Me enteraba del cierre de la edición digital de ADN.es, justo el mismo día que LaVanguardia publicaba una entrevista con Jimmy Wales, cofundador de Wikipedia.
Wales habla del divorcio de los grandes medios y los anunciantes, comprometiendo la supervivencia de los grandes medios. Defiende algo interesante, que el soporte publicitario por excelencia (del futuro) será internet y no los medios masivos convencionales.
¿El argumento? La capacidad de búsqueda, de clasificación, de compartir, de personalización, etc. que consigues con la web, es infinitamente superior a cualquier otro medio. Nada nuevo, lo sé, pero podría suponer un cambio de la hegemonía dominante.
Este cambio de hegemonía, no significará una réplica del presente, con sólo un intercambio de roles. Aclaro, ni soy de los que piensan que “será exclusivamente digital, o no será”, como tampoco estoy alineado con los que mantienen que las comunicaciones “narrow casting” no crearán fenómenos de masa.
Admitamos que esa capacidad de influencia ha estado hasta ahora bajo el control del establishment, que domina (y utiliza a su antojo) la “maquinaria tradicional de creación de conciencia colectiva”, pero esto está cambiando. Aunque todavía no se ha traducido en términos de inversión publicitaria, sí que ha empezado a mostrar la musculatura en su capacidad de influencia.
Quizás el error sea esperar una inversión publicitaria parecida a los medios tradicionales. Para la hegemonía -especialmente económica- de internet (si acaba ocurriendo) falta tiempo, mucho tiempo. De momento hay que conformarse con comprobar el nerviosismo que sacude a muchos grupos multimedia o simplemente el despiste estratégico de otros (ver post de Miguel A. Díez Ferreira respecto al grupo Planeta y ADN.es)
¿Divorcio de los grandes medios y los anunciantes? quizás, pero ojo, eso no significa necesariamente democratización de la inversión publicitaria. Ni que la pérdida de ingresos del lado tradicional sea compensada en lado online.
Muy acertadamente Eric Schmitd CEO de Google («Google tiene el dinero para comprar periódicos pero eso no resolvería sus problemas«) dice “la prensa no tiene un problema de demanda, puesto que su producto, las noticias, son más demandadas que nunca. La gente ama las noticias, las discute, las copia, las envía. Internet ha hecho las noticias más accesibles. El problema está en la publicidad y el coste mismo del periódico: imprimirlo, distribuirlo, etcétera. Y lo cierto es que el modelo de negocio se está estrechando».
Justamente porque no se trata de un intercambio de roles, y algunos movimientos parecen apuntar que la solución no es evidente (el cierre de ADN.es) se descubren las vergüenzas del gigantesco reto: “sólo” hay que reinventar el modelo de negocio.