Para muchos la guerra definitiva, para otros una batalla más. Lo cierto es que el panorama bélico de dispositivos que integran Internet en la televisión se recrudece.
Está a punto de desatarse la tormenta perfecta, porque además de estos “nuevos” jugadores, las plataformas de Google TV, Apple TV o Boxee Box que ponen en el mercado servicios de televisión pensados para navegar en la red, están los fabricantes de electrónica de consumo “de siempre”, cada uno con sus propuestas y aproximaciones. Ahí están los Blusens (BlusensTV), Sony Internet TV, Samsung, etc. A los que se les unen también los tradicionales fabricantes de periféricos informáticos. Ilustres conocidos que se sumaran a la oferta reciente de los Logitech Revue (Logitech Revu, con Google TV, saltará a la escena la próxima semana) o Conceptronic (YuiXX).
Nadie quiere quedarse fuera. Ayer mismo, Vodafone anunciaba el nuevo servicio «Internet TV» que integra la televisión y la Red en un sólo dispositivo, que saldrá a la venta en noviembre para los clientes de ADSL. El movimiento de Movistar será en breve.
Una amalgama de plataformas, dispositivos, sistemas operativos que tras años de tímidos intentos apuestan fuerte para competir con el broadcast. Una reacción para algunos de nosotros algo tranquilizadora, ahora que ya es de dominio público que la TDT ha sido un engaño oficial. Una millonaria maniobra para retrasar la llegada de Internet a la TV.
Este alud de de nuevos dispositivos y propuestas, buscarán la combinación que convenza al pasivo telespectador del espíritu más proactivo del internauta. Dos universos paralelos que se han entrecruzado en pocos casos (Roku, Tivo,..) pero que responden a una demanda de apertura superior de la tele a la Red. Los más inquietos quieren acceder a los contenidos de YouTube, Dailymotion o Flickr, a las aplicaciones de Facebook o canales de alquiler de películas y series como Netflix y Amazon VoD.
Google TV (incorporado a Sony o a Logitech Reveu) o Apple TV tienen la ventaja de convertirse en los grandes agitadores del mercado. A todo esto quedan dos incógnitas trascendentales por resolver. Una es la oferta de contenidos. Hace falta ver quien se aliará con quién. Qué nuevos actores en la industria de contenidos aparecerán –espero anunciar gran proyecto en breve- y cómo observa la industria publicitaria esta tormenta perfecta.
A juzgar por la opinión de sus líderes, la industria publicitaria sigue dando una larga y muy rentable vida, a la tele de toda la vida (ver ‘The return of advertising- The box Rocks’). De hecho, a medida que el mercado recupera la inversión publicitaria, se ven emerger dos claros ganadores: Internet y la televisión. Juntos, pero no revueltos. Cada uno con su rol. Al menos de momento. El poder de monopolizar la atención y concentrar audiencia concurrente sigue siendo cosa de la tele. Hay que reconocer que a la industria publicitaria no le va nada prolongar la vida a la versión tonta de la caja. A la industria de creación de contenidos la situación ha cambiado de signo, los propietarios de la ventanas compran menos y pagan peor. Veremos qué sucede… y cuando.