Hace un para de meses Los Angeles Times resaltaba la racha del deporte español este año (Spain is on a major sports streak this year). En realidad, esta “racha” ya dura toda una década.
No es sólo la consecución del título mundial de fútbol conseguido por la selección en Sudáfrica, los éxitos de Rafa Nadal, el tercer Tour que ganó Alberto Contador, los éxitos de Fernando Alonso, y como no, Pau Gasol. La figura que ayudó a Los Angeles Lakers a ganar la NBA, segunda consecutiva y auténtico artífice de los éxitos del combinado español de baloncesto que tantos éxitos ha conseguido los últimos años. El artículo no los cita, pero los éxitos internacionales del Barça, tanto en fútbol como en baloncesto son otra prueba evidente. Además, desde la publicación de ese artículo, los éxitos han seguido. Ahí está el reciente éxito de Jorge Lorenzo y Toni Elías en los mundiales de motociclismo…
A pesar de todo, el artículo de Los Angeles Times no pasará a la historia del periodismo. Su referencia a que la última vez que España dominaba el mundo era a bordo de un galeón con pistola en mano y luego recordar el desastre de La Armada Invencible, es una buena demostración de artículo simple y ramplón.
Quizás no abuse tanto como el famoso video del Wall Street Journal (España también tiene un problema de reputación de marca) en el que a base de tópicos, define a España como la ‘Lehman Brothers de Europa’. El video ponía el dedo en la llaga en los problemas estructurales de nuestra economía, como el desempleo, los excesos de la construcción, la cultura de la subvención, pero el abuso de los tópicos hasta la exageración, quitaba seriedad al WSJ y convertía la pieza en una caricatura.
En cualquier caso, y más allá del problema que aparenta tener España con su imagen de marca, la reflexión de fondo es ¿por qué no hay capacidad para reproducir los éxitos del deporte en otros ámbitos de la vida? Por ejemplo política, ciencia… o empresa.
¿Tenemos algún personaje político de talla mundial? Aclaro, de talla mundial “en lo positivo”. ¿Cuál es nuestra cartera de premios Nobel en ciencia? La larga sequía desde que Severo Ochoa lo ganara allá en el remoto 1959, no dice mucho a favor de la ciencia “española”.
Y qué hay de “nuestras” empresas. Más allá del algún antiguo monopolio y de los dos grandes bancos, el balance es de Zara y poco más. Sobresale Ferran Adrià, pero sólo hay que echar un vistazo al Best Global Brands 2010 para comprobar el escaso protagonismo.
Los éxitos deportivos son rápidamente usados por los políticos de turno para aumentar su brillo particular, pero francamente, cambiaba todos esos triunfos por aumentar la nómina de premios Nobel o –sobretodo- por tener un tejido empresarial de talla mundial.
Seguro que habrá múltiples motivos y razones que explican semejante desequilibrio, más allá de la argumentación antropológica del ‘Spain is different’. Los déficits en Educación, la falta de tradición de I+D+i, la poca cultura emprendedora, el arraigo de la subvención… y un larguísimo etcétera.
Aunque esto no quita que la reputación de España “sea muy fuerte”. ¿Sorpresa? Según el estudio de ‘La reputación de España en el Mundo’, la reputación de España es muy fuerte, ocupando el 4º lugar del ranking, sólo superada por Suiza, Canadá e Italia. Aquí van las conclusiones del estudio:
- Sus principales fortalezas descansan en dos dimensiones: atractivo natural y oferta de ocio (atractivo cultural). Son las 2 dimensiones más importantes para la reputación de un país, juntas explican el 30% de la reputación global.
- Las debilidades percibidas sobre España están en la valoración de la importancia y relevancia de sus marcas y empresas, en el atractivo de sus productos y servicios y en el ámbito financiero (potencial de crecimiento futuro).
- La investigación comprueba el efecto de sinergia entre la reputación del país y la reputación de sus marcas, productos y servicios.
- España cuenta con un número considerable de marcas españolas con buena reputación.
- España tiene una oportunidad clara para fortalecer su reputación en las dimensiones de “consumo” (España produce servicios y productos de alta calidad) y “marcas” (España tiene marcas y empresas importantes).
- El país donde España alcanza su índice de reputación más alto es en la propia España lo que desbanca el mito de que los españoles tenemos una percepción negativa y una baja identificación con nuestro propio país.
- Una reputación fuerte se construye de dentro hacia fuera. La buena reputación interna de España es una oportunidad para proyectarla a otros países.
- La reputación de España difiere por países. Es muy positiva en Europa. En Latinoamérica hay diferencias importantes en las percepciones sobre España. Estados Unidos y Asia requieren esfuerzos específicos.
Más allá de los mitos y del pesimismo de momento, para avanzar quizás tendremos que responder seriamente a la cuestión de fondo ¿Con el potencial que tiene España y el brillo obtenido en el deporte, porque no destacamos más en otros ámbitos?