Mucho se ha escrito sobre el futuro negocio de la televisión. Los expertos nos dicen que los gustos de los consumidores han cambiado…y más que cambiarán.
Ya no sorprende la afirmación que el consumidor es desleal (¿alguna vez hemos sido monógamos televisivos?). Ni el fútbol, ni el cine consiguen retener a la audiencia. Sólo las series y los realities lo consiguen… puntualmente.
La oferta es de tal magnitud que como comenta Gonzalo Martín “La era de la escasez terminó para la imagen en movimiento. Ahora, hay que gestionarla con las reglas de la economía de la abundancia”.
Gastamos mucho tiempo discutiendo sobre el dispositivo o la tecnología. Muy importante, es cierto. Pero lo que de verdad importa –pido disculpas por la crudeza- es el modelo de ingresos. En verdad nada volverá a ser lo mismo desde que iTunes abrió brecha en el modelo de negocio de la tele… Sin embargo la pregunta sigue siendo la misma ¿Cuál será la base económica de la tele del futuro?
¿Será la publicidad? ¿Con los PVRs asomando la cabeza? ¿O con los videos visualizados desde la Red, convenientemente capados por los usuarios, de su contenido publicitario? Eso sí que es el fin de la TV lineal.
Sabemos que el consumidor (activo) será quien pague la fiesta, pero cuando él quiera y comprando lo que a él le guste.
Y puestos a elucubrar ¿Podrá la Red generar tráfico hacia la televisión? De entrada parece un poco absurdo porque la dinámica ha sido siempre a la inversa. Pero la generación post Internet, tiene otra lógica. La lógica del buscador… y más ahora que Youtube anuncia retransmisiones en directo, algo que aún empujará la lenta emigración de la tele a Internet.
Puede que sea muy atrevido pensar una evolución del rol de la tele (ni hablar de su desaparición), hacia convertirse en “sólo” el visor de alta definición del video. Una combinación más satisfactoria para ser disfrutada desde el sofá. O quizás es más plausible imaginar la tele como una ventana promocional esencial, donde los programas de TV “sólo” son spots publicitarios del site de comercio electrónico.
Sueno raro y desde luego no hablamos de mañana, ni del mes que viene, pero ¿Tan imposible parece?