En Barcelona hemos pasado de mirarnos el ombligo, a ser híper críticos con los dirigentes municipales. No sólo porque han transformado la ciudad condal en una ciudad insoportablemente amable y atractiva para los turistas pero muy a menudo imposible para sus ciudadanos.
La crisis también se ha cebado en la ciudad, las estadísticas municipales no mienten: hay 100.000 desempleados. Aunque sólo dándose un paseo por sus calles, se puede comprobar los rigores y las consecuencias de la coyuntura económica: locales comerciales vacíos, carteles de ‘se alquila’ en numerosos inmuebles de oficinas,…
Pero no todo está mal en Barcelona. Además del Barça de Pep Guardiola, la prensa internacionales nos ve con bastantes buenos ojos. Leyendo ‘Barcelona, quinta ciudad del futuro’ me entero que figuramos en el quinto puesto de la clasificación de ciudades europeas del futuro, European Cities & Regions of the Future 2010 /11 que elabora la revista FDI Magazine del grupo Financial Times.
Este ranking está elaborado por especialistas que han tenido es cuenta aspectos diversos como el potencial económico, la eficacia en función de los costes, los recursos humanos, la calidad de vida, las infraestructuras, las estrategias de promoción para atraer inversiones extranjeras y las facilidades e incentivos para los negocios.
La noticia es doble. Por una lado ver lo relativamente bien posicionados que estamos en un ranking europeo liderado por Londres y París, con un espectacular ascenso de Barcelona en esta clasificación. En el informe 2008-2009, la capital catalana aparecía en la posición número 14. Madrid ha pasado de la duodécima a la undécima posición.
También constatar la intencionalidad que le da el periodista Ramón Suñé, quien subtitula la noticia con “El grupo Financial Times sitúa a la capital catalana delante de Madrid en el ranking que lideran Londres y París”. Apreciable “actitud provinciana”, donde parece que el rival a batir sea Madrid y que todo lo que sea quedar por delante, ya es un éxito.
La realidad es más cruel. No es cuestión de ver el vaso medio lleno o medio vacío. Lo veo medio lleno, pero es evidente que Barcelona no está ganando la Champions de ciudades europeas del futuro. De hecho, seguimos lejos de las posiciones ganadoras. Y Madrid todavía está peor. Eso es lo que importa.
Para reflexionar -pero todos- tanto en Barcelona como en Madrid.