Las siguientes horas post fiesta del Web Series Festival 2010 han sido para descomprimir. Aunque no había mucho tiempo para relajarse, primero porque la lista de tareas pendientes ha ido creciendo peligrosamente las últimas semanas y porque tocaba asistir a diferentes eventos de naturaleza y pelaje diferente. Aparte del citado Web Series Festival, tocaba al último Cava & Twitts de la temporada. Dedicado en esta ocasión a la banca 2.0. Tema tan interesante como discutible, pero la mesa de invitados era de excepción y había que aprovecharlo (Xavi Bermúdez , Pol Navarro y Fernando Egido). Bueno, eso, el cava y las catanias.
Tuve ocasión de desvirtualizar a Fernando Egido, Responsable de Banca
El Cava & Twitts es un buen ejemplo a seguir. Se ha consolidado como un evento de referencia en el panorama barcelonés, veintiuna ediciones lo demuestran. Temas interesantes, buena organización y autosostenible económicamente gracias a la habilidad de sus promotores por captar patrocinadores y gastar poco. Competir a la abundante oferta de eventos, no es sencillo y ellos lo han conseguido con nota. Ahora el Cava & Twitts se va de vacaciones y seguro que cuando vuelva en octubre lo hará dando un paso adelante y con alguna sorpresa interesante.
No obstante sigue habiendo eventos que a mi me cuesta verles el sentido y la utilidad. El HiT es uno de ello. Grandes ponentes, pero un formato que por querer ser muy ágil y dinámico, no deja de ser extrañamente superficial. Asistí a dos mesas redondas. La primera de ellas sobre emprendedores. Un decepcionante Dennis Crowley (fundador de Foursquare) y en el que sólo destacaría la claridad y contundencia de
Continuando con el HiT, aparte de presenciar mi primer “elevador pitch”, también asistí a la mesa redonda sobre Media-New Venture. De entrada el cartel de invitados prometía mucho. A saber: Mika Salmi (MTV), Irene Au (Google), Jim Hornthal (CMEA Capital), Phil Sanderson (IDG Ventures),… pero el resultado fue decepcionante. Todo tangencial, convencionalismos y la sensación de unos invitados infrautilizados ¿Alguien aprenderá alguna vez que una mesa redonda con más de tres invitados es imposible?
Afortunadamente sólo me arrepentí de haber perdido el tiempo durante unas cuantas horas. Por fortuna la organización me facilitó una invitación, que sino…
No quiero ser injusto en mi valoración. Al fin y al cabo, sólo asistí a un par de mesas redondas, pero mi reflexión va hacia el sentido y el formato de un evento muy ambicioso y tan extrañamente transversal sobre “innovación”. Este es un claro ejemplo que pasar de la teoría a la práctica, no es tan sencillo ni obvio.
Leyendo la comunicación del HiT hay que reprimirse para no dejar escapar alguna sonrisa: “la cumbre mundial sobre innovación apuesta por convertirse en un mercado de las ideas, en un punto de encuentro entre innovadores e inversores”.
Para ser un poco más explícito, diré que se trata de una mezcla a partes iguales (poco más de 60 minutos en cada caso) sobre venture capital, new media, clean tech, urban clusters, science parks, electric vehicle mobility, healthcare. Con invitados de gran cartel…y con un coste -por cada minuto de intervención- extraordinario.
Un montaje de lujo. Con maletita, boli y bloc de notas tipo moleskine, pero con una tremenda desconexión con el tejido emprendedor local. ¿A quién le importa? Los precios de las entradas absolutamente disuasorios (tarifa standard de 1.200€, 650 € antes del 15/06).
Con semejante despropósito comercial uno empieza a sospechar acerca de sus organizadores y sus intereses reales. Primero porque hay eventos gratuitos con mucho más sentido e interés. Segundo porque organizando un evento de estas características, no se consigue ser “más innovador”.
Aunque parezca un contrasentido, el origen del problema hay que buscarlo en cuanto cuesta y en quién lo apoya. A mayor peso público, más caro, menor interés y menos utilidad.
Cuando uno ve los partners institucionales del HiT se entiende casi todo: Ajuntament de Barcelona, Generalitat de Catalunya, Ministerio de Ciencia e Innovación, Diputació de Barcelona y Cambra de Comerç de Barcelona… y por supuesto LaCaixa.
El dinero no lo es todo, desde luego. Con todo, lo peor no es eso, es usar el nombre de la innovación en vano.