The Psychology of Money: Timeless lessons on wealth, greed, and happiness de Morgan Housel debería ser de lectura obligada. Especialmente para los jóvenes. No es un libro sobre inversiones y se ha convertido en un bestseller internacional (más de 1 millón de ejemplares vendidos). Es un libro sobre nuestra manera de pensar, sobre cómo pensamos sobre el dinero, el ahorro, el gasto y las inversiones.
Uso el título en inglés porque la edición española titulándolo ‘Cómo piensan los ricos’ me parece muy desafortunado. Un lamentable ejercicio de clickbait que va a atraer a lectores a los que no va dirigido el libro y, al mismo tiempo, va a ahuyentar a los lectores a los que sí va dirigido el libro.
Morgan Housel comunica muy bien la idea de ahorrar el dinero y cómo. Es una lectura inspiradora y práctica. Por temática, recomendaría leer adicionalmente El Cuadrante del Flujo del Dinero y por qué es económicamente importante.
Principales ideas de ‘The Psychology of Money’
- Los conocimientos financieros no garantizan una riqueza sostenida.
- La suerte y el riesgo juegan un papel en su vida y en su éxito financiero.
- Tus experiencias vitales forman tu visión del mundo y del dinero.
- Saber cuándo tienes suficiente es una valiosa lección.
- Hacer dinero requiere de un conjunto de habilidades; mantener el dinero requiere otro.
- No dejes que personas con un objetivo financiero diferente guíen tus decisiones financieras.
- Los asesores financieros proporcionan información valiosa, pero la decisión final depende de ti.
Los conocimientos financieros no garantizan una riqueza sostenida.
En 2014, el conserje y empleado de una gasolinera de Vermont, Ronald Read, falleció a los 92 años, dejando una fortuna de más de ocho millones de dólares. El señor Read no había ganado la lotería ni había heredado dinero. Apartó el dinero que pudo, lo invirtió en empresas consolidadas y dejó que su riqueza se acumulara a lo largo de los años.
Por el contrario, un ejecutivo de finanzas con estudios en Harvard que una revista de negocios destacó como un éxito cuando tenía 30 años, se fue a la quiebra. El éxito de uno y el fracaso del otro no tuvieron nada que ver con tus conocimientos financieros. Se reduce a la paciencia frente a la codicia.
Solo en el sector financiero, el comportamiento humano puede dar lugar a resultados tan diferentes. Por ejemplo, un cirujano entrenado siempre realizará una mejor operación de corazón que alguien sin conocimientos médicos. En las finanzas puede conocer las reglas de los tipos de interés y las valoraciones de las empresas, pero su comportamiento –así como la suerte– desempeña un papel más importante en su éxito que tus conocimientos.
La suerte y el riesgo juegan un papel en su vida y en tu éxito financiero.
Bill Gates tuvo la suerte de que el instituto al que asistió tuviera un ordenador. Un profesor de matemáticas y ciencias presionó al Club de Madres de la escuela para que utilizara los ingresos de la venta de artículos usados para alquilar una. Fue una oportunidad entre un millón. Gates admite que, sin su experiencia en el instituto, Microsoft nunca habría existido.
Kent Evans era compañero de clase y amigo íntimo de Gates. También fue uno de los afortunados que trabajó junto a Gates en el laboratorio de informática de la escuela. Sin embargo, nunca llegó a ser socio de Microsoft porque murió en un accidente de escalada antes de terminar el instituto. Las probabilidades de que esta tragedia ocurriera eran de una entre un millón.
Cuando se le preguntó qué elemento incógnito de la inversión le gustaría conocer, el economista Robert Shiller respondió: “El papel exacto de la suerte”. Aunque pocas personas negarían que la suerte existe en la inversión, menos señalarían de buen grado a personas concretas que han experimentado esa suerte. Si uno indica que alguien tiene suerte, puede parecer mezquino. Creer que tu propia buena fortuna es resultado de la suerte y no del trabajo duro puede hacer que te sientas deprimido.
Esta dualidad de suerte y riesgo existe casi sin pensar. La pérdida de otra persona se debe a sus malas decisiones, mientras que la tuya se debe a que has asumido un riesgo audaz. Una dualidad similar existe en el servicio al cliente, donde los clientes siempre tienen razón y, simultáneamente, no saben lo que quieren.
“La línea que separa la audacia de la imprudencia puede ser muy fina.”
Desconfía de asumir que tu trabajo y tu criterio son la base de todos tus resultados financieros. Para gestionar tu dinero, busca información en los patrones y las tendencias, en lugar de buscar información en la portada de una revista sobre un multimillonario.
Además, ten en cuenta que unas pocas compras de acciones buenas suelen proporcionar la mayor parte de los ingresos. Esto significa que puedes equivocarte más veces de las que aciertas y aun así salir ganando. Los inversores de capital riesgo, por ejemplo, esperan que, de 50 inversiones, 25 fracasen, y una o dos sean lo suficientemente buenas como para llenar las arcas de la empresa.
Invertir en start-ups parece arriesgado. Mucha gente piensa que invertir en empresas grandes y estables es la opción más segura, pero, en realidad, es tan probable perder –o ganar– apostando por grandes empresas públicas como por start-ups. J. P. Morgan Asset Management analizó los rendimientos del índice Russell 3000 –que está formado por una amplia franja de grandes empresas públicas– desde 1980. Descubrió que el 40 % de los valores perdieron el 70 % y nunca recuperaron su valor. Lo que mantuvo a flote el índice diversificado fue solo el 7 % de las empresas incluidas en él.
Tus experiencias vitales forman tu visión del mundo y del dinero.
Un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica descubrió que las experiencias de las personas influyen significativamente en tus sentimientos hacia el dinero. Si tú fuiste un adulto joven en un mercado alcista, es más probable que inviertas en acciones que las personas que crecieron en uno más flojo. Tus experiencias pueden llevarte a tomar decisiones meditadas que a otros les pueden parecer ridículas. Para un hijo de padres ricos, el riesgo tiene un significado muy diferente que para un hijo de padres pobres.
“Las decisiones de inversión de la gente… están fuertemente ancladas a las experiencias que esos inversores tuvieron en su propia generación.”
Además de las diferencias generacionales, culturales y financieras entre las personas, muchos aspectos de la inversión personal son muy recientes. El omnipresente 401(k) (es una cuenta de pensión de contribución definida patrocinada por el empleador definida en la subsección 401 (k) del Código de Rentas Internas) no existía antes de 1978. Las cuentas IRA Roth aparecieron en 1998. Al igual que ocurre con otras experiencias que conforman tu relación con el dinero, las elecciones que realiza como resultado de tu interacción, o falta de ella, con determinadas herramientas financieras hacen que tus decisiones financieras sean a menudo más personales que estadísticamente racionales.
Saber cuándo tienes suficiente es una valiosa lección.
Las decisiones financieras emocionales pueden ser devastadoras cuando se basan en la cantidad de dinero que poseen los demás. Las personas que no están satisfechas con lo que tienen pueden perderlo todo fácilmente mientras se aferran a más. Rajat Gupta, nacido en la pobreza en Calcuta, India, y ex director general de McKinsey, tenía un valor de 100 millones de dólares en 2008. No satisfecho, utilizó información privilegiada para ganar rápidamente 17 millones de dólares. No le fue difícil a la Comisión del Mercado de Valores condenarlo y enviarlo a prisión.
Bernie Madoff, condenado por dirigir un esquema Ponzi durante dos décadas, tenía una empresa de inversión exitosa y legítima antes de tus acciones fraudulentas. Uno de los aspectos de su negocio legal ganaba más de 25 millones de dólares al año. Era, desde cualquier punto de vista, increíblemente rico. Pero sentía que no tenía suficiente.
“El mundo está lleno de personas que parecen modestas, pero que en realidad son ricas, y de personas que parecen ricas, que viven al borde de la insolvencia.”
En ambos casos, los hombres perdieron lo que tenían porque querían más. Alcanzar una meta financiera y luego fijar una más alta puede convertirse en un proceso interminable. Parte de este problema proviene del hecho de que el capitalismo es excelente para crear envidia.
Comparar tus finanzas con las de los demás es una batalla perdida. Sentir que tienes lo suficiente, aunque sea menos de lo que tiene otra persona, es la forma de ganar.
Hacer dinero requiere de un conjunto de habilidades; mantener el dinero requiere otro.
Asumir riesgos es una parte necesaria para ganar dinero, pero para mantenerlo hay que conservar la humildad y el miedo. El periodista de televisión Charlie Rose entrevistó una vez a Michael Moritz, que dirige la empresa de capital riesgo Sequoia Capital. La firma ha tenido éxito durante cuatro décadas, a diferencia de muchas otras que se hundieron en una década. Preguntado por la longevidad de la empresa, Moritz la atribuyó al miedo a la quiebra. Aunque la empresa debe, por naturaleza, asumir riesgos, Sequoia Capital no asumió que tus éxitos pasados se repetirían en el futuro.
Prepárate y espera que tus planes no se realicen de la manera que prevé tu hoja de cálculo. Disponer de un margen de seguridad te permite tener flexibilidad cuando el azar de la vida, la política o la economía afecten al resultado deseado. Esa estrategia aumenta las posibilidades de éxito cuando se asume un riesgo.
“Si tuviera que resumir el éxito del dinero en una sola palabra, sería supervivencia.”
Algunos inversores tratan de protegerse estudiando el pasado. Aunque la historia proporciona información sobre sucesos inesperados en el pasado, no prevé el futuro. La realidad es que constantemente surgen situaciones nuevas, nunca antes experimentadas.
La inversión basada en hechos históricos también ignora los rápidos cambios del mundo actual. Tomemos como ejemplo el capital de riesgo: Cuando Phil Knight creó Nike, el concepto de las empresas de capital de riesgo no existía. Basarse en la información de la última generación es inútil. El S&P 500 añadió su primera acción financiera en 1976. Los valores tecnológicos ni siquiera existían. Hoy día, los valores financieros y tecnológicos representan más del 35 % del S&P 500. Lo que no ha cambiado con el tiempo es la forma en que la gente reacciona a la avaricia y al estrés.
No dejes que personas con un objetivo financiero diferente guíen tus decisiones financieras.
El modo en que el ahorro de pequeñas cantidades de dinero de forma regular puede afectar a tu riqueza final es contrario a la intuición. Es similar al crecimiento del almacenamiento en discos duros. En los últimos 70 años, el almacenamiento en discos duros se ha multiplicado por 30 millones. Incluso en 2004, Bill Gates se preguntaba por qué los usuarios de Gmail necesitaban un gigabyte de almacenamiento.
Warren Buffett realizó su primera inversión hace 75 años. Cuando empezó a invertir en serio, era un niño de 10 años. A los 30 años, su patrimonio neto era de un millón de dólares. El objetivo no es encontrar esa acción única en un millón, sino encontrar inversiones con un rendimiento bastante bueno que pueda mantener a largo plazo.
“Un poco de crecimiento sirve de combustible para el crecimiento futuro.”
El fenómeno de las burbujas en el mercado pone de manifiesto lo que puede ocurrir cuando se generaliza el pensamiento a corto plazo. Las burbujas se forman y estallan por muchas razones, pero la codicia desempeña un papel importante. Cuando las burbujas de las puntocom y de la vivienda estallaron, eliminaron 6,2 y 8 billones de dólares de riqueza, respectivamente. Además del factor de la codicia, en ambas situaciones hubo personas que cambiaron sus estrategias de inversión basándose en las acciones de otros que tenían objetivos completamente diferentes.
El concepto de que una acción tiene un precio racional no es racional. Para los operadores a corto plazo que buscan cobrar por la tarde las acciones compradas por la mañana, pagar 60 dólares por acción de Cisco en 1999 podría haber sido una gran opción. Este precio reflejaba un aumento del 300% a lo largo del año. Pero para los inversores a largo plazo, escuchar a los expertos en operaciones diarias y comprar en consecuencia fue calamitoso.
Los asesores financieros proporcionan información valiosa, pero la decisión final depende de ti
Los asesores financieros tienen conocimientos cruciales, como las verdades universales del dinero. Sin embargo, cada persona debe decidir por sí misma qué camino tomar. Los siguientes puntos pueden ayudarte a reflexionar sobre tus objetivos:
- Ahorra dinero en lugar de presumir de ello: Para crear riqueza, tienes que ahorrar tu dinero. Esto puede requerir que mantengas a tu ego bajo control. Independientemente de tus ingresos, un coche nuevo o una casa lujosa dificultarán tu riqueza futura.
- Determina qué riesgo puedes asumir sin perder el sueño: Un mayor riesgo suele ir acompañado de mayores beneficios. Algunas personas quieren eso. Sin embargo, si tú eres adverso al riesgo y tu decisión te causa noches inquietas de ansiedad, replantea tu estrategia.
- Aumenta el plazo de su inversión: Esta estrategia es la mejor manera de igualar las pérdidas y aumentar el crecimiento.
- Asegúrate de que tus objetivos monetarios le permiten libertad: Un elemento identificado de la felicidad es tener el control en tu vida. Incluso los pequeños ahorros pueden permitirte libertad, como la posibilidad de no ir a trabajar cuando estás enfermo. Unas cantidades mayores de ahorro pueden significar la diferencia entre aceptar un trabajo que no quieres o esperar a tener uno que te guste.
- Mantén la humildad: Recuerda que ganarás la admiración que desea con amabilidad y humildad, no con un nuevo Rolex.
- Cambia tu visión del ahorro: Es posible que, tradicionalmente, hayas ahorrado dinero para un fin concreto. El futuro puede traer cualquier número de situaciones de emergencia desconocidas. Si ahorras para esas incógnitas, estarás mejor situado para afrontarlas.
- Calcula tu riesgo: El riesgo puede ser gratificante con el tiempo, pero un riesgo que se extienda demasiado puede arruinarte.
- Conoce tus propios objetivos financieros: No permitas que otras personas, incluido tu asesor financiero o algún “experto” que salga en televisión, tomen tus decisiones financieras. Asegúrate de que las decisiones que tomas están en consonancia con lo que quieres y necesitas.
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