Llevo dándole vueltas a este post. No quiero meterme en líos, pero tengo la necesidad de compartir algunas conclusiones de este último año. El primero de mi vida, dedicado casi en exclusividad a la formación.
La combinación de Xnergic, TecnoCampus, el Master de Marketing Directo y Digital de la BSM-UPF y Foxize School me dan una perspectiva privilegiada.
- Xnergic: descubrir las motivaciones de estudiantes de ESO y Bachillerato e identificar lo que realmente motiva a los chavales de entre 12 y 17años…. Y a sus hermanos mayores. Hasta qué punto la tecnología, de forma coja e imperfecta, está presente en sus vidas y puede cambiar su futuro
- TecnoCampus: Empezar a entender los intríngulis de un mercado regulado como los estudios de Grado universitario, su entorno y las cuitas del claustro docente entre los que solo luchan por preservar sus privilegios y los que intentan regenerar y renovar.
- Máster (MMDD): seguir aprendiendo en su octava edición… el enfoque profesionalizador, el problema (u oportunidad) de la actitud y la conexión con el mercado
- Foxize School: descubrir cómo satisfacer la exigencia de profesionales que, habiendo cursado estudios superiores, y un posgrado y/o máster, necesitan actualización digital, renovar conocimiento y tiene poco tiempo para ello, por lo que necesitan una formación que se ajuste a sus necesidades y sobre todo, que sea flexible. (ver Foxize un año después)
Déjame que lo comparta en forma de reflexiones sobre las organizaciones, algunas de ellas muy obvias, otras quizás no tanto. Una mezcla de propuestas e ideas, muchas de ellas inspiradas en el decálogo de Gary Hamel para abordar al reto de las nuevas generaciones
- La contribución cuenta más que los credenciales. O como un chaval de 12 años, o uno de 20, ponen en evidencia a un grupo (numeroso) de profesores con decenios de experiencia y doctorados incluidos.
- Las jerarquías son naturales, no pre fijadas. El corsé de las jerarquías en las organizaciones o una forma de perpetuarse y empequeñecerse.
- Las tareas se eligen, no se asignan (economía opt-in). Lo que no fluye de forma natural, por iniciativa propia, nunca funciona del todo bien
- Comparte o muere. El poder deriva de compartir, ni de acaparar ni esconder. Profesores que se niegan a compartir sus apuntes con otros colegas. Verídico. ¿Por miedo? Vergüenza?
- Lo digital ayuda a que la mediocridad quede expuesta. Ahora sé que la mediocridad es transversal y no exclusiva de nadie. La encuentras en el sector público, el sistema educativo, la universidad o en la empresa. Aunque en algunos barrios la densidad es preocupante.
- Al final, la actitud, el compromiso y los valores, marcan la diferencia. Sino no se explica cómo en un mismo grupo de tesina, unos obtienen una experiencia vital impagable y otros salen por la puerta de atrás.
- Las ideas deberían competir en igualdad de condiciones. Sean de un catedrático, un director general o de un estudiante.
- Las recompensas intrínsecas son las que más importan. El dinero no lo es todo. El que solo quiera dinero que se salga de la formación. El ‘profesor mercenario’ es un oxímoron.
- Cuando la gente está más preocupado de los “sexenios”, el convenio colectivo o por estar lo más arriba en el comité de empresa… es que tenemos un gran problema. Cuando tu futuro se basa en aguantar hasta las próximas elecciones, no es un problema, es un desastre.
- Cada vez que oigo la expresión de “esto es académico, no profesionalizador” me sale un sarpullido. Algún día me gustaría entender por qué el “rigor académico” no conjuga bien con ser profesionalizador.
- La formación del futuro tendrá que ser cada vez más personalizada y flexible… y tendrá que sustentarse en algo más que un título.
- En el pasado los recursos sea asignaban, ahora y todavía más en el futuro, los recursos se captarán.
- Casualmente algunos de los que esgrimen “rigor académico” luego son incapaces de un uso elemental de internet.
- Uno de los grandes problemas del sistema educativo, universitario y el mercado, es la desconexión entre ellos. Las razones son múltiples y etéreas (sistema anacrónico y feudal, corporativismo,..), pero por desgracia, los damnificados tienen nombre y apellido.
- Lo repetiré hasta la saciedad. No tener una identidad digital mínimamente decente, es inadmisible para cualquier organización. No va de ‘egos’, ni de falsa humildad, va de contar la verdad de quien eres realmente.
Cada día que pasa estoy más convencido que solo existen dos tipos de personas y organizaciones: las que solo desean perdurar como las piedras, protegiendo su statu quo y las que se mueven para construir el futuro, aunque eso suponga rupturas, perder confort o hacer sacrificios.