En el escenario actual de la economía global, dos pensadores han generado un debate significativo con sus críticas al papel de la tecnología y su influencia en la transformación del capitalismo: Yanis Varoufakis y Jonathan Taplin.

Varoufakis, en su libro Tecnofeudalismo: El sigiloso sucesor del capitalismo, argumenta que el capitalismo tradicional ha sido reemplazado por un nuevo sistema que denomina tecnofeudalismo, donde los gigantes tecnológicos ejercen un poder sin precedentes, extrayendo rentas y subordinando tanto a capitalistas como a trabajadores bajo su dominio.

Por otro lado, Taplin, en su análisis de la cultura tecnológica actual, critica la creación de monopolios por parte de las mismas grandes tecnológicas y cómo estas han promovido una fantasía tecnocrática que prioriza el beneficio económico sobre el bienestar social y cultural. Taplin aboga por un cambio de mentalidad y la necesidad de desmantelar estos monopolios para restablecer un equilibrio más justo.

Ambos autores coinciden en que la tecnología ha alterado profundamente las estructuras de poder y la economía, pero difieren en sus enfoques y soluciones.

Este post busca explorar y comparar las visiones de estos dos pensadores, examinando cómo cada uno aborda los desafíos de la era digital y las implicaciones de sus teorías para el futuro de la sociedad global.

El amanecer del tecnofeudalismo: La nueva era post-capitalista según Varoufakis

Desde 1848, con la publicación de «El Manifiesto Comunista» por Marx y Engels, los socialistas han anticipado el fin del capitalismo. Sin embargo, este sistema ha demostrado una notable capacidad para reinventarse en tiempos de crisis. Yanis Varoufakis, el exministro de finanzas de Grecia, sostiene en Tecnofeudalismo que el capitalismo tradicional ha fallecido, dando paso a una nueva forma de feudalismo: el tecnofeudalismo.

Para comprender la perspectiva de Varoufakis, es esencial distinguir entre los conceptos coloquiales de «capitalismo» y «feudalismo». El capitalismo se define por el dominio del capital, donde las ganancias se generan a través del uso de capital (fábricas, herramientas, vehículos) para producir ingresos. En contraste, una sociedad feudal se organiza en torno a la propiedad y el cobro de rentas por el uso de bienes y servicios. Según Varoufakis, las rentas provienen del acceso privilegiado a recursos limitados, mientras que las ganancias se originan en inversiones que crean nuevos bienes.

Esta distinción es crucial: las ganancias son susceptibles a la competencia del mercado, pero las rentas no lo son. Por ejemplo, si posee una cafetería, cualquier competidor representa una amenaza para sus ganancias. Pero si es propietario del edificio donde se ubica la cafetería, el aumento de competidores puede incrementar el valor de su propiedad y, por ende, el alquiler que puede cobrar.

La revolución capitalista, tanto alabada como condenada en «El Manifiesto Comunista», fue impulsada por aquellos que veían las ganancias como recompensas por innovar y condenaban las rentas como una carga parasitaria. Los «mercados libres» de Adam Smith estaban libres de rentas, no de regulación. Sin embargo, las rentas sobrevivieron de manera parasitaria, en la sombra de las ganancias, hasta que la crisis financiera de 2008 cambió el panorama. Los bancos centrales rescataron a los bancos y banqueros, canalizando billones hacia aquellos cuyas acciones imprudentes casi causan una ruina económica global.

Este rescate resultó en un «repunte de todo», donde el valor de todo tipo de activos se disparó, un fenómeno esperado en una economía dominada por las rentas. Los rentistas feudales no necesitan invertir para seguir ganando dinero, ya que su riqueza proviene de la posesión de activos. A diferencia de los capitalistas, que deben reinvertir en capital para mantenerse competitivos, los rentistas simplemente pueden adquirir más activos para alquilar.

Las empresas tecnológicas se convirtieron en la excepción, invirtiendo en «capital de la nube». Amazon es un ejemplo de cómo los capitalistas independientes están subordinados a un señor feudal, en este caso, Jeff Bezos. En el mundo tecnofeudal, los capitalistas están subordinados a los «nubelistas», y los usuarios regulares, artistas y creadores de contenido llenan los silos de datos de los tecnofeudalistas.

Una característica del tecnofeudalismo es la capacidad de los señores rentistas de destruir negocios con un simple clic. Los capitalistas aún controlan el trabajo de la mayoría que depende de salarios, pero son vasallos de los nubelistas. La propiedad intelectual permite a las empresas controlar la conducta de competidores, críticos y clientes.

Varoufakis argumenta que los nubelistas carecen de la coordinación y paciencia necesarias para abordar la emergencia climática. Además, las energías renovables se ven obstaculizadas por rentas y aislamiento, lo que impide su capacidad para realizar las acciones necesarias.

¿Qué nuevas ideas aporta Tecnofeudalismo?

  • Reemplazo de los mercados y ganancias por plataformas y rentas: Varoufakis sostiene que los pilares del capitalismo, que son los mercados y las ganancias, han sido sustituidos por plataformas digitales y modelos de renta. Esto implica que las grandes tecnológicas controlan los medios de producción y distribución de bienes y servicios a través de sus plataformas, alterando la libre competencia y concentrando el poder económico.
  • Laboralización de los usuarios: El autor expone cómo cada interacción en las plataformas digitales (clics, desplazamientos por la pantalla) se convierte en trabajo no remunerado para los usuarios, quienes contribuyen al poder y riqueza de estas corporaciones sin recibir una compensación directa, similar a los siervos en el feudalismo.
  • Privatización del internet y capital en la nube: Varoufakis detalla cómo las grandes tecnológicas han privatizado el internet y creado lo que él llama «fiefdoms en la nube», donde acumulan y explotan datos masivos para su beneficio, fortaleciendo su posición dominante y excluyendo a competidores potenciales.

¿Qué creencias desafía Tecnofeudalismo?

  • Fin del Capitalismo Tradicional: El libro desafía la noción de que vivimos en una era de capitalismo liberal, argumentando que este ha sido efectivamente reemplazado por un sistema tecnológicamente avanzado y más explotador, que Varoufakis denomina tecnofeudalismo.
  • Impacto de la tecnología en la democracia: Varoufakis critica la creencia optimista de que la tecnología necesariamente conduce a una mayor democratización. En cambio, sugiere que la concentración de poder tecnológico y económico en unas pocas manos está erosionando las bases de la democracia liberal y reescribiendo las reglas del poder global.
  • Ineficacia de las respuestas políticas convencionales: El libro también desafía la efectividad de las políticas y regulaciones tradicionales frente a los desafíos impuestos por el tecnofeudalismo, argumentando que se necesitan enfoques radicalmente nuevos para contrarrestar el poder de las grandes tecnológicas.

Del tecnofeudalismo a las fantasías tecnocráticas

En el análisis contemporáneo sobre el impacto de la tecnología en la sociedad y la economía, dos figuras destacan por sus perspectivas críticas aunque distintas: Yanis Varoufakis y Jonathan Taplin (ver Del monopolio tecnológico a las fantasías tecnocráticas). Varoufakis, en Tecnofeudalismo, introduce el concepto de tecnofeudalismo para describir una nueva era donde el capitalismo tradicional ha sido suplantado por un sistema dominado por gigantes tecnológicos que extraen rentas sin precedentes de la sociedad.

Según Varoufakis, este nuevo sistema se caracteriza por la subordinación de los capitalistas a los «nubelistas», quienes controlan los recursos digitales esenciales y acumulan poder a través de la propiedad intelectual y el control de datos.

Por otro lado, Jonathan Taplin, en su obra «Move Fast and Break Things», se enfoca en cómo las grandes tecnológicas han creado monopolios que distorsionan la economía y la cultura, promoviendo una fantasía tecnocrática que prioriza el beneficio sobre el bienestar social y cultural. Taplin critica la concentración de poder en manos de unas pocas plataformas como Google, Facebook y Amazon, y cómo estas empresas han utilizado su posición para influir y remodelar no solo la economía sino también la esfera cultural y política.

Ambos autores coinciden en que la tecnología ha transformado profundamente las estructuras tradicionales de poder y economía, pero difieren en sus enfoques y soluciones. Varoufakis ve un cambio estructural hacia un nuevo tipo de feudalismo tecnológico, mientras que Taplin se concentra en la necesidad de desmantelar los monopolios tecnológicos para recuperar un equilibrio cultural y económico. Esta comparativa busca explorar estas dos visiones, examinando cómo cada autor aborda los desafíos impuestos por la era digital y qué implicaciones tienen sus teorías para el futuro de la sociedad global.

Las tesis Varoufakis y las ideas de Taplin presentan similitudes y diferencias significativas en su análisis del impacto de las grandes tecnologías en la sociedad y la economía:

Similitudes entre Varoufakis y Taplin

  • Crítica al poder de las grandes tecnológicas: Tanto Varoufakis como Taplin critican el poder desmesurado que han acumulado las grandes empresas tecnológicas como Amazon, Google y Facebook. Ambos autores argumentan que estas compañías han reconfigurado la economía y la sociedad de maneras que perjudican la democracia y la equidad económica.
  • Dominio de los rentistas sobre los capitalistas: Varoufakis y Taplin coinciden en que el modelo económico actual favorece a los rentistas sobre los capitalistas tradicionales. En el caso de Varoufakis, describe un tecnofeudalismo donde los «nubelistas» extraen rentas sin necesidad de invertir en producción, mientras que Taplin señala cómo las grandes tecnológicas han creado monopolios que estancan los salarios y exacerbando la desigualdad.
  • Impacto en la cultura y la creatividad: Taplin en particular enfatiza cómo las prácticas de estas grandes empresas tecnológicas han dañado la industria creativa, monopolizando la distribución y limitando la diversidad en la cultura. Varoufakis, aunque se centra más en las estructuras económicas, también toca cómo estas dinámicas afectan a los individuos en su capacidad de actuar y crear libremente.

Diferencias entre Varoufakis y Taplin

  • Enfoque en soluciones y perspectivas futuras: Mientras que Varoufakis se centra en describir y analizar el tecnofeudalismo como un estado evolutivo del capitalismo, Taplin propone un cambio de mentalidad hacia herramientas económicas regenerativas y cooperativas. Taplin critica la cultura tecnológica actual y sugiere un enfoque más humano y menos individualista, inspirado en alternativas a la filosofía de Ayn Rand.
  • Análisis de la cultura tecnológica: Taplin ofrece una crítica más detallada de cómo las visiones tecnocráticas pueden desviar recursos de problemas críticos como la crisis climática, mientras que Varoufakis se enfoca más en la estructura económica y sus implicaciones geopolíticas y sociales. Taplin ve la cultura tecnológica como algo que necesita ser reformado fundamentalmente para beneficiar a la humanidad.
  • Propuestas de reforma: Taplin parece más inclinado a buscar reformas dentro del sistema actual, sugiriendo que se puede mejorar la cultura tecnológica. Varoufakis, por otro lado, parece sugerir que el tecnofeudalismo es una transformación más profunda y posiblemente irreversible del capitalismo, lo que podría requerir cambios más radicales en la estructura económica y social.

En resumen, mientras que ambos autores comparten una preocupación común por el dominio de las grandes tecnologías y sus efectos perjudiciales, difieren en sus enfoques y soluciones propuestas. Taplin busca reformar y mejorar la cultura tecnológica existente, mientras que Varoufakis describe un cambio paradigmático hacia el tecnofeudalismo, sugiriendo una revisión más fundamental de nuestras estructuras económicas y sociales.