En un mundo en constante cambio, donde la innovación y la creatividad son más valoradas que nunca, es crucial entender cómo estos elementos pueden contribuir al bienestar y al progreso de la sociedad. Edmund Phelps, economista galardonado con el Premio Nobel, ha dedicado gran parte de su carrera a explorar estos temas. Su libro Mis viajes alrededor de la teoría económica: Una autobiografía ofrece una visión profunda y reflexiva sobre el concepto de «florecimiento masivo», una idea que va más allá de la mera prosperidad económica para incluir aspectos inmateriales del progreso humano.
El florecimiento masivo, según Phelps, no se limita a la acumulación de riqueza material, sino que también abarca la capacidad de los individuos para innovar, crear y encontrar satisfacción personal en su trabajo y en sus relaciones. En un momento en que las sociedades enfrentan desafíos como la automatización, la desigualdad y el cambio cultural, las ideas de Phelps sobre cómo lograr un equilibrio entre los valores tradicionales y modernos son más relevantes que nunca.
Este post se adentra en las teorías y reflexiones de Phelps, destacando su enfoque en la creatividad individual, el dinamismo social y la importancia de las relaciones personales. Al comprender y aplicar estos conceptos, podemos aspirar a construir una sociedad que no solo prospere económicamente, sino que también florezca en términos humanos y sociales.
Los fundamentos del “Florecimiento Masivo”
El concepto de «florecimiento masivo» es una idea revolucionaria introducida por Edmund Phelps. Su libro de 2013, Mass Flourishing (en castellano Una prosperidad inaudita), no solo presenta este término sino que también profundiza en su significado y relevancia en obras posteriores como Dynamism: The Values That Drive Innovation, Job Satisfaction, and Economic Growth.
Phelps nos lleva en un viaje intelectual para explorar la esencia de lo que él considera una «buena vida» y, por ende, una «buena economía». Su enfoque no se limita a los beneficios materiales que el capitalismo moderno ha traído a la sociedad, sino que pone un énfasis especial en las recompensas inmateriales.
Según Phelps, el corazón de este florecimiento radica en un «vasto imaginario»: un espacio ilimitado para la imaginación, donde la concepción, creación, comercialización y adopción de nuevas ideas son posibles. Este espacio imaginario abre puertas a millones de personas, brindándoles la oportunidad de embarcarse en trabajos que no solo son interesantes y desafiantes, sino también aventureros.
La propuesta de Phelps es audaz y transformadora. Sugiere que el verdadero progreso y bienestar de una sociedad no se mide únicamente por su riqueza material, sino por la capacidad de sus ciudadanos para innovar, crear y, en última instancia, florecer. Este florecimiento masivo es el resultado de un entorno que fomenta la creatividad y la experimentación, permitiendo a las personas explorar y desarrollar sus capacidades al máximo.
Un cambio de rumbo en los valores sociales
Según Phelps, hemos experimentado una desviación en los valores que impulsaban el dinamismo capitalista. Los «valores modernos» del individualismo, vitalismo y autoexpresión, que anteriormente fomentaban la innovación y el progreso, han cedido paso a «valores tradicionales» que priorizan la comunidad, la solidaridad y la estabilidad.
Este cambio se refleja en el surgimiento del «corporativismo», un sistema en el que la comunidad y el Estado prevalecen sobre el individuo. Phelps observa que esta transición de valores ha tenido un impacto significativo en la forma en que evaluamos el éxito de los sistemas sociales.
Ya no solo nos enfocamos en los aspectos materiales, sino también en la medida en que estos sistemas permiten a las personas llevar vidas interesantes, desafiantes y plenas. Esta perspectiva resuena con las propias reflexiones de Phelps sobre el «problema permanente» y la búsqueda de una vida verdaderamente satisfactoria.
Un legado innovador en la economía
A lo largo de su carrera, Edmund Phelps ha trascendido los límites convencionales de la economía, vinculando la vida económica con cuestiones fundamentales para el bienestar humano. Su trabajo no solo ha arrojado luz sobre nuestra situación contemporánea, sino que también ha establecido un modelo inspirador para futuras investigaciones económicas.
Phelps ha alentado a los economistas a comprender las fuerzas subyacentes que moldean nuestra realidad, yendo más allá de los indicadores puramente materiales. Su enfoque innovador ha sentado las bases para una comprensión más profunda de los factores que conducen a una vida plena y satisfactoria en el contexto de los sistemas económicos y sociales.
Las limitaciones del trabajo moderno
En el mundo laboral actual, la mayoría de los trabajadores no cuentan con una carrera profesional sólida que les permita desarrollar sus capacidades de planificación y ejecución a lo largo de su vida. En su lugar, suelen transitar de un empleo a otro sin un rumbo claro. Si bien las condiciones laborales han mejorado en comparación con el pasado, cuando el trabajo era sucio y peligroso, los trabajadores de la era industrial disfrutaban de ingresos y niveles de vida en constante aumento, así como del estatus que provenía de la importancia universalmente reconocida del trabajo en las fábricas. Hoy en día, aunque el trabajo es menos agotador físicamente, para muchos también es menos gratificante desde un punto de vista espiritual.
Progreso y estancamiento en el desarrollo laboral
Inicialmente, se reconocía que las recompensas espirituales para la mayoría de los trabajadores eran escasas, pero se tenía la esperanza de que esta situación mejoraría con el tiempo. En la obra Human Capitalism, de Brink Lindsey, se planteó que la creciente complejidad de las economías avanzadas estaba conduciendo a la «cefalización» de la vida económica, siguiendo los postulados de Frank Knight. Así como los animales con comportamientos más complejos tienden a tener proporciones cerebro-cuerpo mayores, a medida que el capitalismo se desarrolla y se vuelve más complejo, requiere un mayor porcentaje de trabajadores involucrados en tareas cerebrales, como planificar, gestionar y coordinar la producción.
En este sentido, el porcentaje de trabajadores directivos y profesionales ha aumentado del 10% de la fuerza laboral en 1900 al 35% en la actualidad. Además, ha habido un incremento significativo en el porcentaje de personas que asisten y completan la universidad, a medida que aumenta la demanda de desarrollar capacidades intelectuales.
Es importante reconocer que, si bien el progreso económico ha traído consigo oportunidades laborales más complejas y desafiantes, aún existen limitaciones en cuanto a la realización personal y el desarrollo integral de los trabajadores. Muchos empleos siguen siendo monótonos y carecen de autonomía, lo que puede generar insatisfacción y falta de motivación.
Por otro lado, el aumento en la educación superior y la demanda de habilidades intelectuales son aspectos positivos que pueden contribuir al crecimiento personal y profesional de los trabajadores. Sin embargo, es crucial fomentar un equilibrio entre el desarrollo intelectual y el bienestar emocional y espiritual en el ámbito laboral.
La trampa del Florecimiento Medio
El progreso alcanzado hasta ahora es innegable y merece ser celebrado. En las economías avanzadas de hoy, un porcentaje mayor de personas que nunca en la historia de la humanidad tiene buenas oportunidades para desarrollar sus capacidades y prosperar. Este avance ha permitido que más individuos accedan a la educación, mejoren sus habilidades y encuentren empleos que les permitan crecer tanto personal como profesionalmente.
Sin embargo, al mirar hacia el futuro, surge una preocupación importante: ¿seguiremos en el camino del progreso continuo? La realidad sugiere que podríamos estar atrapados en lo que el autor denomina una «trampa de florecimiento medio». Esta situación es comparable a la trampa del ingreso medio, que afecta a las economías en desarrollo que, tras escapar de la pobreza, se estancan y no logran alcanzar niveles de ingresos altos.
En el contexto del florecimiento humano, hemos alcanzado un nivel de desarrollo más amplio que cualquier sistema social anterior. No obstante, las instituciones y estructuras que nos han llevado hasta este punto parecen incapaces de impulsarnos hacia nuevas alturas. Este estancamiento implica que, aunque hemos mejorado significativamente, no estamos avanzando al ritmo necesario para alcanzar un florecimiento masivo y sostenido.
Para superar esta trampa, es crucial reexaminar y reformar nuestras instituciones y políticas. Debemos buscar nuevas formas de fomentar la innovación, la creatividad y el desarrollo personal, asegurando que todos los individuos tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial. Solo así podremos continuar avanzando y evitar quedar atrapados en un estado de progreso limitado.
Desafíos del mercado laboral futuro
El mercado laboral del futuro enfrenta varios desafíos significativos que dificultan la evolución hacia un entorno donde la mayoría de los trabajos sean interesantes, desafiantes y aventureros. Existen dos razones principales para esta perspectiva:
- Tareas necesarias y monótonas: Muchas tareas esenciales son tediosas y difíciles de automatizar. Estas tareas seguirán existiendo y necesitarán ser realizadas por personas, lo que limita la posibilidad de que todos los trabajos sean estimulantes y creativos.
- Falta de habilidades adecuadas: La mayoría de las personas no poseen la combinación necesaria de habilidades cognitivas y no cognitivas para desempeñar bien trabajos altamente especializados. Esto significa que no todos pueden participar en trabajos que requieran un alto nivel de innovación y creatividad.
La idea de que algún día viviremos en un mundo donde la mayoría de los trabajadores participen en la «innovación de base» es, en mi opinión, poco realista. Durante los primeros días de la industrialización, artesanos y caldereros sin educación formal podían aprovechar las oportunidades tecnológicas más accesibles. Sin embargo, hoy en día, con las oportunidades más evidentes ya explotadas, solo los trabajadores altamente especializados y con una amplia formación formal pueden contribuir significativamente al progreso tecnológico.
La cefalización de la vida económica
La «cefalización» de la vida económica, un término que describe el aumento de la proporción de trabajos que requieren habilidades cognitivas avanzadas, puede haber alcanzado su punto máximo en el capitalismo moderno. Aunque la proporción de trabajadores estadounidenses con títulos universitarios ha seguido aumentando lentamente, este crecimiento podría no ser sostenible a largo plazo.
- Tendencias en la educación universitaria: El porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años que asisten a la universidad alcanzó su punto máximo en 2011 y ha disminuido desde entonces. Esta tendencia sugiere que menos jóvenes están optando por la educación superior, lo que podría tener implicaciones significativas para el mercado laboral futuro. Además, la proporción de empleos que requieren un título universitario ha disminuido, y el porcentaje de adultos que consideran la educación universitaria como «muy importante» también ha caído.
- Cambios en las habilidades cognitivas: Paralelamente, hay evidencia de que, después de un siglo de aumento constante, las puntuaciones brutas del coeficiente intelectual están empezando a caer. Este fenómeno podría estar relacionado con varios factores, incluyendo cambios en el sistema educativo, el entorno laboral y las expectativas sociales.
Para entender mejor estos desafíos, es útil considerar cómo ha evolucionado el mercado laboral y la educación a lo largo del tiempo. En el pasado, la educación universitaria era vista como un camino seguro hacia el éxito profesional y personal. Sin embargo, las tendencias actuales indican que este ya no es necesariamente el caso.
Es crucial que las instituciones educativas y los responsables de políticas públicas reconozcan estas tendencias y trabajen para adaptarse a ellas. Esto podría incluir la promoción de alternativas a la educación universitaria tradicional, como programas de formación técnica y profesional, que pueden preparar a los trabajadores para roles que no requieren un título universitario pero que aún son gratificantes y bien remunerados.
Hacia una nueva era de autosuficiencia económica
Phelps presenta una visión alternativa al modelo laboral tradicional del mercado postindustrial. En lugar de esperar una transformación significativa de este mercado, Phelps propone un movimiento hacia la «independencia económica», un concepto que implica una desmovilización parcial del mercado laboral convencional y un retorno del trabajo al ámbito doméstico.
El trabajo desde casa y los negocios locales
Según Edmund Phelps, a corto plazo se debe fomentar el trabajo desde casa y los negocios locales como parte de un movimiento hacia la «independencia económica». Esta propuesta se basa en las siguientes ideas clave:
- Acercar el trabajo al hogar: Phelps sugiere que al permitir y promover el trabajo remoto desde casa, se acorta la distancia física y psicológica entre el ámbito laboral y el personal/familiar. Esto facilitaría una mejor integración e interconexión entre estas esferas de la vida.
- Impulsar los negocios locales: Además del teletrabajo, Phelps propone impulsar los negocios locales y de pequeña escala operados desde los hogares o comunidades cercanas. Esto crearía oportunidades de autoempleo y emprendimiento en los vecindarios.
- Equilibrio trabajo-vida: Al reducir la separación entre trabajo y vida personal/familiar, se lograría un equilibrio más saludable. Las personas podrían compaginar mejor sus responsabilidades laborales con otras facetas como la vida familiar, los hobbies, etc.
- Reducir desplazamientos: Trabajar desde casa y tener negocios locales disminuiría la necesidad de largos desplazamientos diarios al lugar de trabajo, ahorrando tiempo y reduciendo el estrés asociado a los traslados.
- Fomentar la autosuficiencia local: Los negocios locales crearían una mayor autosuficiencia económica en las comunidades, al proveer bienes y servicios cerca de los hogares sin depender tanto de grandes empresas externas.
En esencia, Phelps ve estas medidas como un primer paso hacia una mayor «independencia económica» donde las personas puedan trabajar de forma más autónoma e integrada con su vida personal y comunitaria, en contraste con el modelo tradicional de empleo asalariado en grandes empresas alejadas del hogar.
Un futuro de abundancia y autosuficiencia
Según Phelps, a largo plazo debemos aspirar a un futuro de abundancia y autosuficiencia económica. Esta visión se basa en los siguientes postulados clave:
- Independencia del empleo asalariado: Phelps plantea la necesidad de alcanzar un nivel de riqueza que permita a la mayoría de las personas no depender de un empleo asalariado tradicional para subsistir. La idea es liberarse de la necesidad de trabajar por un salario fijo.
- Proyectos productivos autogestionados: En lugar del empleo asalariado, las personas podrían dedicarse a proyectos productivos fuera del ámbito laboral convencional. Estos proyectos serían autogestionados, ya sea de manera individual o en comunidades cercanas.
- Comunidades unidas y autosuficientes: Phelps vislumbra un futuro donde las personas puedan dedicarse a estos proyectos productivos en el seno de comunidades muy unidas de amigos y familiares. Estas comunidades tendrían un alto grado de autosuficiencia económica.
- Abundancia material: Para que este modelo sea viable, Phelps sostiene que debemos alcanzar un nivel de riqueza material suficiente para que la mayoría de las personas no necesiten depender de un ingreso fijo por empleo.
- Desvinculación del nexo monetario: Al no depender de un salario, las personas podrían desvincularse del «nexo del efectivo» y dedicarse a actividades productivas fuera del sistema monetario tradicional.
En esencia, Phelps propone un modelo económico y social donde las personas puedan alcanzar la autosuficiencia material a través de proyectos productivos autogestionados en comunidades unidas, liberándose de la dependencia del empleo asalariado convencional. Esto requeriría un nivel de abundancia material que permita esta transición.
El surgimiento de una contracultura «productista»
Phelps propone una visión innovadora para alcanzar un futuro de autosuficiencia económica a través del surgimiento y difusión de una contracultura «productista» del bricolaje. Este concepto se basa en varios postulados clave que buscan transformar la manera en que las personas trabajan y viven, promoviendo la autosuficiencia y la sostenibilidad.
Además de la “autosuficiencia local”, añade los siguientes postulados clave:
- Fomento de la competencia técnica: Phelps sugiere que una contracultura «productista» debe valorar altamente la competencia técnica. Esto implica que las personas deben adquirir y desarrollar habilidades técnicas que les permitan crear, reparar y mejorar productos por sí mismas. La competencia técnica no solo empodera a los individuos, sino que también reduce la dependencia de grandes corporaciones y fomenta la innovación a nivel local.
- Bricolaje y creatividad: El bricolaje, o «do it yourself» (DIY y ver La revolución Makers en 14 ideas), es una práctica central en la contracultura «productista». Phelps destaca la importancia de que las personas se involucren en proyectos creativos y productivos por su cuenta. El bricolaje fomenta la creatividad, la innovación y la satisfacción personal, ya que permite a los individuos ver el resultado tangible de su trabajo. Además, promueve una mentalidad de autosuficiencia y resiliencia.
- Sostenibilidad y responsabilidad ambiental: La contracultura «productista» también pone un fuerte énfasis en la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental. Phelps sugiere que las prácticas productistas deben ser ecológicamente responsables, utilizando recursos renovables y minimizando el desperdicio. La sostenibilidad no solo es crucial para la preservación del medio ambiente, sino que también asegura que las futuras generaciones puedan disfrutar de los mismos recursos y oportunidades.
- Comunidad y colaboración: Aunque la autosuficiencia individual es importante, Phelps reconoce que la colaboración comunitaria es esencial para el éxito de la contracultura «productista». Las comunidades deben trabajar juntas para compartir conocimientos, recursos y habilidades. La colaboración fortalece los lazos sociales y crea una red de apoyo que puede enfrentar desafíos colectivos de manera más efectiva.
Para entender mejor estos postulados, es útil considerar cómo la contracultura «productista» puede transformar la vida económica y social. Al fomentar la competencia técnica y la autosuficiencia local, las personas pueden reducir su dependencia de sistemas económicos centralizados y volátiles. El bricolaje y la creatividad no solo proporcionan satisfacción personal, sino que también impulsan la innovación y la resiliencia comunitaria.
La sostenibilidad y la responsabilidad ambiental aseguran que las prácticas productistas sean viables a largo plazo, protegiendo el medio ambiente y los recursos naturales. Finalmente, la colaboración comunitaria fortalece los lazos sociales y crea un sentido de pertenencia y propósito compartido.
La aversión a las pérdidas y el dinamismo
Phelps aborda cómo el anhelo de estabilidad y control ha socavado el dinamismo económico de diversas maneras. Esta «aversión a las pérdidas» se manifiesta en varios fenómenos que obstaculizan el progreso y la innovación.
Manifestaciones de la aversión a las pérdidas
- NIMBYismo (Not In My Back Yard): Este fenómeno refleja el deseo de mantener el statu quo y evitar cambios que podrían traer beneficios a largo plazo, pero que también implican riesgos o inconvenientes a corto plazo. Las comunidades que adoptan esta postura tienden a oponerse a proyectos de desarrollo local, como la construcción de infraestructuras o instalaciones industriales, por temor a los posibles impactos negativos.
- Vetocracia: La «vetocracia» se refiere a la capacidad de pequeños grupos para bloquear iniciativas que podrían ser beneficiosas para la sociedad en general, pero que enfrentan oposición local. Este fenómeno puede paralizar proyectos importantes y frenar el progreso económico y social.
- Miedo irracional a la energía nuclear: A pesar de los avances en la seguridad nuclear y su potencial para proporcionar energía limpia, el temor a los posibles riesgos ha llevado a muchos países a abandonar esta fuente de energía. Este miedo irracional es un claro ejemplo de cómo la aversión a las pérdidas puede paralizar el progreso.
- Seguridadismo paralizante: El «seguridadismo» es una tendencia a priorizar la seguridad por encima de todo, lo que puede llevar a una parálisis en la toma de decisiones y a la evitación de cualquier tipo de riesgo. Si bien la seguridad es importante, un enfoque excesivo en evitar pérdidas puede impedir la adopción de innovaciones que podrían traer grandes beneficios.
Un cambio cultural novedoso
Es interesante notar que este cambio cultural no puede ser simplemente caracterizado como una reafirmación de valores tradicionales. En realidad, se trata de un giro cultural novedoso que responde a condiciones de riqueza material sin precedentes. Virginia Postrel, en su obra The Future and Its Enemies: The Growing Conflict Over Creativity, Enterprise, and Progress, plantea un conflicto similar entre «dinamismo» y «estasismo». Ella argumenta que incluso las personas que se consideran progresistas y con visión de futuro pueden adoptar posiciones que, en la práctica, resultan ser altamente conservadoras o reaccionarias.
Obstáculos antitradicionales al florecimiento masivo
Según Phelps, existen varios obstáculos antitradicionales que amenazan el florecimiento masivo en las sociedades capitalistas modernas:
Excesos de la autoexpresión
- Hostilidad hacia la autoridad: Phelps identifica un exceso asociado al giro cultural hacia valores de autoexpresión, lo que ha llevado a una hostilidad hacia formas de autoridad como la ciencia y la democracia liberal.
- Preferencia por lo virtual sobre lo real: Otra manifestación de este fenómeno es una creciente preferencia por lo virtual sobre las interacciones y relaciones personales reales. Esto puede desincentivar la construcción de vínculos humanos significativos.
Retiro de las relaciones personales
- Evitación de conflictos: Phelps señala una retirada constante de las fricciones y vulnerabilidades inherentes a las relaciones personales. En lugar de enfrentar y resolver conflictos, muchas personas optan por evitar interacciones incómodas pero necesarias para el crecimiento personal y la cohesión social.
- Debilitamiento de conexiones humanas: Esta tendencia a evitar las complejidades de las relaciones interpersonales puede debilitar las conexiones humanas y afectar negativamente el bienestar individual y colectivo.
Amenazas demográficas
- Colapso de la fertilidad: Phelps identifica el colapso global de la fertilidad como una de las amenazas más graves para el futuro a largo plazo de la humanidad.
- Disminución de la población: Relacionado con lo anterior, existe el espectro de una dramática disminución de la población mundial.
- Necesidad de revitalizar valores tradicionales: Para evitar un estancamiento en un planeta cada vez más pequeño y envejecido, Phelps plantea la necesidad de revitalizar valores tradicionales como el compromiso de procrear y multiplicarse.
Phelps advierte que ciertos excesos antitradicionales, como la hostilidad hacia la autoridad, la preferencia por lo virtual y la evitación de conflictos interpersonales, junto con amenazas demográficas como el colapso de la fertilidad, representan obstáculos significativos para alcanzar un verdadero florecimiento masivo en las sociedades capitalistas modernas.
Equilibrio entre valores tradicionales y modernos
Phelps aborda la importancia de equilibrar los valores tradicionales y modernos para lograr un florecimiento masivo. Phelps critica la visión simplista que contrapone valores tradicionales y modernos, argumentando que esta dicotomía no captura los conflictos culturales reales que influirán en nuestro futuro.
Elementos progresivos y perennes del florecimiento
El florecimiento humano, según Phelps, incluye tanto elementos progresivos como perennes. Los elementos progresivos, como la exploración, el descubrimiento y la creatividad, son esenciales para el florecimiento colectivo de la humanidad. Estos aspectos impulsan la innovación y el avance tecnológico, beneficiando a la sociedad en su conjunto. Sin embargo, para la mayoría de las personas, los elementos perennes del florecimiento humano son igualmente importantes. Estos incluyen:
- Amor: Las relaciones afectivas y el amor son fundamentales para el bienestar emocional y psicológico.
- Amistad: Las conexiones con amigos proporcionan apoyo, alegría y un sentido de pertenencia.
- Comunidad: Sentirse parte de una comunidad fortalece el sentido de identidad y propósito.
- Sentido de pertenencia: La pertenencia a grupos y comunidades es crucial para la autoestima y la seguridad emocional.
- Propósito: Tener un propósito claro en la vida motiva y guía las acciones diarias.
- Orgullo por el trabajo: Sentir orgullo y satisfacción por el trabajo realizado es esencial para la realización personal.
Estos valores perennes ocupan un lugar prominente en la configuración de una vida bien vivida y son fundamentales para el bienestar individual.
La necesidad de un equilibrio
Para lograr una sociedad caracterizada por un florecimiento masivo, no debemos oscilar entre los extremos de los valores tradicionales y modernos. En lugar de ello, es crucial encontrar un equilibrio que incorpore lo mejor de ambos mundos. Una sociedad floreciente debe basarse en una base moral que equilibre estos valores, permitiendo tanto la innovación y el progreso como la estabilidad y las conexiones humanas significativas.