Nadie duda del éxito de Google. Fenómeno universal que ya ha trascendido a Internet. Por eso parece una ironía el temor manifestado por Google, acerca de la generalización de ‘to google’ como verbo para designar ‘buscar en Internet’.
Tiene sus motivos. Tal como indican en el blog de Google temen que su propio éxito como marca, provoque que como ya sucedió en algunos países (p.e. ‘walkman’ en Austria), que la palabra pase a formar parte del idioma y la compañía pierda los derechos sobre ella.
El sueño de cualquier director de marketing, se acaba convirtiendo en pesadilla. Sería una paradoja digna de estudio.
A todo esto, uno se cuestiona el rol de Google, más allá de que probablemente sea uno de los mayores hitos empresariales de nuestra historia. Lo sé, suena a exageración. Pero quizás no tanto, si se interpreta en clave presente-futuro. Entonces la pregunta es obligada ¿Cuál es el –verdadero- terreno de juego de Google?
Pensaba que se centraba en las búsquedas desde cualquier dispositivo con acceso a Internet, en indexar la información, en la explotación publicitaria vía AdSense… Hoy más fuerte que nunca gracias a haber recibido la autorización de la Comisión Federal de Comerciode los EEUU para comprar Doubleclick.
Pero luego surgieron las aplicaciones para ordenador (con su pseudoOffice). El sistema operativo para móviles (Android) o el reciente anuncio de lanzar Google Knol, un competidor de Wikipedia.
Parece que la Google-dependencia arrecia peligrosamente. Siempre me he declarado usuario (y admirador de su superioridad). Pero crece la sensación de que, o lo valida Google, o no hay nada que hacer. Eso es temible y empieza a producir cierta angustia.
Quizás sólo sea casualidad que la empresa, que está dirigida por Anne Wojciki (esposa de Sergey Brin, uno de los fundadores de Google), planea desarrollar una enorme base de datos de ADN. Seguro que sólo son paranoias pero…¿Se acabará convirtiendo en Matrix?
Don´t be evil? Quizás –como dicen algunos- eso es incompatible con estar en la Bolsa. O quizás acabarán haciendo bueno a Microsoft…
Aquí aplica aquello de que “La mujer del César, además de ser honrada, tiene que parecerlo”.