Tal como publiqué hace unos meses Ideas para salvar al Mundo, espíritu Buckminster Fuller, donde comenté Buckminster Fuller Challenge un concurso para propuestas innovadoras que nos hagan mejores con menos…
Pues bien, le jurado ya tiene su ganador: la City Car project del MIT. La idea es producir una red de vehículos de corto alcance on-demand, que podría solventar parte de los problemas de transporte público. El proyecto propone una reinvención radical de los sistemas urbanos de movilidad personal.
Se han diseñado varios de los nuevos vehículos eléctricos: el CityCar, el RoboScooter y la bicicleta eléctrica GreenWheel – que se utilizan dentro del sistema de movilidad a la carta. Todos estos vehículos son extremadamente ligeros, no contaminan y usan muy poca energía.
Esto se consigue sin comprometer la seguridad, la comodidad, conveniencia o la diversión. Movilidad a la carta mediante vehículos estacionados en sistemas de bastidores que ocupan muy poco espacio. Los vehículos se recargan automáticamente, mediante celdas solares (el exceso de energía se vende), mientras están estacionados en los bastidores.
Los usuarios acceden a la parada más cercana de rack a pie de calle (los vehículos estarían localizados en centros con gran actividad p.e. estaciones de tren, centros comerciales), pondrán una tarjeta de crédito, cogerán un vehículo y ya está. Algo muy similar al actual Bicing.
Estos sistemas son muy eficaces en la reducción de la congestión urbana, el uso de la energía y las emisiones contaminantes. Son sinérgicas con las redes inalámbricas omnipresentes, la inteligencia distribuida, la energía solar, las redes eléctricas y las pilas de combustible. Ya existen algunos modelos de negocio atractivos para su introducción, y el clima político y económico es cada vez más propicio.
Los ganadores emplearán el dinero del premio para el desarrollo técnico y empresarial de modelado como base para la persigue el capital de riesgo. La fase 1 incluye una aplicación piloto en el MIT y el campus de Harvard, con el fin de probar el sistema en un área manejable en la que podrán aprender y mejorar el sistema antes de la plena escala.
El piloto, incluida la planificación y ejecución se desarrollará en 2 años. El 3er año estará dedicado a realizar pruebas a escala en diferentes ciudades candidatas. Pretendientes no les faltan.