El próximo año que en pocos días arranca promete emociones fuertes. Hacer pronósticos bajo estas condiciones complejas e inexploradas, es casi ciencia ficción. Así más que echar mano de la bola de cristal, creo que es mejor dejarlo en algunas recomendaciones de sentido común. Desde luego la lista podría ser larguísima, pero puesto a elegir y resumir me quedo con estas diez recomendaciones…

1. Que no cunda el pánico pero que la parálisis no nos atenace. Ni precipitarse en las decisiones, ni tampoco no hacer nada y dejar que las cosas vayan por inercia. Ambos extremos son un peligro. Este es un momento en que pondrá a prueba nuestro liderazgo, hay que demostrarlo.

2. Revisar el presupuesto del 2009 hecho hace pocos meses, y esta vez usar la previsión de ingresos menos optimista. No hay que obsesionarse por el Excel, pero mejor mantener los gastos de estructura a dieta, perseguir los cobros, renegociar costos con los proveedores y aplazar aquella compra o aquella incorporación…siempre que no sean imprescindibles.

3. Vender o ayudar a vender. Este grito de guerra es un clásico que encaja a la perfección. Aunque tengas un producto único en el mercado hoy es suicida no orientarse a la venta. Un secreto: consigue que tus clientes más leales se conviertan en los apósteles de la marca y tendrás contigo a los mejores vendedores.

4. Cuida y mima tu base de clientes. Es un tópico, pero en estos tiempos es necesario revisar lo básico y como dijo Peter Drucker: “El propósito de un negocio es conseguir y mantener clientes”. Recordando que el coste comercial de fidelizar un cliente es más bajo que captar y mucho más que recuperar. Y si el ajuste de presupuesto todavía exige más, mejor concentrarse en los clientes más valiosos.


5. Tomar la iniciativa. Los clientes, los proyectos, los ingresos no caen del cielo. Hay que ir a por ellos, ser proactivos, indagar, preguntar. Una de las mayores razones por las que se pierden los clientes es por la indiferencia hacia sus necesidades.

6. Es el momento de hablar claro, pero no es el momento de las venganzas ni las rencillas personales. Es momento de arrimar el hombro. El ego y el orgullo hay que meterlos… donde no molesten. No hay que esconder nada, menos a tu equipo. Todo el mundo tiene que saber el añito que nos espera. Una mejor comunicación interna hace un equipo más cohesionado y más fuerte.

7. No dejar de buscar el mejor talento. Esta recesión económica ha puesto (o va a poner) un montón de buenos profesionales en la calle. Si se presenta una oportunidad, hay que aprovecharla.

8. Trueque, trueque y más trueque

9. No cambiar nuestro rumbo, salvo que se justifique por razones económicas inaplazables. No es un buen momento para los cambios de estrategia, sino para desarrollarla a fondo.

10. Ser innovadores con ambición. Tal como sugiere este mes la revista Wired (Back to the garage: how economic turmoil breeds innovation). Hay que volver al garaje: cuando la economía se encuentra revuelta, es el momento de ser un innovador ambicioso.

Y tú ¿qué añadirías?