Alguien nacido en 1600 encontraría el mundo de 1800 bastante familiar. Pero alguien nacido en 1800 encontraría el mundo de hoy más allá de la comprensión. ¿Qué explica esta transformación? La respuesta es: capitalismo de mercado. ¿Por qué el capitalismo de mercado ha demostrado ser tan dinámico? La respuesta es que contiene en su interior un poderoso motor de cambio. Eso no es solo libertad económica, aunque esto importa. Tampoco es ciencia y tecnología, aunque eso también importa. Es lo que el gran economista austriaco Joseph Schumpeter llamó “destrucción creativa”.
Hay un libro que lo describe a la perfección: El poder de la destrucción creativa: ¿Qué impulsa el crecimiento económico?. Su autor principal es Philippe Aghion que ha desarrollado una distinguida carrera incorporando el modelo de Schumpeter al riguroso mundo teórico y empírico de la economía moderna. El resultado, El poder de la destrucción creativa, fundamentado y bien argumentado. También es bastante seco. Pero da una maravillosa visión general del terreno. Como explican los autores, el modelo de crecimiento a través de la destrucción creativa tiene tres elementos. En primer lugar, “la innovación y la difusión del conocimiento están en el centro del proceso de crecimiento”. El crecimiento es acumulativo, porque los innovadores de hoy se apoyan en los hombros de todos los científicos y tecnólogos que los precedieron.
El poder de la destrucción creativa es un libro importante para la época. Durante años, la atención se ha centrado en las supuestas deficiencias del capitalismo, como las relacionadas con la creciente desigualdad de ingresos, la incapacidad de abordar el cambio climático y el dominio del mercado de Big Tech. En marcado contraste, en este libro los autores “argumentan que la respuesta a nuestros problemas no es abolir el capitalismo. Es inventar un mejor capitalismo aprovechando el poder de la destrucción creativa, la innovación que perturba, pero que en los últimos doscientos años también ha llevado a las sociedades a una prosperidad nunca antes imaginada”.
Destrucción creativa es el término acuñado por Joseph A. Schumpeter, un economista de Harvard en su famoso libro Capitalismo, Socialismo y Democracia impreso por primera vez en 1942. Schumpeter descubrió que la destrucción creativa es la esencia del capitalismo. Es el proceso de innovación constante en la forma en que producimos bienes y servicios, de modo que los precios bajan y la calidad aumenta.
Es esperanzador y correcto mostrar que el capitalismo puede ser la cura de lo que aqueja a las economías modernas, no la causa de esas dolencias. El acalorado debate sobre la desigualdad de ingresos, por ejemplo, se ha centrado en la parte de los ingresos que va al uno por ciento superior de los perceptores de ingresos. Los autores admiten que la innovación aumenta la participación en los ingresos llegando al uno por ciento superior, pero agregan que hay tres virtudes compensatorias. Específicamente, los autores afirman que “la innovación aumenta la desigualdad de ingresos más altos, pero viene con un trío de virtudes: no aumenta la desigualdad general, fomenta la movilidad social [personas que pasan de ingresos bajos a altos], especialmente cuando involucra nuevos innovadores ingresan al mercado y estimula el crecimiento de la productividad [lo que impulsa el crecimiento económico]”.
La innovación puede generar prosperidad incluso cuando una economía se enfrenta a limitaciones como la necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono que provocan el cambio climático global. La clave es diagnosticar adecuadamente el problema y luego definir las políticas necesarias para lograr un mejor capitalismo.
En el centro del debate encontramos la destrucción creativa: se han destruido empleos y llevado a la quiebra a una gran cantidad de empresas, mientras nacían nuevas iniciativas innovadoras.
La paradoja es que “la destrucción creativa podría salvarnos de la economía del coronavirus”. Esto pone en evidencia muchas contradicciones y conflictos de intereses.
El tema central del libro es el poder de la destrucción creativa y cómo transformar el capitalismo para dirigir este poder hacia la búsqueda de la prosperidad más sostenible. Spoiler: la abolición del capitalismo no es la solución.
Recomendable para seguidores de Joseph Schumpeter. También si tienes interés en la inversión gubernamental en I+D científica (ahora que vuelve a estar de moda) y en general si te gusta leer sobre las políticas que el gobierno debe seguir o cómo se puede “domar” el capitalismo.
Resumen de las principales ideas de El poder de la destrucción creativa
- La destrucción creativa proporciona una forma alternativa de ver el crecimiento económico, la competencia y las políticas gubernamentales.
- La destrucción creativa engendra crecimiento y empleo, y sus ganadores contribuyen a la sociedad.
- La destrucción creativa explica los éxitos y fracasos económicos de las naciones.
- Los controles sobre el poder político son importantes para una economía saludable e innovadora.
- Las autoridades deben mantener un equilibrio entre premiar la innovación y crear titulares que abusen de su poder.
- Una mayor competencia extranjera anima a los mejores a innovar más.
- Los temas de destrucción creativa subrayan la ventaja del capital de riesgo estadounidense.
- El gobierno debería actuar como un “estado inversor” que subvenciona la investigación básica.
- Un enfoque de “flexiguridad” puede reducir los costos sociales de la destrucción creativa.
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