(Nota: esta entrada fue previamente publicada en UPF-BSM el 8/02/2021)
“El software se está comiendo el mundo”. Esta frase no es reciente, pero cobra todo el sentido en el contexto pandemia y en la nueva contactless economy (economía del distanciamiento). La frase es de Marc Andreessen, pionero de Internet e importante inversor de capital de riesgo. Fue publicada por The Wall Street Journal en 2011 y predijo que las empresas de software se estaban «comiendo al mundo» al reemplazar las viejas industrias con nuevos servicios que son más inteligentes, más veloces y baratos. No ha sido el único en hacer similares pronósticos. En términos similares se expresaba Benjamí Villoslada con “todo lo que pueda ser software será software”. Y en estas estamos.
A los humanos nos cuesta cambiar. Prácticamente solo lo hacemos por obligación, cuando no tenemos alternativa. Solo así se explica el hecho que, durante la progresiva digitalización de los últimos quince años, mientras ha habido sectores reinventándose intensamente, otros han sido impermeables al cambio.
Esas actitudes decimonónicas, que en el pasado ya eran poco razonables por su poca predisposición a abrazar lo digital, hoy conducen al abismo. ¿Qué ha cambiado? La digitalización que empezó con una aceleración y complejidad lineal está adquiriendo una complejidad exponencial. La tasa de progreso tecnológico está a punto de cambiar a una velocidad vertiginosa, exponencial y sin punto de retorno. Diamandis y Kotler nos llevan advirtiendo desde hace años. Hay evidencias y factores que están provocando la tormenta perfecta:
- El incremento de la potencia de los ordenadores. Aunque el reinado de Ley de Moore iniciado en 1965 (duplicar la capacidad de los transistores cada año y medio) se acerca a su fin porque se han alcanzado los límites de los circuitos de escala atómica y la física de los electrones, ha surgido la ‘Ley de Huang’. Esta nueva ley pone el énfasis en el rendimiento de la GPU y la clave es doblar el rendimiento con independencia del proceso y de la arquitectura usada. A título de ejemplo, entre noviembre de 2012 a mayo de 2020 el rendimiento de estos chips en cálculos en una de las disciplinas de la inteligencia artificial se ha multiplicado 300 veces.
- El fenómeno de la convergencia (tecnología y ciencia): La convergencia de tecnologías individuales, su interacción y combinación entre sí, contribuye a esa aceleración. P.e. la convergencia entre ciencias de los materiales, impresión 3D y aprendizaje automático.
El extraordinario ritmo de progreso actual trae consigo efectos secundarios que generan diferentes cambios, que a su vez contribuyen a dar más impulso a la aceleración:
- Ahorro de tiempo: las innovaciones permiten a las personas realizar tareas más rápido, lo que aumenta el tiempo libre. El tiempo libre es un terreno fértil para la innovación.
- Acceso a capital (financiación): los innovadores tienen más acceso al capital que nunca, en gran parte porque la convergencia con la tecnología digital ha producido nuevos métodos de recaudación de fondos (p.e. crowdfunding)
- Más genios: más oportunidades para más personas sin importar condición social, raza, religión o sexo.
- Longevidad. Cierto, vivimos más años. Se dice que de todos los científicos que han existido a lo largo de la historia, hoy el 80% siguen vivos.
Por si esto no fuera suficiente hay unos “aceleradores digitales” que todavía imprimen más velocidad y potencia a todo. Por citar alguno de ellos:
- Desmonetización: los nuevos productos y servicios, que se presentan a precios elevados, se vuelven rápidamente baratos o incluso gratuitos. Un ejemplo: El análisis de datos que alguna vez requirió supercomputadoras multimillonarias ahora es económico o directamente gratuito.
- Multiplicación de las posibilidades de comunicación (inmediata): Internet amplifica el “efecto red”. Todo está conectado. La producción científica y tecnológica es ahora universal, uniforme en sus estándares, objetivos y comportamiento. El mundo está pues cubierto por polos locales conectados a nivel mundial a través de una gran red de relaciones.
- Nuevos modelos de negocio: la arena digital es un área fértil para la innovación y la introducción de nuevos modelos de negocio. Las startups son las que crean conceptos de futuro con riesgo, acortado significativamente el lapso entre una idea y un negocio próspero. Para hacernos una idea de su impacto global sabemos que hay 300 ecosistemas de startups en el mundo.
- Coste marginal que tiende a cero: el coste de producir unidades adicionales de un producto o servicio sin tener en cuenta los costes fijos. El impacto de una productividad extrema y reduce los costes marginales, consiguiendo así que la información, la energía y muchos bienes y servicios físicos dejan de estar sometidos a las fuerzas del mercado y siendo abundantes y casi gratuitos.
- Lego de los tech stacks para desarrollar proyectos: actualmente la proliferación de herramientas, plataformas, lenguajes es casi infinito para desarrollar un negocio digital en sus diferentes etapas. Y todos persiguen lo mismo: incrementar la funcionalidad y la productividad, minimizando la curva de aprendizaje y las barreras de entrada.
- Los activos digitales se mueven a más velocidad: los negocios puramente digitales con activos 100% digitales van a una velocidad vertiginosa. Algo que los negocios sujetos al movimiento de átomos o a la presencialidad, simplemente no pueden.
- Recursos infinitos de capacidad: por ejemplos el “cloud” en el que el usuario tiene a su disposición capacidad ilimitada y un procesador de rendimiento casi infinito.
- Los activos como recurso infinito: sirva el ejemplo del stock de casas deAirbnb para ilustrar esta capacidad casi infinita.
- La capacidad multiplicadora de la IA: Aunque todavía estamos en “pañales” la capacidad de predicción y mejoras de productividad que nos está trayendo no tiene punto de comparación. La barrera de entrada es de talento, no de tecnología. Solo hay que mirar la cantidad de recursos listos para usar en el incipiente mercado de plataformas de inteligencia artificial en la nube. Muchos de código abierto y disponibles de forma gratuita. Un cambio profundo, no exento de riesgos. Como citaba Sundar Pichai (CEO de Google) en una entrevista en que comparaba la trascendencia de la IA con la irrupción del fuego y la electricidad, queriendo decir que son elementos realmente útiles pero que al mismo tiempo pueden entrañar peligros.
Que nadie piense que lo anterior es casual. Como dice Pere Condom-Vilà la humanidad ha estructurado la sistemática de creación de tecnología a partir de la combinación de sus tres pilares: ciencia, empresa y startups. El resultado es un potente entramado productor de conocimiento y tecnología, una gran máquina global y conectada. Un ente que, en opinión de diversos expertos como Kevin Kelly o Brian Arthur, tiene dinámica e impulso propio que le proporciona “vida propia”.
Así que la “máquina” acelera y no espera a los rezagados. Llegar tarde significa lanzarse a la piscina cuando ya está construida y ya hay quien está nadando con éxito. Alguien vio antes que tú como hacer digital tu producto analógico. Quizás sea tarde. Asumir la economía digital de escala no es fácil. Probablemente recordarás que era más fácil ganar dinero con la versión analógica de tu producto. La cruda realidad es que en un momento determinado puedes no ganar nada porque ya habrás cerrado. Recuerda, si las nuevas propuestas que reemplazan las viejas industrias con nuevos servicios que son más inteligentes, más veloces y baratos, no volveremos a etapas anteriores.
Ya sabes «Muévete rápido y rompe cosas».
Imagen: libre de derechos, fuente pexels.com