Hace justo un año escribí 5 pasos para llevar tu organización a la era de la colaboración. Durante este tiempo he tenido la oportunidad de observar nuevos casos y el privilegio de experimentar en primera persona la evolución de algunas organizaciones que van adaptándose, conscientemente o no, a un nuevo paradigma. El que preconizan entre otros, Jeremy Rifkin (“La sociedad de coste de marginal cero”) o Brian Solis (‘The End of Business as Usual’).
Decididamente cada vez creo más en la máxima de Solis de “dejemos de hacer negocio como siempre y empecemos a hacer negocios que importen”. He revisado mis reflexiones y he reformulado pautas y conceptos que están relacionados entre sí. El objetivo siguen siendo el mismo, no pontificar (no hay dogmas y el único dogma “es que no hay dogmas”) y compartir para debatir, contrastar y mejorar.
- Triple cuenta de resultados
Las empresas de la era de la colaboración deberán encontrar el equilibrio entre los resultados económicos (sostenibilidad y viabilidad económica), sociales (creación de empleo, sueldos razonables, no discriminación de sexo,…), o medio ambiental. El escándalo de #dieselgate del grupo Volkswagen y las sospechas hacia toda la industria del automóvil ponen bajo sospecha a los programas de Responsabilidad Social Corporativa y uno puede concluir que son puro maquillaje de los que hay que desconfiar. Lo ético y social deben estar grabados en el ADN o no vale. La triple cuenta de resultados es sin duda una apuesta a medio y largo plazo, pero más segura y fiable.
2. Transparencia y proximidad
La era de la colaboración se basa en la confianza, entre personas y organizaciones. Hay una serie de imperativos imprescindibles que refuerzan (o no) la credibilidad y los grados de confianza que se pueden depositar en estas organizaciones. La transparencia y la proximidad son dos de sus ingredientes fundamentales.
3. La ambición y la velocidad del proyecto
Con los años he cambiado mi percepción sobre la ambición y la velocidad de los proyectos empresariales. Solemos confundir la aplicación de metodologías como MVP (producto viable mínimo o MVP, del inglés Minimum Viable Product), lean startup, etc. con buscar atajos y quemar etapas excesivamente rápido. Puede que sea legal y comprensible la ambición de convertirse en un ‘unicornio’, pero cada vez desconfío más de los que pretenden hacer de las rondas de inversión, su razón de ser. La cultura del pelotazo existirá mientras exista el deseo de enriquecerse (más o menos rápido) como único propósito. El retorno de esa cultura es la infelicidad para la inmensa mayoría de los mortales. Y aunque la mística startupera eleve a los altares ser millonario, seríamos más inteligentes redirigiendo el talento y esfuerzo para construir algo más sostenible y más trascendente. En términos empresariales he interiorizado aquello de vamos «lentos» porque vamos lejos.
4. La clave de la financiación
Los proyectos de la era de la colaboración ya exploran modelos de financiación alternativos. El desarrollo del crowdfunding en sus múltiples declinaciones es una excepcional buena noticia para la era de la colaboración. La financiación a base de capital riesgo sabemos lo que lleva implícito: la aceleración desmesurada por engordar la vaca y el negocio de ir de ronda en ronda. La financiación bancaria sigue a lo suyo. Con el grifo cerrado o con condiciones peligrosas. Con este panorama, el crowdfunding emerge con fuerza. No solo el de recompensa y el de donación, también el de inversión (equity crowdfunding o crowdequity). Este último año he vivido en primera persona dos campañas de crowdequity (Foxize y MindtheByte). El reto es aprovechar la oportunidad de estar acompañados por decenas, cientos o miles de accionistas. En un escenario con públicos con múltiples roles, tener un accionista con -también- el rol de cliente y/o prescriptor es una oportunidad y una gran responsabilidad.
5. Crea tu propia moneda social
En la era de la colaboración, la confianza es la divisa fundamental. La meritocracia social es la ‘escala de valor’ y no siempre es bien vista. Publicar en abierto las valoraciones de cada una de las sesiones realizadas en Foxize, imprime una exigencia elevadísima a nuestro faculty.
6. Negocios con API abierta.
El crecimiento de las organizaciones no está basado en hacer tu el negocio, sino en generar más valor del que necesita para sobrevivir. Habilitar para que terceros puedan hacer su negocio. Integrar y producir activos abiertos: plataformas, aplicaciones, procesos autogestionables. Por ej para Foxize es abrir su faculty para que más de 200 profesores puedan hacer docencia o para que varias docenas de organizaciones puedan ofrecer sus programas de formación, empleado a Foxize como sistema operativo en lo que llamamos ‘nube de escuelas’. Hay muchos ejemplos, pero quizás llama la atención el movimiento de algún gigante como Microsoft, que también se están pasado al open source.
7. La IP Sharing (propiedad intelectual compartida)
Aplicar la máxima de “hazte imprescindible por lo que compartes no por lo que ocultas”. He aprendido que tiene más potencial aprovechar los activos preexistentes para que puedan ser mejorados por la comunidad. Aunque a ojos de la economía de lo cerrado y de la escasez sea visto como naif o un suicidio económico, es lo que tiene más recorrido y futuro. Las grandes corporaciones están empezando a entenderlo, ahí están los ejemplos de Nike y General Electric abriendo plataformas y patentes.
8. Marcas abiertas
Marcas capaces de captar la confianza de la gente, de combinar con otras marcas y organizaciones. Que incorporan se adaptan a un universo el que la comunicación es bidireccional, participativa y menos reverencial.
9. Softwarizar, algoritmizar y datificar
Estos conceptos suenan fatal, lo sé, pero los nuevos tiempos requieren nuevas soluciones. En Foxize incorporamos sesiones propias y de terceros para tener el mejor catálogo de formación posible. Diseñamos nuevos procesos que faciliten la autogestión, tratando de transformar en software todo aquello que se puede automatizar y algoritmizar aquello que la intervención humana no mejora. Ponemos recursos para que otros puedan desarrollar sus propios negocios; desarrollamos comunidad y definimos un marco de confianza entre los miembros. Estamos empeñados en objetivar toda nuestra actividad, transformándola en datos. Y por decirlo de alguna manera, dónde algunos imponen ‘títulos’ nosotros aportamos ‘datos’ objetivos.
10. Permeabilizar la organización
La comunidad activa es tu nuevo equipo. Aprovechar las multitudes, los colectivos, las comunidades y cooperativas para colaborar… El reto de la organización abierta, adaptándose a la tercera oleada de la digitalización, no se construye a base de contratos, se construye a base de implicación y compromiso de las partes. No es de estructuras rígidas, sino flexibles. Rapidez de decisión y ejecución. Sin seducción mutua, no hay compromiso. Cuanto más intensivo sea en capital intelectual, mayor debe ser la apuesta en esta dirección.
Todas estas claves, con más o menos profundidad, no solo son compatibles sino que se retroalimentan entre sí. El potencial de reducir a casi cero los costes marginales está dando lugar a una economía mixta -en parte mercado capitalista y en parte procomún colaborativa- que empieza a tener importantes repercusiones. Las organizaciones deben reformularse para aprovechar el cambio de paradigma económico.