Hoy es un día especial. Hace un año me estrené con mi primera media maratón y hoy me he convertido en finisher de mi primera trail. Se trata de la mítica travesía (ahora sé por qué) Cavalls del Vent. Sobre el papel sus números asustan: 85,54 km, desnivel acumulado 12.180 metros y un desnivel positivo de 6.098 metros. Vivirla en primera persona, y acabarla en menos de 24 horas, no deja indiferente.
Durante estos últimos 365 días han caído unos cuantas carreras de 10.000metros, algunas medias más, una maratón, y muchas horas de entreno. Incluidos algunos muy intensos como la Matagalls-Montserrat (82km en 15h05’) de hace dos semanas, que estuvo a punto de dejarme fuera de la Cavalls del Vent a causa del estropicio con las llagas y unas cuantas uñas damnificadas. Sólo las buenas artes de mi podóloga, las curas diarias y los milagros de Betadine me permitieron estar en la salida de Bagà.
Sería decir que la Cavalls del Vent en su formato de menos de 24 horas la puede hacer todo el mundo. Depende de muchos factores. Los expertos dicen que además de la forma física, hace falta planificación de la carrera (ritmos, la alimentación, etc.), un buen equipo, mucha mentalización y c….coraje. Yo añadiría otro ingrediente importante, especialmente relevante dada mi inexperiencia: correr acompañado significa un porcentaje muy alto del éxito de la empresa. Corrí mi primera media y mi primera Matagalls-Montserrat, con Toni. En la Cavalls del Vent, el sábado al mediodía cuando pasado el Niu de l’Aliga con apenas15 km de carrera, me aparecieron unas dolorosas rampas que me hicieron perder tiempo y confianza en mis posibilidades, si no me hubiera encontrado a David, Maurici y Toni, esperándome pacientemente, probablemente habría considerado seriamente abandonar en el siguiente control. Esto es así.
Afortunadamente continué y el día de hoy ha acabado siendo un día redondo. Y en muchos sentidos. A las 8 de la mañana, mientras llegaba –arrastrándome- a casa, me encontraba a Anna (mi esposa) a punto para correr su primera media maratón. La misma en la que me estrené hace un año y que completaría unas horas más tarde con una sonrisa de oreja a oreja.
Hoy, más que nunca, suscribo las palabras de Kilian Jornet: “la cinta que cortamos al cruzar la meta está situada donde nuestros sueños quieren”. “La victoria es ser capaces de poner nuestro cuerpo y mente al límite para descubrir que estos límites, nos permiten descubrir otros nuevos, empujando poco a poco nuestros sueños”
Hace un par de años si alguien me hubiera comentado la posibilidad de correr media maratón, me habría reído ante tal ocurrencia. Hoy, después de mi Cavalls del Vent, me ratifico que, más allá de la clasificación e incluso del crono (19h58min), lo relevante es experimentar nuevos límites.
Quizás habrá que ir pensando en nuevos sueños.