Ayer al acabar la sesión inaugural del Máster, ya de noche, tenía una breve charla con Josep-Maria Fàbregas. Estábamos satisfechos por haber arrancado la sexta edición del programa. Lo hemos hecho y además con treinta alumnos (100% de las plazas). Una numerosa lista de espera y después de haber filtrado numerosos aspirantes a lo largo de todo el plazo de admisión.
Hemos puesto mucho empeño, durante mucho tiempo, para que eso sea así. Cometiendo errores y aprendiendo de ellos. Por eso puedo decir que cada edición es mejor que la anterior. No es un Máster barato, aunque es de lo mejorcito en su categoría, está lejos de los más caros. Con todo, nos sigue sorprendiendo el diferente comportamiento de la curva de inscritos. Aún repitiendo año tras año, un patrón similar de acciones de promoción del programa, la realidad es que las curvas de respuesta varían, sin una tendencia clara. Bueno sí, la única tendencia clara es la imprevisibilidad. Literalmente “Que no se puede prever o conocer de antemano lo que va a ocurrir”. Hay que confiar en hacerlo lo mejor posible y evitar ponerse (demasiado) nervioso.
En realidad ésta no es sólo una tendencia en el ámbito docente. En mi actividad profesional y empresarial, lo constato permanentemente. Hay una aleatoriedad de las circunstancias, que cubren de una capa de incertidumbre todas las previsiones futuras. No se trata de optimismo versus pesimismo. Tampoco esperar lo mejor, para estar preparado para lo peor. A diario topamos con signos contradictorios. Me refiero a que se producen acontecimientos, se toman decisiones o hay reacciones imprevistas, que a priori escapan de nuestro radar y de nuestra planificación, pero que están ahí y pueden cambiarlo todo y, además, hacerlo en poco tiempo. Sólo se cumple la lógica de lo imprevisible.
Ante este panorama ¿qué nos queda? Comparto con Josep-Maria Fàbregas cuál debe ser nuestra actitud: confiar en uno mismo. Pero eso exige más detalle. Ahí va mi decálogo para tiempos de imprevisibilidad:
- Gustarte y confiar a fondo lo que haces y hacerlo en ‘modo pasión’. No puedes seguir avanzando en la era de la imprevisibilidad si no confías en tu actividad y no te apasiona. Cambia. En caso contrario, no es suficiente con apagar/encender, hay que resetear.
- Ser consciente de tus limitaciones y capacidades. Exige capacidad introspectiva y conocerse a fondo, pero sobretodo ser honesto con uno mismo.
- Empeñarte en hacerlo lo mejor posible. Alta exigencia sin margen para la autocomplacencia
- Ser persistente pero con extrema flexibilidad
- Ir acompañado por gente mejor que uno mismo, pero sobretodo, en los que puedas confiar
- Compartir es fuente de riqueza
- Diferenciar el marco temporal del tempo (ritmo)
- Foco, foco, foco
- Tomar distancia de vez en cuando para tener claro cual es el mapa general.
- ¿?
Me falta el punto 10 ¿Me ayudas?