La tecnología y la digitalización tienen más protagonismo del que imaginamos. No siempre ha sido así. Ahora nos encontramos en un punto de inflexión histórico que afecta a todos los ámbitos de nuestras vidas. Con amenazas reales (inseguridad, pérdida de privacidad, monopolios digitales, capitalismo agresivo, educación y sistema energéticos obsoletos,.). Si nos dejamos llevar por la inercia, será irreversible y acabaremos siendo vasallos.
Pero también hay enormes oportunidades gracias a la tecnología. Hay que empoderarse, para tomar decisiones conscientes y poder aprovechar la parte positiva que promete el mundo digital, atenuando los riesgos y construir el mundo que queremos. Siendo más libres.
- La tecnología modifica profundamente el capitalismo, haciéndolo más agresivo. Hay que apostar por la tecnología aliándose con las personas, ayudándonos a pasar de la propiedad a la colaboración y del «yo al nosotros». Iniciando una nueva etapa, más ética y sostenible. Donde el PIB no sea el indicador importante de salud de una economía, ni los beneficios económicos el único indicador de éxito de una empresa.
- Lo que nos hace humanos es nuestra capacidad de colaborar y una inteligencia que tiene en cuenta el contexto, y por tanto que es «capaz de romper las normas». La tecnología permite que las personas puedan dedicarse a tareas en las que aportan más valor. La tecnología al servicio de las personas y no al revés.
- La ubicuidad de la informática en nuestras vidas nos hace mucho más vulnerables que nunca. La mejor manera de protegerse es mediante el conocimiento, y adoptar nuevas rutinas digitales que contemplen la seguridad como valor imprescindible.
- La relación entre la privacidad y la democracia es indiscutible, así que el peligro atenta también contra el futuro de la sociedad en su conjunto.
- Las energías renovables tienen un gran potencial democratizador y podrían permitir la generación descentralizada de energía. La gestión de residuos, la reducción del consumo y la reutilización de artefactos, serán los ámbitos esenciales que garantizarán nuestra sostenibilidad como especie.
- La colaboración está presente desde el inicio de la vida humana en comunidad. Con todo, en los últimos años Internet ha facilitado la extensión de la colaboración en todos los ámbitos: compartir conocimiento, evolucionar el código abierto hasta consumir de forma colaborativa.
- La incorporación de más mujeres en la elaboración de la tecnología será beneficioso para todos. Esta incorporación se realizará desde los intereses de las propias chicas.
- La educación debe cambiar con urgencia para preparar personas que puedan sobrevivir en un mundo incierto y cambiante. El aprendizaje basado en las capacidades, la creatividad y la resolución de problemas. El aprendizaje de la programación se incorporará de forma esencial en los currículos académicos de los chicos y chicas
- La evolución de simple usuario a maker, nos permitiría abrir la caja negra, y así conocer por dentro la tecnología y poder tomar decisiones con sentido desde la figura de los usuarios. Esto significa un uso inteligente de la tecnología, la colaboración o la sostenibilidad.
- El movimiento maker está democratizando el concepto de fabricación, que ya no requiere grandes instalaciones, se hace más distribuida y puede llegar a nivel individual o en mini-fábricas más cercanas al cliente.
El nuevo paradigma digital es un potencial facilitador de un mundo más justo y distribuido. Pero hay que esforzarse y nadar contracorriente. El cambio no vendrá para movilizar la mayoría si no para que personas estratégicas hagan crecer el resto.
Es la hora de cuestionar el orden establecido de las cosas. ¿Quieres ser libre o vasallo?
Es, pues, la hora de tomar partido y actuar.