La marató da vida a Barcelona. A todos los que no entienden por qué una ciudad como Barcelona invierte esfuerzo y dinero en impulsar la marató deberían haberse dado un paseo por las cercanías de la Avda. María Cristina el domingo a primera hora y ver el multitudinario ambiente con 19.507 inscritos. Muchos de los cuales (43%) venían de otros rincones de Europa, y con la excusa, han pasado un agradable fin de semana en la ciudad. La buena organización y un excelente recorrido primaveral por la ciudad, han hecho el resto. El reto futuro tiene que ser aumentar el engagement de los ciudadanos con el acontecimiento. Se han constatado los esfuerzos de la organización por mejorarlo, que se tradujeron en más público que en otras ocasiones (se agradece y mucho), pero éste sigue siendo un cambio cultural que exige paciencia, tiempo y más impulso evangelizador.
La marató no quita, da. En mi segunda marató y aunque nada es comparable a la primera experiencia de hace ahora un año, me siento feliz por volver a ser ‘finisher’ y orgulloso de mis 3h:36:22. Más allá de las marcas, mejorables o no, espero repetir en futuras ediciones. No importa si eres un simple atleta popular o un ‘pro’, lo importante es el valor de estar en la línea de salida y el mérito de acabarla. Uno más entre los 16.200 que consiguieron cruzar la meta.
La marató, une. Porque este evento ha sido la excusa para que un montón de amigos, hayamos compartido planes de entreno, entrenamientos, trucos,…una excusa social muy intensa. Mil gracias a Carlos, Jordi, Artur, Christian, Enric, Oriol, Rafa y a todo el grupo de amigos de Running Sant Cugat porque sin su afición y perseverancia probablemente esto no sería posible.
La marató descubre nuevos límites. “El running es 90% mental y 10% físico”. Puede que por una vez un bonito slogan publicitario sea cierto. Solo así se entiende que Toni Martí, oficialmente lesionado, haya tenido la obstinación y la temeridad de acabar la marató con un tiempo imposible. Ahora solo espero que no haya consecuencias y que tenga paciencia para una recuperación “de verdad”.
La marató nos hace generosos. Porque a pesar del mundo híper competitivo y rebosante de egoísmo, esta carrera (y otras también) demuestran que hay personas generosas. Algunas colaborando en iniciativas solidarias, otros ayudando a sus amigos a conseguir sus sueños. En este caso, mi agradecimiento sincero a Titonet porque me has hecho de liebre, de asistente y coach desde el kilómetro 32 hasta la meta. Una parte de mis 3h:36:22 te los debo a ti. Gracias.
La marató te hace valorar más lo que tienes. Mi agradecimiento más personal a Anna, mi esposa. Afortunadamente runner y aunque –todavía- no ha probado lo de la maratón, entiende –creo- lo de las ausencias a causa de los entrenamientos y comprende casi todas las ‘paranoias’ de runner. “Ahora tranquila que la próxima carrera importante no es hasta el 16-17 de junio, bueno antes hay alguna carrera-entreno pero esas no cuentan ¿verdad? Te quiero”.