Esta vez esto no va de complejos análisis estadísticos multivariables, pero va de información que ayuda a las empresas a prepararse adecuadamente para aprovechar tendencias sociales e innovar. Estos profesionales de la caza de tendencias se les llaman “coolhunter”. Una actividad que nace a partir de la observación de la innovación de los usuarios y el diseño de productos y servicios evolucionados de forma experimental.
Para los escépticos diré que el coolhunting tiene poco de frívolo. Su impacto ya hace mucho tiempo que afecta a sectores relevantes de las economías del primer mundo. Por esta razón, mi interés en la lectura de “
Coolhunting” de Daniel Córdoba-Mendiola, que es CEO de TheHunter y cazador de tendencias profesional.Un libro recomendable en la biblioteca particular de cualquier profesional del marketing o de quien esté interesado en innovar. En él, Daniel se atreve a desgranar su profesión de forma amigable, poniendo algo de luz en ese marasmo de técnicas, conceptos y disciplinas en las que se ha convertido el marketing en los últimos años.
El libro tiene un enfoque un tanto particular, pero sincero con la actividad de su autor. Habla más de lo cool que de tendencias. Conceptos parecidos, incluso solapados, pero no sinónimos. En mi modesta opinión lo “cool” está más cerca de lo “hype” (fenómeno que logra adeptos rápidamente pero no alcanza la masa crítica suficiente y dura poco) que de “tendencia”, entendida ésta como auténtico movimiento de placas tectónicas sociales y de consumo…
Mientras, lo “cool”, es más bien una “micro-tendencia” (los coolhunters me van a poner a caldo) con una curva mucho más pronunciada, tanto de subida como de bajada. Mantenerse en la cresta de la ola (ser siempre cool) está al alcance de unos pocos elegidos.
Daniel Córdoba-Mendiola advierte de los riesgos de apostar por lo cool. Desvela algunas pautas para su gestión, todo ello con un aparente sentido común.
El libro contiene pasajes realmente poéticos (para mi). Pasajes para subrayar y guardar. Por ejemplo, y refiriéndose a la gestión de la cobertura de entornos cool apunta que “es necesario liquidificar el campo semántico de nuestra marca. Solo de esa manera podremos aspirar a ser algo en los entornos de amplificación de mensajes”.
Continuando con la cobertura de los productos o ideas que se consideran cool y su posible masificación o segmentación, habla de la posible “alienación del brand manager, ecualizando los valores y potenciando diferentes atributos en función del entorno”.
Este libro atesora una cualidad muy apreciable. Es de lectura fácil, pero no porque sea sencillo lo que expone, sino porque su autor se ha tomado la molestia de acercárnoslo de un modo simple y pedagógico. Sé nota que vive de ello y no filosofando desde un púlpito académico.
Intentando rebuscar algo para criticar el libro, esgrimiría que queda algún cabo suelto. Quizás falta desarrollar más en profundidad el enganche y la operativización de la caza de tendencias con la empresa usuaria. Algo de lo suelen adolecer habitualmente cualquiera de las técnicas y proyectos de investigación estratégica. Gran trabajo de investigación, pero grandes dificultades (por inexperiencia de la empresa usuaria) para aterrizarlo.
Tuiteando con
Xavier Güell acerca de esta última afirmación, éste “defendía” a Daniel con un “él lo sabe aterrizar, pero claro, si pagas sus servicios… que sino se quedaría sin trabajo”. Pues eso.Cada vez que aprendo algo nuevo sobre el amplísimo y cambiante mundo del marketing (con la innovación como una vertiente indisociable de la misma), más conciencia tengo de la dificultad de integrar y conectar acertadamente todas las técnicas y disciplinas del marketing. ¿Alguien dijo Leonardo da Vinci?
Pero tú, por si acaso, ve añadiendo “
Coolhunting” a tu biblioteca.