La TV funciona con eficacia con los patrocinios en los que capitaliza y traslada los sentimientos del espectador respecto a los sentimientos de un programa, con la marca. Cuanto más fuerte sea la relación que el espectador tiene con el programa, más eficaz será el patrocinio ya que mejor trasladará esas emociones hacia la marca.
La investigación demuestra claramente que las marcas pueden adoptar las personalidades de los programas que patrocina.
La pervivencia de un patrocinio, no satura, suma. Con el tiempo, este efecto aumenta, y las marcas pueden cosechar beneficios mayores siempre que apuesten por períodos de tiempo más largos…
Por ejemplo, «The Simpsons» en Gran Bretaña ha sido patrocinado por Domino’s Pizza en un canal, Sky, durante una década. Personas que ven el programa tienen una buena opinión de Domino’s y creen que la familia de dibujos animados come un montón de pizza…
Hay otro efecto positivo. Los espectadores perciben el patrocinio como un instrumento de marcas importantes, otorgándole un plus de “fama” extra.
Los mejores resultados se obtienen, cuando se introduce la marca usando el mismo tono y los valores de los programas… Cuanto mayor es el vínculo entre el patrocinio y el contenido del programa, mayor rendimiento se obtiene en “intención de compra”, “fama”,… pero siempre en el terreno más emocional, asociando atributos y valores.