Ayer en una de las sesiones del MMDD de Idec-UPF, con Marc Cortés de profesor, mientras comentábamos acerca del Plan del Social Media, y específicamente cómo implantarlo y el encaje dentro de la organización, surgió un debate interesante sobre la cuestión.
No es un tema menor. Decía Marc que “no hay soluciones únicas” y aunque por estadística, parece que el departamento de marketing sea el área funcional donde recala habitualmente, no significa que esa sea la solución idónea (en caso de que la hubiera), algo que reconocía el propio Marc “eso suele generar bastante dolor de cabeza a la dirección de marketing”.
Depende de muchos factores (sector, cultura de compañía, etc.) pero la gran conclusión es que el índice de fracasos de estrategias de social media depende de dos ingredientes intrínsecos de la organización. Si la estrategia de SM está claramente bendecida por la alta dirección de la empresa (Director General, CEO,..) tiene altas posibilidades de prosperar. ¿Parece fácil verdad? Ahora sólo falta convencer a estos perfiles para que apuesten. Sencillo imaginarse en una micropyme o una pyme, cuesta un poco más visualizarlo en el caso de una gran empresa, cuya alta dirección pasa olímpicamente de la ‘pose dospuntocero’ y que sólo le preocupa “un +12% los resultados del negocio”.
Si el apoyo de la alta dirección es fundamental, hay un segundo ingrediente decisivo: ¿quién lidera el proyecto?
Empecemos por el peor de los escenarios. Lo peor que puede pasar es que acabe recayendo a alguien por ‘real decreto’. Malo, porque casi con seguridad acabará fracasando en el intento. Siempre se pueden encontrar obstáculos, etiquetarlos de insalvables, para justificar la incapacidad. Y si no lo son, se buscarán excusas peregrinas. Son las personas-freno, los pesimistas que ven pegas por todos los lados.
Ocurrirá como un caso (real) de una pyme en el que ante el encargo de empezar a gestionar parte de los Social Media, alguien respondió “que quería disponer de un smartphone corporativo con tarifa plana de datos”. No digo que quizás no tuviera su lógica (económica), pero para alguien a quien le entusiasma eso no debería ser un obstáculo…
De la misma forma no puede gestionar los social media, alguien a quien le da miedo Facebook, no tiene Twitter y no está en LinkedIn. Si los proyectos de SM van a parar a estas manos, entrará en vía muerta. Son los cobardes del social media y siempre hay ejemplares en las organizaciones.
Por el contrario, a falta de una mayor madurez, lo mejor que le puede ocurrir al SM es que vaya a parar a manos de algún entusiasta con algo de sentido común.
El protagonismo debería recaer en los entusiastas, un poco inconscientes, capaces de arrancar y empujar el desarrollo de la social media strategy en la empresa, dentro y fuera. Son –como dijo Marc– los héroes del social media.
Cuando pienso en cuál es el perfil, y complementando la descripción de Marc , me vienen a la cabeza algunos de los personajes que definió Tom Kelly (“Las diez caras de la innovación”). Son personajes que sirven muy bien para ilustrar un “mundo postdisciplinario en el que los viejos descriptores pueden suponer una limitación” surgen “nuevo roles que facultan a individuos concretos un aportación extraordinaria a la ecología social y al rendimiento del equipo”. Éstos son:
El “antropólogo” porque aporta nuevos conocimientos y puntos de vista a la organización mediante la observación del comportamiento humano y la comprensión profunda de las interacciones.
“Saltadores de obstáculos”, personas perseverantes, dispuestas a superar los múltiples obstáculos, rompiéndose reglas y adentrándose en territorio inexplorado.
“Narradores” porque aparte de implementar, antes y durante, hay que sintetizar, catalizar y explicar el ADN de la empresa. Y no conozco mejor forma para hacerlo que narrando una historia atractiva y persuasiva.
“Cuidadores” hay que tener vocación para ir más allá del simple servicio. Anticiparse a las necesidades del cliente y estar dispuestos a velar por éstos… aunque eso signifique preocuparse por un tuit en pleno fin de semana, O movilizar a parte del equipo a altas horas de la noche.
Y por último está el “colaborador”, capaz de unir y mezclar personas y equipos diferentes, para dotar a la organización de una estrategia y operativización lo más transversal e integrada posible.
Sé que encontrar en la organización a alguien que reúna semejante elenco de características es muy improbable, pero no por ello hay que dejar de buscarlo. Seguro que hay personas híper motivadas por los social media y que además, posean gran parte de esas capacidades. Aunque las tengan más o menos desarrolladas, encuéntralos dentro o fuera, porque son los héroes del social media.