Compartimos mantel de vez en cuando. Su conversación nunca es aburrida. En esta ocasión comentamos su curiosa teoría acerca de las diferentes etapas de nuestra vida profesional. Ilustrada de forma esquemática en la imagen adjunta y que comento a continuación.
Aviso: es una visión un poco particular y sarcástica del asunto. No apta para pieles sensibles. O sea, pido disculpas anticipadas…
Etapa del empleado: sólo recomendable a largo plazo para los dóciles, afortunados de encontrar el mirlo blanco en forma de empresa o los conformistas. Tradicionalmente este estadio se creía que era igual a seguridad, estabilidad, etc.… La historia demuestra que no es así. De hecho, es casi una hazaña llegar a los 50 sin que te hayan puesto de patitas en la calle. Los pretextos son variados: fusiones, ERES,….
Llegar a la jubilación es señal que te has convertido en uno de los amos del cotarro o que ya te confunden con la copiadora o la máquina de café. La realidad demuestra que los inquietos, disidentes o desengañados de la vida corporativa levantan el vuelo…
Etapa del profesional: Persona con elevada capacitación para vivir de sus consejos y de las consultas. Suele ser una etapa de tránsito, sólo temporal. Los que sobreviven son purasangres. Salvo que seas un virtuoso, hay un riesgo latente de morir de hambre o morir de sueño (por exceso de trabajo). Algunos, pasada esta etapa, regresan a probar suerte a la anterior o pasan a la siguiente.
Etapa del empresario. Tienes una idea, un proyecto. Te has sabido rodear de gente de confianza. Has conseguido capital. Si empiezas sólo, la aventura es durísima. Si vas con más socios también puedes sentirte igualmente sólo, y encima si sale bien, tener que repartir el premio. Encontrar buenos socios es casi tan complicado como que te toque la lotería… pero hay que intentarlo.
Habitualmente, después de probar fortuna en este estadio, si ya has perdido la paciencia o la camisa (o ambas cosas) algunos vuelven a la casilla de salida (empleado) los más tozudos o lo siguen intentando hasta que lo consiguen, o hasta que sus padres lo echan de casa.
Etapa del inversor. Si llegas a esta etapa, enhorabuena. O te ha tocado la lotería, una herencia familiar o realmente te lo has ganado a pulso. Supuestamente sería la etapa final del cuadro virtuoso de Ferrán. Bien es cierto que muchos llegan a esta etapa, pero ganarían más dinero, sentados en un sofá viendo la tele.
…Un poco ácido y discutible ¿verdad?