Durante las últimas semanas he tenido ocasión de probar un teléfono móvil con GPS. Me sorprendió su facilidad de uso, ya habitual en este fabricante, que completaba con otras funcionalidades más habituales en estos dispositivos (teléfono, wifi, email, navegador web, cámara fotos/video,…).
También he tenido ocasión de conocer un GPS de muñeca, de alta sensibilidad, que es un auténtico entrenador personal. Proporciona a los deportistas la velocidad, la distancia, incorpora monitor de ritmo cardíaco, tiene coach virtual (e incluso un competidor virtual). También dispone de un software para descargar la secuencia registrada, en un ordenador (con gráficos, tablas, etc.). Además, la marca en cuestión facilita una web donde puedes descargar tu información, hacer un mapa online y compartirlo con otros usuarios….
Ninguno de estos dos ejemplos son lo último tecnológicamente hablando, pero aunque anécdotas, vienen a demostrar que lentamente vamos logrando un acceso a Internet más ubicuo, inalámbrico y colaborativo. Gracias a dispositivos cada vez más potentes, más versátiles y más baratos. Aunque todo mejorable, el avance es evidente.
Esto, en cierta medida, provoca una paradoja. Después de habernos pasado años pregonando las ventajas del acceso global gracias a Internet, ahora ya hay muchos ejemplos tangibles que avisan del potencial de la web hiperlocal. Una web entendida como ventana global que permite enlazar conocimiento local, gracias a bases de datos rellenas de coordenadas geográficas.
No sé si tal como dice Bruce Sterling de Wired “lo hiperlocal transformará nuestras vidas”, pero lo que sí es cierto es que su crecimiento está siendo espectacular.
Mucho tienen que ver las numerosas herramientas que permiten mezclar aplicaciones creando híbridos (mashup). Algo así como tomar un poco infraestructura geográfica existente (p.e. Google Maps), un poco de fotos o vídeos, algunos blogs, unas coordenadas GPS y algunos sistemas de agregación y filtrado de contenido generados por los usuarios (o sea sin coste) y ya tenemos un nuevo sitio web que muestra contenidos geolocalizados, en y desde distintas partes del planeta….
Este fenómeno, bautizado por algunos como “geoweb” y que contribuye a mapear el mundo real sobre un escenario virtual, significa un claro avance en la presentación de la información geográfica pero también se está convirtiendo en herramienta social en si misma.
Un escenario que, tal como comenta Juan Freire, probablemente será dinamizado por los propios prosumidores (los usuarios tienen doble rol, productores y consumidores) y que gozará de un motor económico con la publicidad local.
Un fenómeno todavía sin explotar y muy long tail. Una oportunidad interesante y accesible para los modestos presupuestos de los anunciantes locales, pero también una interesantísima vía para el retail marketing de anunciantes con numerosos puntos de venta y/o con presupuestos más poderosos (banca, ocio, cadenas de restauración, etc.…).