crecer sus negocios… Presencia web estática, con un catálogo, algo de publicidad online clásica y poco más. En realidad, muchos anunciantes han evolucionado poco respecto a ese enfoque.

Otros, en cambio, han buscado nuevos medios para aprovechar el potencial de los canales digitales como vía para conseguir la participación de los consumidores en sus productos y marcas. En consecuencia, ahora hay una gran variedad de enfoques para el comercio electrónico, la marca y la relación con los clientes a través de canales digitales.

Algunas empresas –sea por convicción o por seguir las modas- están creando sus propios canales de marca, sus blogs, aprenden y aplican las técnicas SEO y SEM, lanzan su propia red social, desarrollan algunos juegos online, video online, etc.

Se aventuran en los límites de lo “conocido”, investigan, practican y también se equivocan. Pero sobretodo aprenden y mejoran la aplicación de los principios fundamentales de esta nueva “era beta” que considera a los consumidores como participantes, que construye canales directos y direccionables, que sabe que la relación con el consumidor se establece en cualquier momento, que se mide en tiempo real, que importa la influencia, la inteligencia de clientes, la optimización,…

Otros en cambio, se conforman en mantener las recetas clásicas para sus marcas. A pesar de que muchas de las viejas normas se están reescribiendo y los manuales quedan desfasados. Sea como sea, nadie puede negar que se esté abriendo una emocionante nueva era en el marketing.

Sin embargo, esta “era beta” puede parecer intimidante para los profesionales del marketing, especialmente teniendo en cuenta el aumento de la presión para mostrar resultados. Pero la experimentación debe ser considerada como algo natural, algo vital.

Las empresas tienen una oportunidad de reinventarse y añadir nuevas dimensiones a su marketing. Se crean (y se destruyen) nuevas oportunidades constantemente, casi a diario. Abramos bien los ojos porque el nivel de exigencia es más elevado que nunca. La dinámica de gestión de marcas exige y empuja inexorablemente a las empresas a probar permanentemente y aprender acerca las opciones emergentes. Innovación también lo llaman algunos. Ese es el futuro… nos guste o no. Atrevámonos pues.