En la industria de entretenimiento, como no vivimos del aire, no paramos de pensar y probar nuevos formatos para monetizar los contenidos y servicios relacionados.

Digo esta obviedad porque me fastidia –especialmente- cuando leo en LaVanguardia que Terribas pide más recursos para TV3 para afrontar la crisis. No tengo nada en contra la actual directora de Televisió de Catalunya, pero su reivindicación pone el dedo en la llaga de la financiación de las teles públicas.

Como ya he repetido en numerosas ocasiones, es un sistema anacrónico y un auténtico “rompecabezas financiero” en época de vacas flacas. …y que además, por su peso específico y relevancia, sigue desvirtuando peligrosamente gran parte de la industria de contenidos.

Como reconoce Terribas “Tras años de ser el motor del tejido industrial, en los que TV3 ha crecido mucho y ha adquirido unos costes estructurales importantes, la cadena pasa ahora por un momento de debilidad, en el que se aplicará toda la imaginación posible para mantener la calidad”, ha declarado Terribas.


¿Qué sucedería si fuera una empresa privada? También se aplicaría la imaginación y más. Todos lo sabemos. El problema es que los políticos no se atreverán, prefieren persistir en el error….y pagarlo entre todos.

Seguramente como dice Henry Jenkins en su “Convergence Culture” (libro altamente recomendable) el futuro de los media no es una convergencia esencialmente tecnológica, como muchos pronosticaban no hace tanto tiempo, sino industrial –de modelo de negocio-, cultural y social. Eso exige exprimir la imaginación y seguro que trabajar con una estructura de costes mucho más ligera.

El modelo de negocio ideal -en caso de que exista- sigue siendo un misterio sin resolver. Me temo que conformado por múltiples ingredientes, algunos de ellos nada evidentes y otros, bastante conocidos como la explotación publicitaria. Sin ella es muy complicado rentabilizar contenidos y especialmente los videos online (la pornografía es otra historia).

Bueno, ya nos hemos hecho a la idea de que convivimos en un sistema imperfecto que no satisface para nada a la industria, pero que tampoco ésta ha sido capaz de poner ninguna solución definitiva.

Entretanto, la competición del video en la Red, sigue. El gigantismo arrollador de Youtube, que sigue con su crecimiento explosivo de volumen de audiencia, aunque no de negocio. Los Dailymotion, Metacafé y compañía andan muy lejos. Y es que quien quiere ver un video, tiene altísimas probabilidades de empezar por Youtube ¿o no?

Pero todos tienen sus fantasmas. Veremos cuál es el techo del video online, y si las infraestructuras –con permiso de las operadoras- pueden seguir creciendo a la misma velocidad que el hambre de ancho de banda de los usuarios.

Será interesante comprobar que llega antes, si el colapso de las infraestructuras o el colapso de una parte relevante de la industria de contenidos… Mientras los ciudadanos felizmente contribuyentes seguiremos manteniendo con nuestros impuestos el “interés general” de las teles públicas y contenidos “de calidad”…como el fútbol. Gracias.