La televisión todavía es la vía preeminente donde los estadounidenses ven el contenido de vídeo. Al menos así lo indican los resultados de investigaciones recientes realizadas por Ipsos Media CT (estudio trimestral de seguimiento de la investigación de vídeo digital y el uso de comportamientos en los EE.UU).

No obstante, el ordenador está invadiendo lentamente la posición dominante de la televisión (en un año del 75% ha bajado al 70%), capturando una creciente cantidad de cuota de pantalla que suman todos aquellos que se descargan el video o hacen streaming.

Ahora mismo la cuota de pantalla de video en ordenador ya está en el 19% (11% hace una año). Ya no es una cuestión de experimentar, de probar cosas nuevas. Ya se considera que forma parte de los hábitos normales de consumo de una parte importante de la población.

Además de esta lenta bajada (de la TV), un dato que quizás sorprende es el bajo crecimiento en el porcentaje global, de la pantalla de tiempo asignados a otros dispositivos de vídeo portátiles, como reproductores de DVD portátiles, reproductores multimedia digitales y teléfonos móviles. Sólo crece entre adolescentes de 12 a 17 años.

Probablemente esto último, ponga de manifiesto algo con lo que he discutido en numerosas ocasiones con otros profesionales, hay que diferenciar el qué, cómo y el cuando, del dónde, ya que parece que el usuario quiere disfrutar de su contenido favorito en video, en casa y bajo demanda….

Eso lo corroboran más de la mitad (52 %) de los estadounidenses mayores de 12 años, que se calcula que hacen streaming o descargan archivos digitales. Destacan los de 18-24 años, que son los que gastan el mayor porcentaje de su tiempo (27 %) viendo el video en sus ordenadores.

Los usuarios siguen viendo los programas, aunque no necesariamente en sus pantallas de televisión… esto es algo que tanto anunciantes, como agencias, deberían tener muy en cuenta.

Y por último, una buena noticia, para los que nos dedicamos a los contenidos, es que los consumidores son receptivos a ver publicidad a cambio de contenidos de calidad. Siempre y cuando se ofrezcan de forma gratuita y tengan calidad profesional. Que nos es poco.