Ocurría hace unas pocas horas cuando leía a Lluís Recoder, alcalde de Sant Cugat del Vallès, en mi time-line de twitter con un “Y ahora a dar una vuelta por SantCugat, visitar actuaciones, hablar con la gente”
Sin mala intención pero con cierta carga de ironía tuiteaba que “ El alcalde de stqgat @lluisrecoder tuitea que sale a la calle para hablar con la gente, pero pasa de sus followers #politicos1.5”. Al cabo de unos minutos me respondía con un @qtorb xq lo dice esto?.
Nací en Barcelona, pero soy vecino de Sant Cugat desde hace 15 años. Ciudad en la que se vive muy bien y de la que, desde 1999, es alcalde Lluís Recoder. Es una persona apreciada en la ciudad, con el que nunca he mantenido una conversación, que sigo en twitter, y que cuando nos cruzamos por la calle, nos saludamos educadamente. Por esa razón le respondí con un “cuando nos cruzamos por stqgat me saludas y aquí me ignoras”.
Evidentemente el alcalde no tiene obligación de seguir a todos los ciudadanos en Twitter, pero si eres activo y lo empleas como canal de comunicación, tienes que aceptar que como político con cargo público, hay ciertas servidumbres a las que estarás “obligado”.
Esto no es fácil aprenderlo. Todo es tan nuevo, que tiene que aprenderse con la práctica… a veces equivocándose como Lluis Recoder cuando me ha respondido con un @qtorb sigo a 184 personas, por lo que veo tu tampoco sigues a todos tus seguidores. A lo que no he podido evitar responderle con un “@lluisrecoder pero yo no soy político, ni tengo una cargo público, ni voy diciendo que salgo a la calle para hablar con los ciudadanos”
Con la conversación en abierto, también se han añadido otros ilustres de la red, Xavi Güell, MònicaCapell, Sabria, AlbertRiba, … Finalmente el incidente ha quedado en sólo una anécdota, porque tampoco había ánimo de polemizar más de la cuenta y mucho menos meter miedo a un político que se atreve con la cosa 2.0 y al que respeto enormemente.
A favor suyo tengo que reconocer que no debe ser sencillo. Como me confesaba más tarde Lluís Recoder, le faltan manos para gestionar la conversación con lo ciudadanos, “entre los 3940 amigos de Facebook, los 911 de Twitter, lo de la línea directa… y sólo tengo dos manos. Suerte de la Blackberry”
La era 2.0 nos trae estas situaciones. Si los políticos quieren usarlo como herramienta de conversación, pueden hacerlo… pero deberán aprender a usarlo y a aceptar las actitudes y comportamientos que generan. No se puede ser sujeto activo para algunos aspectos y pasivo para otros. Si saltas a la arena, formas parte de la conversación.
Que vayan tomando nota los partidos políticos, jefes de campaña, candidatos y demás. Lo que se avecina, promete. Y ya sabes, si no quieres polvo, no vayas a la era.