Joel Kotkin, en su libro «The Coming of Neo-Feudalism«, presenta una tesis provocadora: la sociedad moderna está regresando a una estructura social similar al feudalismo medieval. Kotkin argumenta que, tras un período de expansión de la clase media y dispersión de la riqueza, estamos viendo una reemergencia de una sociedad más jerárquica y estancada. En esta nueva estructura, la riqueza y el poder se concentran cada vez más en manos de una élite tecnológica y financiera, mientras que la movilidad social y económica para la mayoría de la población disminuye.
Kotkin identifica dos clases dominantes en esta nueva sociedad: una «nueva aristocracia» compuesta por oligarcas tecnológicos que controlan vastos recursos y la información, y una «clerisy» que domina las universidades, los medios de comunicación y las instituciones culturales. Estas clases corresponden a los antiguos Primer y Segundo Estados de la Francia pre-revolucionaria. Por debajo de estas élites se encuentra el Tercer Estado, que incluye a pequeños empresarios y profesionales del sector privado, cuya influencia está en declive, y una creciente población de «nuevos siervos» sin propiedades y con pocas oportunidades de ascenso social.
El libro de Kotkin no solo describe esta preocupante tendencia, sino que también advierte sobre sus implicaciones para la democracia y la estabilidad social. Sin embargo, Kotkin sugiere que aún es posible revertir estas tendencias si se comprende lo que está ocurriendo y se actúa en consecuencia para oponerse a estas dinámicas.
Impacto de la pandemia de COVID-19
Desaparición de pequeñas empresas
Kotkin argumenta que la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto devastador en las pequeñas empresas. Millones de estas empresas han desaparecido debido a los cierres prolongados y las restricciones impuestas para controlar la propagación del virus. Las pequeñas empresas, fundamentales para la economía local y la creación de empleo, han sido particularmente vulnerables a las interrupciones causadas por la pandemia. Esta desaparición ha contribuido a la concentración de la riqueza y el poder en manos de grandes corporaciones y oligarcas tecnológicos. Mientras que las grandes corporaciones, especialmente las tecnológicas, han prosperado durante la pandemia, las pequeñas empresas han luchado por sobrevivir.
Pérdida de empleos y crecimiento de la «servidumbre»
La pandemia ha provocado una pérdida masiva de empleos, especialmente en sectores como la hostelería, el turismo y el comercio minorista, que emplean a una gran cantidad de trabajadores de bajos ingresos. Kotkin señala que casi el 40% de los estadounidenses que ganan menos de $40,000 al año han perdido sus empleos durante la pandemia. Esta pérdida de empleos ha dejado a muchas personas en una situación económica precaria, sin propiedades y con pocas oportunidades de mejorar su situación.
Declive de la clase media
Expansión histórica
Durante gran parte del siglo XX, especialmente en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, la clase media experimentó una notable expansión. Este crecimiento fue impulsado por una combinación de factores, incluyendo políticas gubernamentales favorables, un fuerte crecimiento económico, y la creación de empleos bien remunerados en sectores industriales y de servicios. La movilidad social era alta, y muchas personas pudieron mejorar su situación económica y alcanzar un nivel de vida confortable.
Declive actual
Kotkin señala que esta tendencia ha cambiado drásticamente en las últimas décadas. La clase media está en declive, y esto se refleja en varios indicadores económicos y sociales. Según un análisis del Pew Research Center, la proporción de adultos que viven en hogares de clase media en Estados Unidos disminuyó del 61% en 1971 al 50% en 2021. Este declive ha sido acompañado por un aumento en la proporción de adultos en los estratos de ingresos altos y bajos, lo que indica una creciente polarización económica.
Reducción de la movilidad social y económica
Kotkin argumenta que la movilidad social, es decir, la capacidad de las personas para mejorar su situación económica a lo largo del tiempo, se ha reducido significativamente. En el pasado, la clase media ofrecía una vía para que las personas ascendieran en la escala económica, pero hoy en día, esta movilidad está cada vez más restringida. Los jóvenes bien educados enfrentan dificultades para encontrar empleos bien remunerados y estables, y muchos se ven obligados a aceptar trabajos precarios o mal pagados.
Crecimiento de una nueva clase de «siervos»
Kotkin describe el surgimiento de una nueva clase de «siervos» sin propiedades, que incluye a jóvenes bien educados que tienen pocas oportunidades de adquirir propiedades y mejorar su situación económica. Esta clase está compuesta por trabajadores en empleos de baja remuneración y alta precariedad, como conductores de Uber, trabajadores de servicios de entrega, y empleados de tiendas minoristas. Estos trabajadores a menudo carecen de beneficios laborales y seguridad en el empleo, lo que los coloca en una situación económica vulnerable.
Factores contribuyentes al declive
Globalización y desindustrialización
Uno de los factores clave que Kotkin identifica como contribuyente al declive de la clase media es la globalización y la desindustrialización. La globalización ha llevado a la externalización de muchos empleos manufactureros bien remunerados a países con costos laborales más bajos. Esto ha reducido las oportunidades de empleo bien remunerado en los países desarrollados, afectando negativamente a la clase media.
Tecnología y automatización
La tecnología y la automatización también han jugado un papel importante en el declive de la clase media. Si bien estas innovaciones han aumentado la eficiencia y la productividad, también han eliminado muchos empleos tradicionales de clase media. Los trabajos que antes eran realizados por humanos ahora son realizados por máquinas, lo que reduce la demanda de mano de obra y presiona a la baja los salarios.
Concentración de la riqueza
Kotkin argumenta que la concentración de la riqueza en manos de una pequeña élite también ha contribuido al declive de la clase media. Los oligarcas tecnológicos y financieros han acumulado una cantidad desproporcionada de la riqueza global, lo que ha llevado a una mayor desigualdad económica. Esta concentración de riqueza limita las oportunidades para la mayoría de la población y refuerza una estructura social más jerárquica y menos equitativa.
Implicaciones para la sociedad
Desigualdad económica
El declive de la clase media y la creciente desigualdad económica tienen implicaciones significativas para la sociedad. La polarización económica puede llevar a una mayor inestabilidad social y política. Esta pérdida de empleos ha dejado a muchas personas en una situación económica precaria, sin propiedades y con pocas oportunidades de mejorar su situación.
Kotkin describe el surgimiento de una nueva clase de «siervos» sin propiedades, compuesta por trabajadores en empleos precarios y mal remunerados. Estos trabajadores, que incluyen a conductores de Uber, repartidores y empleados de tiendas minoristas, a menudo carecen de beneficios laborales y seguridad en el empleo. La pandemia ha exacerbado esta tendencia, ya que muchos de estos trabajadores han perdido sus empleos o han visto reducidas sus horas de trabajo, quedando atrapados en una situación de servidumbre económica.
Beneficios para los oligarcas tecnológicos y la clase de expertos
Kotkin argumenta que los grandes ganadores de la pandemia han sido los oligarcas tecnológicos y la clase de expertos. A medida que las personas han tenido que depender más de los algoritmos y menos de las relaciones humanas para trabajar, comprar y socializar, las grandes empresas tecnológicas han visto aumentar su influencia y poder. Las plataformas de comercio electrónico, las herramientas de videoconferencia y los servicios de streaming han experimentado un crecimiento significativo, beneficiando a los líderes de estas industrias.
Además, Kotkin señala que la pandemia ha aumentado el control de la información y la vigilancia por parte de las grandes empresas tecnológicas. Estas empresas han utilizado sus vastos recursos para monitorear y analizar el comportamiento de los usuarios, lo que les ha permitido consolidar aún más su poder. Este control de la información y la vigilancia tiene implicaciones preocupantes para la privacidad y la libertad individual, y contribuye a la creación de una sociedad más jerárquica y menos equitativa.
Comparación con el feudalismo medieval
Estructura social
Kotkin compara la estructura social emergente con la del feudalismo medieval, donde la sociedad estaba dividida en tres estamentos: el Primer Estado (el clero), el Segundo Estado (la nobleza) y el Tercer Estado (los plebeyos). En la sociedad moderna, los oligarcas tecnológicos y la «clerisy» (una élite clerical que domina las universidades, los medios de comunicación y las instituciones culturales) corresponden a los dos primeros estamentos, mientras que la clase media y los nuevos siervos representan al Tercer Estado. El autor identifica dos clases dominantes en esta nueva estructura social:
- La Nueva Aristocracia: Compuesta por los oligarcas tecnológicos que poseen una riqueza sin precedentes y un creciente control de la información.
- La Clerisy: Una élite clerical que domina las universidades, los medios de comunicación, las instituciones culturales y las ONG. Esta clase, similar al clero medieval, apoya y legitima el poder de los oligarcas tecnológicos y comparte con ellos una visión del mundo y una agenda común.
Implicaciones para la democracia
Kotkin advierte que esta concentración de poder y riqueza tiene implicaciones graves para la democracia. La capacidad de los oligarcas tecnológicos para influir en la política y la economía socava los principios democráticos y limita la capacidad de la mayoría de la población para participar en la toma de decisiones. Esto crea una sociedad más jerárquica y menos equitativa, similar a la estructura del feudalismo medieval.
Reformas políticas y económicas
Kotkin sugiere que una de las formas de combatir el neo-feudalismo es descentralizar el poder. Esto implica transferir más poder y recursos a los gobiernos locales y regionales, lo que puede ayudar a reducir la concentración de poder en manos de una élite centralizada. La descentralización puede fomentar una mayor participación ciudadana y permitir que las comunidades locales tomen decisiones que reflejen mejor sus necesidades y prioridades.
Otra propuesta de Kotkin es la regulación de los monopolios y la promoción de la competencia económica. Los gobiernos deben implementar políticas que limiten el poder de las grandes corporaciones tecnológicas y financieras, y que fomenten la creación y el crecimiento de pequeñas y medianas empresas. Esto puede incluir medidas como la desagregación de grandes empresas, la imposición de impuestos progresivos y la eliminación de barreras de entrada para nuevos competidores.
Kotkin también aboga por políticas que fomenten la propiedad y el emprendimiento. Esto incluye facilitar el acceso a la vivienda y al crédito para las clases medias y bajas, y apoyar a los pequeños empresarios y emprendedores. La propiedad y el emprendimiento son fundamentales para la movilidad social y económica, y pueden ayudar a contrarrestar las tendencias hacia la servidumbre económica.
Revalorización de la educación y la formación
Kotkin destaca la necesidad de reformar el sistema educativo para que esté más alineado con las necesidades del mercado laboral y las aspiraciones de la clase media. Esto incluye una mayor inversión en formación profesional y técnica, y en programas de aprendizaje que preparen a los estudiantes para trabajos bien remunerados y con demanda.
La educación debe enfocarse en desarrollar habilidades prácticas y en fomentar el pensamiento crítico y la participación cívica. La promoción de la educación continua y el aprendizaje a lo largo de la vida también es crucial. En un mundo en constante cambio, es importante que las personas tengan la oportunidad de actualizar sus habilidades y conocimientos para adaptarse a nuevas realidades económicas y tecnológicas.
Fomento de la solidaridad y la comunidad
Kotkin sugiere que la construcción de comunidades resilientes y solidarias es esencial para resistir el neo-feudalismo. Esto implica fomentar la cohesión social y el apoyo mutuo a nivel local, y promover iniciativas comunitarias que fortalezcan el tejido social. Las comunidades fuertes pueden proporcionar una red de apoyo para sus miembros y actuar como un contrapeso al poder de las élites. El apoyo a movimientos de base y organizaciones comunitarias también es fundamental. Estos movimientos pueden desempeñar un papel crucial en la defensa de los derechos de los ciudadanos y en la promoción de políticas que favorezcan la equidad y la justicia social.
Conclusión de ‘The Coming of Neo-Feudalism’ de Joel Kotkin
Kotkin presenta una visión preocupante de la dirección en la que se dirige la sociedad moderna. La creciente concentración de la riqueza y el poder en manos de una élite tecnológica y financiera, junto con el declive de la clase media y la reducción de la movilidad social, están creando una estructura social más jerárquica y menos equitativa, similar al feudalismo medieval.
Sin embargo, Kotkin también ofrece soluciones y reformas que podrían ayudar a revertir estas tendencias y promover una sociedad más justa y democrática. La descentralización del poder, la regulación de los monopolios, el fomento de la propiedad y el emprendimiento, la revalorización de la educación y la formación, y el fomento de la solidaridad y la comunidad son algunas de las medidas que podrían contribuir a resistir el neo-feudalismo y a construir un futuro más equitativo para todos.