El clan Avatar es como un universo paralelo y atemporal. Con independencia que nuestras vidas profesionales se alejen o se acerquen, hay una necesidad confesada de mantener la amistad, que a medida que pasan los años, todavía valoramos más. A pesar de perfiles y personalidades tan diferentes. Ahí está su inmenso valor.
Alex Soler, que sigue con su año sabático y su vuelta al mundo por etapas. Alex Baldonado, recién llegado de California, con su vino californiano (¡exquisito por cierto!) y su proyecto de enoturismo para guiris con pasta. Jordi Urbea repasando todo el sector de agencias en España y tratándonos de convencer de comprar una barrica conjunta en unas conocidas bodegas riojanas… Y Alberto Gallego y su OneTechTeam. Que sigue creciendo y a quien las cosas le van mejor que nunca. Más le vale, ahora que ha aumentado su prole.De la cena de ayer estoy personalmente satisfecho. Primero porque –probablemente- ha sido la ocasión en la que menos hemos hablado del pasado, y más del futuro. Buen síntoma.
Segundo porque -sin querer- hemos incorporado a nuestro ritual la inconfesable afición (hasta ahora amateur) por el vino. Aunque tenemos pendiente una barbacoa familiar, vamos evolucionando y el próximo encuentro del clan será en el Priorat, con cata de vinos incluida, pero haciendo noche en algún sitio con encanto. Será inolvidable.
Ya tengo ganas que llegue.