Las últimas semanas, post Web Series Festival, siguen siendo muy intensas. Sobre el proyecto OneMojito poco puedo contar. Todavía dando los primeros pasos, de este gran sudoku en el que intervienen bastantes personas y organizaciones. Se trata pues, de gestionar muchas emociones y alinear muchos intereses.
El encaje de piezas, sobre la marcha, de un proyecto aglutinador y –espero- ganador como OneMojito, es un poco agotador. Esquivando obstáculos permanentemente, y deseando que finalmente ocurra un hecho no previsto inicialmente, pero largamente buscado. Algo que permitiría al proyecto OneMojito cambiar de escala de forma inmediata y sorprendente. Significaría el paso hacia un nivel impensable hace unas semanas.
Ahora son esos momentos tan extremadamente delicados, en los que una llamada o un email pueden cambiarlo todo. O no. Toca aguantar y la procesión va por dentro…
Aún estando cerca, todo eso se vive en “paralelo” y con cierta lejanía. Hay que desfragmentar rápidamente para actuar en varias pistas a la vez. Porque afortunadamente hay empresas y organizaciones que desean contrastar sus planteamientos y estrategias conmigo. Ayudar a pensar, exhibir las cicatrices y ahorrar algunas a otros, se percibe valor. No te hace rico, pero ayuda a pagar facturas.
Arrancar los proyectos en solitario tiene un sabor especial. Exige concentración y mucho foco. Se vive con una inmensa soledad que da un poco de vértigo, más en el actual contexto. Algo que todavía incrementa más la sensación de ir contracorriente, pero ese es el precio de la libertad.
Me considero multitarea, pero trabajar sólo, es especialmente aburrido. Trabajar desde casa puede parecer muy cómodo, pero acabas trabajando un número desmesurado de horas. Como además, no hay posibilidad de discutir con nadie (conmigo mismo sería un poco absurdo) la tentación es ir engordando la “to do list”, un efecto perverso del círculo virtuoso. Con los días, también te exiges una mayor disciplina, si no se quieres acabar perdiendo la mañana con gestiones o tareas absurdas, y alargando la jornada con la excusa de la tranquilidad nocturna.
Desde luego, admito tener alma maverick (persona que actúa con iniciativa e independencia), pero me gusta trabajar con gente. Y si son profesionales mucho mejores que yo, mejor. Por eso espero impaciente esa llamada o email.