“El sistema tiene problemas. Tal vez nuestro error es no explicarlo mejor a nuestros usuarios” decía Manel Nadal (secretario de Mobilitat de la Generalitat) a raíz de la polémica creada por el incremento de las tarifas del transporte público.
Vayamos por partes. Siempre se ha vendido que el estado lo soluciona…casi todo. Subvención del transporte público, hiper-subvención de la sanidad, subvención de la educación,…
Lo peor que puede suceder es que la gente se acabe creyendo que esos servicios son gratis o sólo valen el precio que paga ¿La culpa? El perenne clientalismo, las estúpidas promesas electorales o la impericia de los gobernantes de turno.
Vivimos en una sociedad atontada, miedosa y muy mal acostumbrada. La criatura nos ha salido malcriada y exigente… y esto no se puede sostener por ningún lado. Si en verdad la soberanía es del pueblo, ya toca despertar de la sopa boba. Los Reyes Magos no existen, lo siento.
Si toca racionalizar la vida social y todos tenemos que arrimar el hombro, convendría que empezaran a hablarnos como a seres con inteligencia. Ya sabes, empezar a explicarse mejor, a comunicar adecuadamente (que no engañar). Estaría bien habilitar canales de comunicación directos, desarrollar los vínculos emocionales honestos con los ciudadanos de a pié, con sus problemas reales, y dejar de arrojar las culpas al mensajero…
No se trata de ejercer un control orwelliano. No confundamos al ciudadano con un individuo sin criterio, pasivo y maleable a voluntad. Tranquilos, el ciudadano ya cribará y seleccionará automáticamente aquello que está en sintonía con sus intereses, sus expectativas y sus preferencias… Y actuará en consecuencia. Pero lo que no puede hacerse es escudarse más en el eterno comodín de “comunicamos mal”.
Alguien tendría que explicar a nuestros gobernantes y políticos, que la comunicación es una parte inalienable de su acción de gobierno ¿es posible que todavía no lo sepan?