The Drone Age: How Drone Technology Will Change War and Peace de Michael J. Boyle es un libro oportuno, relevante y provocativo que aborda el creciente uso de drones en nuestra sociedad. Boyle, profesor asociado de ciencias políticas en la Universidad La Salle, demuestra una madurez analítica y una capacidad para plantear preguntas críticas. El libro explora la eficacia de los drones en la guerra, el terrorismo y las causas humanitarias.
Una parte central de la investigación de Boyle es la ética en torno a los drones. Aunque no busca resolver todas las cuestiones morales, su objetivo es nivelar el campo de conocimiento para formuladores de políticas y ciudadanos. Boyle destaca que el miedo a lo desconocido a menudo paraliza el buen juicio, y en el caso de los drones, este temor es abundante.
Contexto histórico de los drones
Detrás de los velos de expresiones como «redistribuir riesgos», «identificar, corregir y finalizar» y «guerra de precisión», se oculta la implantación tangible de máquinas de combate operadas de manera remota en el mundo real. La analogía de los «juegos de guerra» donde los joysticks han suplantado los gatillos nunca ha sido más exacta. El término «dron» (técnicamente un vehículo aéreo no tripulado o UAV) surgió a partir de un desarrollo de la empresa Northrup, basado en el avión Queen Bee de la Royal Navy (Reino Unido). Boyle ofrece un resumen sobresaliente desde los primeros días de los hermanos Wright hasta la Primera Guerra Mundial y el período de entreguerras, cuando el potencial de las aeronaves se materializó a través de bombardeos en todos los escenarios de conflicto.
El autor proporciona un valioso contexto a lo largo del trayecto, detallando numerosos hitos en la tecnología de drones; por ejemplo, la primera ocasión en que un presidente de los EE. UU. observó un dron y el primer incidente en el que un ciudadano estadounidense fue atacado y asesinado por un dron fuera de una zona de guerra. Boyle exhibe además un profundo conocimiento sobre las características, modelos y capacidades de los drones (como el Phantom, Predator, Dark Star y Divine Eagle). Para aquellos que se adentran en este tema por primera vez, este libro representa un excelente punto de partida para profundizar en su comprensión de un tema sumamente complejo.
Sin embargo, la verdadera contribución de Boyle radica en su análisis de la evolución desde la fascinación inicial hasta el interés, la aceptación y el despliegue de los drones por parte de la Fuerza Aérea. Este proceso, que transformó la novedad en letalidad, allanó el camino para que los asesores militares presionaran a los presidentes para que emplearan la tecnología de drones. Con una supervisión limitada por parte del Congreso, los presidentes han logrado ajustar los criterios para el despliegue de drones en asuntos de guerra o seguridad, desde una certeza absoluta hasta una certeza razonable. No obstante, los drones también trascienden los límites de la protección de la privacidad y la seguridad de los datos cuando se utilizan en contextos policiales.
El lado humano
Boyle enriquece su narrativa mediante la creación de pequeñas escenas que destacan aspectos humanos detrás de la tecnología. Estas viñetas, que presentan tanto héroes como villanos con historias de fondo complejas, añaden profundidad a la trama general. Por ejemplo, el libro inicia con la imagen de un hombre desayunando, perseguido por drones estadounidenses, y conecta figuras como Marilyn Monroe, fotografiada con un dron temprano por Ronald Reagan, entonces capitán del ejército. Estos detalles, hábilmente entrelazados a lo largo del texto, brindan textura y mantienen el interés del lector sin desviar la atención de los temas principales.
Introducción a ‘The Drone Age‘
El libro presenta una introducción cautivadora y un sólido resumen final, con capítulos claramente temáticos entre ambos extremos. Esta estructura facilita la inmersión en la obra y la comprensión de los argumentos clave dentro de la narrativa general. Aunque puede leerse de principio a fin, los lectores también pueden explorar los capítulos intermedios de manera independiente según sus intereses temáticos. Además, incluye un pequeño número de fotografías en blanco y negro que subrayan la creciente estética visual asociada con los drones, cuyas imágenes se han vuelto icónicas y están ligadas a la controversia que rodea sus operaciones. Estas imágenes han transformado nuestra percepción del mundo y se han convertido en una parte integral de la estética contemporánea. El autor también resalta la importancia del lenguaje en este campo emergente, donde términos como «caja de muerte», «lista de muerte» y «asesinato selectivo» arrojan luz sobre las complejidades éticas y operativas, llevando el concepto a niveles sin precedentes.
La tecnología de drones ofrece nuevas herramientas para comandantes militares en el terreno y políticos que supervisan acciones desde cómodas oficinas en tiempo real. Sin embargo, las muertes desinhibidas y mediadas digitalmente por sensores remotos plantean peligros evidentes. La paradoja de la desafección de la muerte en tiempo real se explica mediante la representación pseudo-jugadora de las transmisiones de video, que pueden distanciar a los observadores de las acciones letales. A pesar de esto, los pilotos de drones enfrentan un estrés significativo debido a la inmediatez de sus acciones y la desconexión entre las zonas de conflicto y su vida civil.
El libro se enfoca principalmente en el uso militar de drones de aspecto similar a aviones de ala fija, aunque la portada destaca un dron cuadricóptero, lo cual sugiere una amplia gama de aplicaciones y estéticas asociadas con los drones. Boyle logra un equilibrio entre el rigor académico y la accesibilidad, lo que lo convierte en una lectura valiosa tanto para expertos como para principiantes en el tema. Aunque puede que no presente ideas totalmente nuevas para expertos, ofrece una perspectiva sólida y accesible. La narrativa ágil y bien informada de Boyle guía a los lectores a través del panorama emergente de los drones y su creciente importancia en contextos militares, civiles e híbridos.
La era de los drones
La escena inicial, donde un hombre termina su desayuno, establece el tono para gran parte del libro. Aunque podría parecer el comienzo de un thriller, Boyle utiliza esta técnica para introducir a los lectores en un estilo de escritura académica bien investigada y tradicional. Explora los drones militares depredadores y segadores, conocidos por sus imágenes en las noticias, y sus capacidades tácticas, sugiriendo su potencial estratégico como herramienta de relaciones internacionales. Aborda el concepto de asesinato selectivo, que permite a los presidentes estadounidenses eliminar a ciudadanos sin juicio previo, y examina los argumentos clave de manera clara y concisa. Boyle también destaca las implicaciones para la guerra y la paz, así como el creciente espacio ambiguo entre los estados de guerra y paz.
Guerra automatizada
Durante la Segunda Guerra Mundial, los aviones fueron empleados como armas, incluyendo bombarderos multimotor adaptados. Aunque los primeros intentos distaban de la automatización moderna, se utilizaron radios para guiar a estos aviones hacia los objetivos. Sin embargo, estas adaptaciones representaban riesgos significativos para la tripulación. Un ejemplo trágico fue Joseph P. Kennedy Jr., hermano mayor del futuro presidente John F. Kennedy, quien perdió la vida en una de estas misiones peligrosas.
Además, durante este período se desarrollaron aviones que fungían como blancos de artillería y se asemejaban a los drones modernos, como el radioavión. Boyle hábilmente entrelaza estas historias, incluyendo la famosa fotografía de Norma Jean Dougherty, más conocida como Marilyn Monroe, junto a un radioavión parcialmente ensamblado. Su capacidad para evocar nombres y eventos culturales refuerza la riqueza histórica de la narrativa.
Muerte desde arriba
Este capítulo examina los avances posteriores al milenio en la guerra con drones, centrándose en el uso de drones depredadores en Pakistán, incluyendo el primer registro de asesinato selectivo en ese país. Boyle explora la práctica de los asesinatos selectivos, detallando el empleo de tecnología de aviación israelí para estas operaciones. Se cuestiona si estos actos constituyen asesinatos, mientras se reconoce el papel crucial de la religión en muchos conflictos del Medio Oriente.
El lenguaje utilizado para describir los drones, como «depredadores» y «segadores» que lanzan misiles infernales, ofrece una visión simplificada pero poética de la complejidad política y violencia en la región. El capítulo también aborda los avances en la tecnología de drones, especialmente en el contexto estratégico de Afganistán, resumiendo los diferentes programas y enfoques bajo distintos presidentes. Boyle explora la intimidad de los ataques a larga distancia, donde la calidad de los sensores y transmisiones de video puede intensificar el impacto psicológico de las operaciones letales. Aunque la geografía puede ser externa, los desafíos mentales enfrentados por los pilotos y operadores son más internos que físicos.
Ojos en el cielo
El capítulo comienza antes de la Primera Guerra Mundial, destacando cómo los vuelos de reconocimiento se volvieron esenciales en las operaciones militares y la vigilancia aérea se convirtió en determinante para las decisiones estratégicas y tácticas. A medida que la guerra estalló, las tecnologías evolucionaron rápidamente, priorizando los imperativos militares y políticos sobre las preocupaciones monetarias. Si bien los aviones fueron armados, su verdadero valor radicaba en la información que proporcionaban a los planificadores, como respalda una cita de Orville Wright citada por Boyle, quien utiliza citas esclarecedoras para humanizar un tema dominado por tecnología y política. El texto omite el reconocimiento aéreo en la Segunda Guerra Mundial, enfocándose en el uso contemporáneo de drones en este papel. Las ilustraciones muestran la variedad de tamaños de drones, desde el Global Hawk hasta el Black Hornet. Se analizan los problemas de la recopilación indiscriminada de información y se exploran las reglas de enfrentamiento y matices tácticos que los drones ofrecen a los comandantes. Los avances en la tecnología de drones y el dominio de la información, ya sea real o ilusoria, son componentes clave de la estrategia estadounidense.
Drones terroristas
El capítulo comienza con un terremoto real seguido de una metáfora de terremoto, donde un ciudadano preocupado por el medio ambiente carga un dron con material radiactivo, lo que genera una amenaza simbólica que captura titulares. Esta amenaza, inicialmente aislada, se convierte en un riesgo operativo real. Donde un activista ambiental lidera, grupos terroristas organizados podrían seguir.
El uso de drones para intentos de asesinato o para dañar infraestructuras clave ahora es un tema central en los debates de seguridad a nivel mundial. Boyle explora esta cuestión detalladamente, respaldándola con ejemplos concretos. También examina el uso de drones por parte de actores no estatales y el crecimiento del sector de lucha contra drones, reconociendo las complejidades asociadas a combatir esta amenaza emergente.
El dron que todo lo ve
Los drones, con sus cualidades panópticas, son atractivos tanto para militares como para fuerzas del orden. Estos dispositivos pueden realizar vigilancia no solo en el espectro visual, sino también en infrarrojo y en el espectro electromagnético más amplio, incluyendo teléfonos móviles y otras transmisiones de radio. Boyle ilustra esto con un ejemplo en Baltimore, donde los ciudadanos eran monitoreados desde una avioneta Cessna, cuyas imágenes se compartían con la policía. Este caso ejemplifica el equilibrio delicado entre los derechos a la privacidad de los ciudadanos y los beneficios de reducir la delincuencia.
Aunque las posibilidades panópticas de los drones son vastas, pueden no ser la solución única para los problemas percibidos. A pesar de las preocupaciones por la privacidad, muchas fuerzas policiales han adoptado ampliamente drones, desde variedades domésticas hasta pseudomilitares y modelos más grandes. Aunque el caso de Baltimore involucraba un avión ligero tripulado, los drones son ideales para esta función específica, y las fuerzas del orden encuentran en ellos una herramienta valiosa.
Aburrido, sucio y peligroso
En otro capítulo, se inicia con un terremoto en Katmandú, donde los «drones domésticos», fácilmente accesibles en tiendas minoristas, demostraron su valor en operaciones de rescate. La combinación de información de redes sociales y software de mapeo 3D facilitó una respuesta colectiva eficaz, destacando la importancia de los humanitarios digitales que proporcionan datos cruciales a los equipos de rescate. Boyle explora los beneficios específicos de los drones en zonas de desastre, respaldados por ejemplos concretos, y destaca los desafíos de integrar las transmisiones de video y los sensores de drones con otras fuentes de datos disponibles.
Además, analiza el papel de los drones en la entrega de medicamentos, especialmente en África, y su potencial en el mantenimiento de la paz, amplificando la presencia de las fuerzas de las Naciones Unidas en zonas disputadas. Se destaca que los drones pueden recopilar inteligencia y disuadir a grupos hostiles. El capítulo concluye que el uso de drones para tareas peligrosas es un desarrollo natural, reflejando una tendencia más amplia de asignar misiones riesgosas a entidades no humanas.
La nueva carrera
Aviones de combate japoneses F-15 interceptan un sofisticado dron militar chino sobre islas disputadas, una escena inicial que refleja la complejidad de las tensiones regionales. La interceptación de drones en el espacio aéreo nacional es común, pero se complica por los reclamos territoriales en disputa. China está involucrada en reclamos territoriales que ahora incluyen drones, lo que plantea interrogantes sobre la reducción o aumento de malentendidos, al no haber tripulación aérea involucrada en los riesgos.
El desarrollo y la proliferación de drones por varios países, incluidos Estados Unidos, Israel, China y Turquía, sugieren nuevas dinámicas en el equilibrio de poder y tácticas militares. Estas tecnologías, desde drones militares hasta modelos civiles y aficionados, pueden influir significativamente en el campo de batalla y las relaciones internacionales.
El futuro de los drones
La era de los drones presenta tanto promesas como preocupaciones. Son herramientas versátiles y letales que democratizan el acceso a capacidades tecnológicas, aunque también plantean desafíos a la estabilidad y seguridad establecidas. Boyle explora debates clave sobre drones, recordando al lector la complejidad de esta tecnología en el contexto de otras como la inteligencia artificial (IA). A pesar de las percepciones alimentadas por el cine, la IA está en constante evolución y podría llevar a avances significativos en plataformas aéreas autónomas.
Boyle enfatiza el equilibrio entre el potencial positivo de los drones y su capacidad disruptiva, reconociendo que los países industrialmente avanzados tienen una ventaja, pero también son vulnerables a ataques con drones. Los drones pueden nivelar el campo de juego militar, ofreciendo alternativas económicas a la aviación tripulada, aunque la defensa contra drones sigue siendo un desafío. En resumen, mientras los drones ofrecen nuevas oportunidades, también plantean dilemas y riesgos para la seguri