En esta ocasión volamos con
Vueling. La experiencia no fue satisfactoria. Salimos con un retraso de cuarenta minutos. Nadie se disculpó, pero tampoco nadie se quejó. Parece que ese es el último estadio de la banalización del servicio. Precio low cost, servicio “basura”. Sin derecho a quejas, porque nadie tiene la expectativa de la puntualidad. Sería algo extraordinario y –por lo visto- a nadie del pasaje le molestaba llegar con semejante retraso…. Eso sí, la vuelta del domingo al mediodía, fue puntual.Aproveché el viaje para echar un vistazo a “La vaca púrpura” de Seth Godin. En este libro el autor hace bandera de la diferenciación como vía para transformar la empresa. El libro es rápido de leer, quizás algo superficial y –aunque no le falta razón- exhibe un tono excesivamente fundamentalista hacia el marketing tradicional y la publicidad. A pesar de eso el libro es interesante y recomendable. Guarda algunas frases que son auténticas perlas y que resumen con contundencia la filosofía del nuevo marketing del autor (la transformación de las cuatro Ps, etc.)
Seguro que cada cual encontrará comentarios que le llaman más la atención. Particularmente subrayaría algunos pasajes y frases notorias como “Deje de anunciarse y comience a innovar”. Imperativo por el que muchas compañías confían erróneamente en la comunicación, cuando la llave de su problema está en la (falta de) innovación.
Otro comentario bastante certero es que para “muchos los nuevos medios se han convertido en sinónimo de bajo presupuesto”. Un problema casi estructural, difícil de resolver, pero preocupante y que impide alcanzar la mayoría de edad a la industria digital.
El clásico de que “es inútil hacer publicidad dirigida a nadie (que no sean transmisores interesados e influyente)”. No por ser añejo, ha perdido vigencia.
Y por último una afirmación que aparenta una contradicción: “la seguridad es arriesgar”. Hoy más que nunca, ser gregario y seguir a los demás, repitiendo lo que otros han hecho es abocarse al desastre. A que otros lleven la iniciativa, a estar expuesto a perder. Y esto hay que hacerlo cada día, nadie puede esperar sobrevivir repitiendo a los demás o a vivir del pasado, aunque sea reciente.
Sólo hay que ver a los de
Vueling. Empezaron muy bien, creando una notable experiencia de marca. Interesante, atractiva, moderna… pero que el coste del petróleo y otras razones lo ha hecho insostenible económicamente hablando. Hoy ya sólo son capaces de ofrecer y producir una experiencia indiferenciada y banal….Confío que cuando se consume su fusión con
Clickair, además de conservar la marca Vueling, recuperen ese espíritu inicial de “vaca púrpura”. Lo contrario sería una pena…