A orillas del Mediterráneo la arrogancia de Mourinho suena rara, estridente, molesta. Anoche, además de una manita se llevó una lección de filosofía. Lo más inteligente que hizo fue admitir la derrota “Nunca tuvimos opción de ganar” y comportarse como un guerrero. Ese porte que tanto gusta en la capital del reino “Cuando te meten cinco goles no puedes llorar”. No hay dolor.
En el Gran Madrid esta victoria habrá dolido y mucho. Por inesperada y porque la potente solución Mou parecía el antídoto contra el dominio blaugrana. Dos modelos de concebir el fútbol.
El R.Madrid, al igual que el Gran Madrid, es un proyecto megalómano creado a base de una fortuna. El Gran Madrid es una “monstruosidad” creada a golpe de decreto hace siglos. El R.Madrid a golpe de talonario.
La Catalunya del Tripartit fue como etapas anteriores del Barça, oscilando entre un pollo descabezado o la arrogancia de un gallito. El fútbol son emociones, pero la alta política no. En nuestro reciente pasado, dice Antoni Puigverd que Catalunya quedó “atrapada en la telaraña de la emoción. Una emoción que le impedía analizar con frialdad y lucidez la corriente de fondo que Aznar encarnó” … “la consolidación de un Gran Madrid con voluntad de convertirse en la capital del sur de Europa y puente de Latinoamérica, que suma a su capitalidad política española, también la económica. La culminación de tal corriente implica la provincianización de Barcelona, paso previo a su desarme político y cultural”
El romanticismo de ICV y ERC, y la aventura del Estatut, dejó a Catalunya patas arriba y sin liderazgo alguno. Primero con la defenestración de un Pascual Maragall en su declive y después con el relevo anti natura de Montilla. Un político cuya principal éxito (¿único?) ha sido la forma cómo ha encajado el duro debacle electoral.
Puigverd advierte que aunque en Catalunya “la inercia todavía sigue siendo provincialista, también el delirio del Gran Madrid cruje”. Leyendo los comentarios de ‘Por qué Barcelona estará en el mapa global en el año 2020 y Madrid no figurará’ uno entiende porque el R.Madrid fichó a Mourinho y se sienten cómodos con él.
Afortunadamente para nosotros, tenemos una espléndida cantera, a Guardiola y el Tripartit ya es cosa del pasado. Aprovechemos el momento. No es que ahora gocemos de una oportunidad, se trata de la última oportunidad. Construir el futuro con el talento, no con las vísceras. Con realismo, humildad… y sin auto complacencia.